Con el objetivo de reducir la posibilidad de contagios ante la concentración de días festivos, vacaciones escolares, universitarias y labores que fomentan la movilidad y el contacto social, la Junta de Castilla y León no solo se unió al plan llevado a cabo desde el Gobierno Central, sino que también estableció sus propias medidas con el fin evitar a toda costa un nuevo colapso, o principio de ello en los hospitales de la comunidad, a sabiendas de que la tercera ola no ha llegado ni siquiera a su fin. 

Entre otras medidas, además del mantenimiento del cierre de las fronteras de la comunidad y el toque de queda a las 22:00, la Junta estableció el límite de un máximo de cuatro personas en espacios públicos, ya sean abiertos o cerrados, salvo que se trate de convivientes; mientras que en espacios privados las reuniones se limitarán únicamente a convivientes. Además, suspendió cualquier tipo de celebración de Semana Santa que conllevará la aglomeración o concentración de personas. 

Muchas restricciones, necesarias o no, pero obligatorias para toda una comunidad, que no ha hehco más que acatar normas desde la declaración del estado de alarma, hace más de un año, por parte del Presidente del Gobierno. Castilla y León se ha caracterizado por ser una de las comunidades más duras en cuanto a restricciones y sanciones, pero...¿qué opina la poblacion salmantina? ¿Están casados o consideran vitales dichas restricciones? ¿Cómo están pasando la Semana Santa?

Mientras que unos tienen la posibilidad de venir a sus domicilios, donde están empadronados, otros no pueden visitar a sus familiares que se encuentran fuera de la comunidad. Concretamente, el primer preguntado con una visión de dos comunidades distintas, asegura la diferencia que hay en cuanto a restricciones entre ambas: "Es pasar de un mundo en el que no parece que exista pandemia o las restricciones son bastante limitadas, que las hay, pero limitadas...a un mundo mucho más cerrado. De hecho, Madrid tiene la incidencia acumulada más alta de España, es lo que tiene la falta de restricciones y de limitaciones. Las medidas son necesarias, aunque no nos gusten". 

Pensamiento compartido por otra de las salmantinas preguntadas, que advierte de la presencia de las normas con el fin de no acabar como las pasadas navidades: "Mejor no poder salir ahora, para poder hacerlo más tarde estando todos bien. No podemos volver hacia atrás", comenta. Otra de ellas, va más allá: "Para mi deberían haber sido más, según los niveles que se han visto. Si no se puede, no se puede y lo mejor es buscar la recuperacion para el verano". 

Otro de los preguntados por Tribuna de Salamanca, se reconoce como religioso y asegura sentir bastante las restricciones impuestas, pese a que son totalmente necesarias: "Este año hemos tenido la oportunidad por lo menos de ver algunos pasos vestidos y es la única diferencia. Por lo demás, en lo religioso, la Semana Santa es la Semana Santa siempre, con sus oficios. Lo de las procesiones forma más parte de la cultura y fervor popular, que no es tan religioso, sino popular". 

Las más jóvenes opinan lo mismo y de hecho aseguran que "no está siendo tan complicado". De la misma manera, consideran que son necesarias pero "no las adecuadas. Para mí deberían de afectar a las fronteras y movilidad y no tantos toques de queda. Que un francés pueda venir aquí y yo no me pueda juntar con cuatro amigos en una casa...no lo entiendo. No veo el final, creo que nos tendremos que adaptar, pero ojalá que sí llegue".