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Inmaculada Sánchez: "La Universidad se enfrenta todos los años a algún caso de violencia de género"
Inmaculada Sánchez, directora de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Salamanca analiza la labor de la misma en la lucha contra la Violencia de Género. ¿Cuáles son las diferencias más evidentes? ¿De qué herramientas dispone la Universidad para su erradicación?
Inmaculada Sánchez Barrios es la directora de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Salamanca, creada en 2008 por la misma y cuyo objetivo principal es el de alcanzar la igualdad real entre hombres y mujeres en la Comunidad Universitaria y, por extensión, en el conjunto de la sociedad, además de prevenir la misma. Para ello, la Universidad puso en marcha un Plan de Igualdad con medidas concretas para el fomento de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, ya sean alumnado, profesorado o personal de la administración y servicios.
De la misma forma, la Universidad tiene un protocolo de actuación para los casos en los que pueda sufrir de forma directa el alumnado y otro protocolo para la prevención del acoso sexual y por razón de sexo en el ámbito laboral. Todos los días del año debemos tener presente lo que hoy se celebra, la lucha contra la violencia de género. ¿Cómo es este día a día dentro de la Universidad, cuáles son las principales diferencias en cuanto al género que podemos observar?
"Existe un lastre, vamos cambiando para mejor, pero todavía está ahí. Debemos de echar la vista ligeramente hacia atrás y observar la discriminación establecida según la cual las niñas se veían incapacitadas para llevar a cabo ciertas carreras". Una incapacidad que contrasta con unos datos que muestran lo contrario, las mujeres tienen mejores expedientes académicos en la mayoría de los casos. "Se nos había educado para pensar que no podíamos estudiar ciertas carreras, o bien porque supuestamente el trabajo era de hombres o bien porque no estábamos cualificadas para estudiar determinados conceptos. Afortunadamente, estamos cambiando".
Sin embargo, sí se observan ciertos sesgos en la actualidad: "Se han llevado a cabo estudios, tanto en España como en otros países, a través de los cuales se muestran los roles de género dentro de la educación. Sorprende que todavía las niñas entiendan cirujano con 'o', piloto con 'o'...Que piensen que no pueden llegar a ciertas profesiones. Para ello estamos nosotros y las diferentes instituciones, para cambiarlo. En este caso, no se trata de decirles a las niñas que deben hacer, por ejemplo una ingeniería, no, lo más importante es que elijan lo que les guste. No debemos de hablar de capacidades de hombres y mujeres con respecto a una profesión, sino de personas. Hombre o mujer puede estudiar lo que le parezca oportuno", puntualiza Inmaculada.
Ejemplo de la evolución es la carrera de Matemáticas, donde se ha pasado de apenas dos mujeres por aula a un 55% en estos momentos. "Por el contrario, en Ingeniería Informática son muy pocas, igual que en Piloto de Aviación. Vamos avanzando, pero no podemos llegar todavía en ciertas carreras a una equiparación con los hombres".
¿Se ha visto la Universidad obligada a actuar en algún caso concreto de violencia de género? "Nos hemos encontrado casos sí, donde se nos ha indicado cuestiones puntuales de discriminación. Especialmente relacionadas con la violencia verbal o trato discriminatorio. También hemos tratado con chicas que han sido objetivo directo de violencia de género, afortunadamente no son muchos los casos, pero sí que los hay. Nos hemos enfrentado a casos de violencia psicológica o incluso física y en nuestro caso lo único que podemos hacer es ayudarlas remitiendo a un psicólogo y en el caso de que la acción vaya más allá, que sea constitutiva de delito, lo que hay que hacer es remitirlo al órgano judicial correspondiente. La realidad es que todos los años hay algún caso de este tipo", explica.
¿Hasta qué punto la universidad supone una herramienta para paliar esta terrible situación teniendo en cuenta la etapa de la vida en la que por lo general se accede a la misma? "Me gustaría pensar que somos algo más que una herramienta meramente académica, ya que los estudiantes entran, por lo general, en una etapa de formación en todos los sentidos; se sigue formando tanto la personalidad como el ámbito académico. Antes se pensaba que los casos de violencia de género se dan solo en personas de mediana edad o con un nivel de cultural y económico menos elevado. Sin embargo, se ha comprobado que es un problema de toda la sociedad, se da desde en jóvenes, pasando por los adultos y llegando a los ancianos. No importa el nivel de educación o riqueza y curiosamente hemos acudido en los últimos años a un aumento en las situaciones de violencia de género entre los más jóvenes, que son los supuestamente mejor preparados dentro de la sociedad moderna. Por ello, la Universidad debe estar ahí, quiero pensar que se puede ayudar y además debe estar pendiente", apunta.
Es una cuestión no solo de la universidad, sino de todos, desde las primeras etapas se ha de explicar que niños y niñas tienen las mismas oportunidades y mismos derechos.
Siguiendo esta línea educativa, ¿hace falta una mayor implicación dentro de las aulas para formar en igualdad? "Sin duda, es fundamental que se eduque en igualdad desde muy pequeños para lograr acabar con la lacra de la violencia de género. Es una cuestión no solo de la universidad, sino de todos, desde las primeras etapas se ha de explicar que niños y niñas tienen las mismas oportunidades y mismos derechos. Si lo dejamos para la universidad, quizás ya es demasiado tarde, debe ser en casa y en las primeras etapas educativas. Sería conveniente incluirlo como una asignatura o por lo menos como el desarrollo de una capacidad".
"Desde el punto de vista académico y bajo su opinión, ¿cómo debemos escribir una generalización para no excluir ni a unos ni a otros en el término? "Hay algunas teorías que abogan por utilizar una 'e', que implique así, tanto hombre como mujer. Creo que hay distintas posibilidades, pero bajo mi punto de vista y lo que a mi me parece correcto para no tener que estar todo el rato diciendo 'vosotros y vosotras', 'hombres y mujeres'...es utilizar un término que englobe a todos como, por ejemplo, 'el colectivo sanitario, 'el profesorado', 'el alumnado'...Cuando te refieres a una persona en concreto, por supuesto, especificando el género", explica.
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