El Movimiento Feminista de Salamanca dio la voz de alarma el pasado 20 de mayo como consecuencia de la gran cantidad de testimonios basados en casos de sumisión química en la noche charra. Se pedía que todas las chicas, jóvenes y mujeres tuvieran cuidado con su bebida y con la de sus amigas, al mismo tiempo que animaban a denunciar. Además, ponían en conocimiento de las seguidoras y seguidores, un protocolo de actuación en caso de agresión sexual: En primer lugar, no se debe cambiar de ropa ni ducharse; a continuación, se ha de llamar a alguien de confianza o al 112; para seguidamente acudir al hospital y, por último, denunciar si así se considera por parte de la víctima. 

Unos días después, desde las redes sociales y con una denuncia previamente establecida, se hizo pública una presunta violación en los baños de un bar situado en la Plaza de San Justo. Precisamente, el lugar donde se ha celebrado esta concentración en señal de protesta. Una protesta basada en derechos humanos, en los derechos de las mujeres: 'Contra las agresiones sexuales', ¡la culpa no era mía'!

En el comunicado leído entre gritos, aplausos e incluso algunas lágrimas de emoción de las alrededor de 200 personas que se encontraban en la Plaza de San Justo de Salamanca en la tarde de este jueves, se decía lo siguiente: "El clima de acoso sexual permanente sobre las mujeres en la noche de Salamanca se ha vuelto insoportable. En los bares de ocio nocturno se ha normalizado que los depredadores; molesten, acosen y abusen de las mujeres mientras bailan, hablan con sus amigas o mientras se quedan solas para beber una copa, es decir, mientras quieren tener una vida libre y con derechos. La impunidad y la complicidad en estos espacios desde hace décadas es clave para entender lo que está pasando: la noche salmantina no es segura para las mujeres". 

Además, se han referido al testimonio de violación ocurrido en ese mismo espacio hacía unos días: "Esta violación ha generado gran indignación en nuestra ciudad, pues simboliza a la perfección la diferencia de poder entre la ciudadanía y algunos referentes de la noche en nuestra ciudad. La coacción, la sumisión química y cualquier otra forma de viciar el consentimiento de una mujer es violencia sexual". 

Y lanzan un mensaje de alarma, un llamamiento, una posibilidad de colaboración por el bien común: "Estamos unidas para trabajar juntas en estrategias de autodefensa feminista que disminuyan la violencia sexual durante la noche salmantina. Exigimos compromiso por parte del Ayuntamiento, de las Universidades, de los bares, de los medios de comunicación y de toda la sociedad para luchar contra la violencia sexual en nuestra ciudad y en nuestra provincia. Hacemos un llamado a las mujeres de la provincia de Salamanca para que estén alerta y cuiden de sus amigas y de otras mujeres, sin dejar de reclamar acciones institucionales, por parte de los funcionarios y de los actores sociales que tienen competencia y deben trabajar para erradicar estos delitos. De fiesta en la ciudad, en las fiestas del pueblo, si ves a una mujer que necesite ayuda, no la dejes sola. Si una mujer en apariencia está demasiado borracha, quizás ha sido víctima de la sumisión química, la han drogado y necesita de nuestra ayuda. Unidas dejaremos de ser vulnerables y le daremos la vuelta a estas conductas de hijos sanos del patriarcado".