La situación "se agrava cada semana" y el Consistorio descarta apuntalarlo o sostenerlo con tensores, porque "ambos métodos son inviables"
La hoja de ruta del 8M en Salamanca por el Movimiento Feminista: Nada de banderas, pero sí carteles
"Las mujeres no podemos olvidar", claman.
El movimiento Feminista de Salamanca convoca una manifestación para el próximo 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer. La citada manifestación tendrá como lugar de salida la Plaza de la Concordia a las 19:00 h. y acabará en la Plaza Mayor. Todo ello, bajo el lema 'No me toques los derechos' y sin ningún tipo de bandera, eso sí las pancartas bajas o individuales son bienvenidas y, de hecho, de manera previa a la salida se elaborará un taller en la misma Plaza a las 18:00. Al principio del recorrido se establecerá un espacio para personas con movilidad reducida.
EL MANIFIESTO
"Nos encontramos todavía en el desarrollo de una pandemia, que ya ha empeorado las condiciones de vida de las personas, aumentando las desigualdades sociales y ahondando en la violencia contra las mujeres; y ahora tenemos que hacer frente a un posible gobierno en Castilla y León que va a vulnerar y a violar nuestros derechos civiles alcanzados con una inquebrantable e histórica lucha. Pretenderán derogar la Ley de Violencia de Género y sustituirla por una ley de violencia intrafamiliar, olvidando la dura realidad de las víctimas de violencia de género y los 1130 feminicidios ocurridos desde 2003. Querrán desarrollar una Ley de Igualdad en la que las mujeres dejemos de ser sujetos de derechos para encerrarnos en el ámbito de lo privado, dentro de una familia patriarcal; una Ley de Igualdad que tampoco tendrá en cuenta los derechos LGTBI+. Rechazarán el aborto libre y gratuito y eliminarán los organismos de ayuda a las mujeres, subvencionados con dinero del Pacto de Estado.
Ya no tendremos que reclamar que no se cumplan las leyes, tendremos que luchar para que nos devuelvan lo que es nuestro y esperemos no tener que hablar de violencia institucional. En el machismo de la ultraderecha también tiene cabida la xenofobia; las Cortes ya han abierto la puerta a propuestas racistas. Además, niegan la Memoria Histórica, con la esperanza de que lo que no se recuerde se olvide, pero las mujeres no podemos olvidar, porque corremos el riesgo de que vuelva a repetirse.
Por si esto fuera poco, estas semanas asistimos a la ostentación del mayor exponente de la cultura patriarcal: la cultura de la guerra. Otra vez la violencia, otra vez la solución de conflictos por la fuerza, otra vez sin tener en cuenta la cultura del diálogo de las mujeres: la mejor forma de resolver los conflictos. Las mujeres trabajadoras no necesitamos imperios, ni que nos defiendan de la paz haciendo la guerra. Y como nosotras no compartimos esta utilización de la fuerza, volvemos a ser las más perjudicadas. Y no nos engañemos, los poderosos organizan las guerras, pero ellos no mueren en batalla. Queremos un mundo en paz y en igualdad poniendo los cuidados por encima de todo. Hoy, como ecofeministas, gritamos: ¡sí a la vida! No al colonialismo. No al extractivismo.
El feminismo es un grito global donde nosotras nos sabemos diversas. Sabiendo que sufrimos dobles y triples opresiones, hoy es más necesario que nunca tener una perspectiva interseccional en nuestra lucha. La crisis global de personas refugiadas procedentes de Medio Oriente, Europa del Este y más cercano a nuestras fronteras, distintas regiones de África, como el Sahel, Marruecos o el Sahara, va a traer más violencia para las mujeres, que están expuestas a todo tipo de violencias machistas en sus trayectos migratorios y llegadas a los países de destino. Mujeres que sufren especialmente violencia sexual y acaban, en muchas ocasiones, siendo víctimas de redes de trata.
Al mismo tiempo, la pandemia ha agravado los problemas de salud mental. Es importante recordar que la psiquiatrización afecta más a las mujeres, que son patologizadas muchas veces por las consecuencias de las violencias machistas y posteriormente, medicalizadas, con los problemas que esto acarrea. La pandemia ha mostrado que las mujeres movemos el mundo sosteniendo los cuidados, pero todavía no hemos visto como sociedad el replanteamiento de los modelos de residencias, ni de atención a la dependencia. Estos sectores siguen estando feminizados y precarizados. Es urgente transformar el modelo de los cuidados a uno en que se respete la dignidad de las personas dependientes, donde se reconozca y valore el trabajo de las cuidadoras y que sea igualitario en el interior de nuestros hogares. En Castilla y León se ha hablado mucho de despoblación; de la caza, del lobo, de las autovías. Nadie ha puesto el foco en las mujeres.
La ausencia de redes de mujeres en el medio rural afecta a la soledad de nuestras compañeras, al estigma que sufren muchas feministas en nuestros pueblos y finalmente, a la despoblación. Si la falta de conciliación es fuerte en las ciudades, mucho más lo es en el medio rural. Esto, junto a la falta de servicios de todo tipo, deja en desventaja a las personas que viven en los pueblos. Uno de los servicios más deficientes es la atención a las víctimas de violencia de género. Ninguna de las propuestas de gobiernos anteriores o actuales han resuelto esta situación. Castilla y León no es como otras regiones. Nosotras necesitamos que el servicio de atención a mujeres víctimas de violencia de género se garantice por pequeñas zonas o comarcas, agrupando en estas zonas el presupuesto del Pacto de Estado. Lo podemos decir más alto, pero no más claro: los ayuntamientos deben usar el dinero del Pacto de Estado para contratar a profesionales que atiendan a víctimas de violencia de género en su propia zona o comarca.
Ante la amenaza del Pin Parental, nosotras proponemos coeducación, educación en igualdad para que podamos eliminar todo rastro de discriminación hacia las mujeres. Tenemos que educar para que sepan distinguir los rasgos del machismo de las relaciones sanas, que sepan diferenciar lo que está bien y lo que supone un trato injusto hacia las mujeres. Proponemos una educación sexual integral desde la infancia hasta las edades más adultas. Ante el incremento de denuncias por agresiones sexuales, especialmente las grupales, durante la adolescencia, y ante el incremento de la violencia de género en edades más jóvenes, no nos queda más remedio que seguir educando en igualdad. Cualquier menor tiene derecho a ser educado, incluso a pesar de sus padres. Nosotras seguimos proponiendo un currículo feminista donde las autoras no queden silenciadas e infraestudiadas. Las niñas y adolescentes tienen que tener modelos que las empoderen y puedan ver como posible otra realidad. Confiamos en la educación como factor imprescindible para eliminar el machismo de nuestra sociedad.
Queremos una sanidad pública de calidad donde se garantice el derecho al aborto y se penalice la violencia obstétrica. Nos dicen que el SACYL respeta la Ley del Aborto. ¡No es verdad! Las jefaturas del servicio de ginecología no pueden imponer, ni dar por supuesta la objeción de conciencia. La objeción es individual, anónima y debe ser entregada por escrito, de lo contrario, no hay objeción; por eso gritamos ¡aborto en la pública!
Por último, la brecha salarial de género se ha disparado de un 20.29% a un 34.6% en tan solo dos años. ¡Basta de parcialidad! ¡Basta de temporalidad! ¡No a la brecha de las pensiones! Demandamos el fin de las externalizaciones, que precarizan a tantas trabajadoras; a las limpiadoras, a las Kellys, al personal de ayuda a domicilio. Se necesitan más inspecciones laborales en sectores feminizados o donde las mujeres son vulneradas. No nos olvidamos de lo sucedido con las jornaleras de la fresa en Huelva, ni de las empleadas del hogar internas. Estamos hablando de violencia económica e incluso sexual contra las mujeres.
Frente a un contexto de fuerte crisis global solo hay una alternativa. Debemos construir un mundo feminista en el que quepamos todas en igualdad. Para ello debemos caminar juntas y construir cada vez más alianzas.
Señalan que "si nos fijamos en el último censo del INE, Salamanca cuenta con 6.510 viviendas desocupadas, lo que representa el 7% del total del parque inmobiliario"
Desde los 7 a los 17 años con actividades en la naturaleza, piscina, rutas, talleres y ocio sin pantallas
Organiza una charla este jueves a las 19:00 en el Centro Julián Sánchez el Charro