Un usuario habitual del Alvia a Madrid explica la peculiar situación vivida este sábado con el tren rápido y concluye que "algo se está haciendo mal" con Salamanca
Nos merecemos un hospital TOP
El Monitor de Reputación Sanitaria (MSR) 2018, medidor de referencia en el sector, acaba de situar al Complejo Asistencial Universitario de Salamanca entre los veinte mejores de España. No cabe duda, que el hospital ha mejorado su puesto, el año pasado estaba en el 21, siendo el primero de los hospitales de Castilla y León en la lista. De hecho, es el número 20, el último de los mejores, vaya.
Pero dice el refrán que 'lo importante es estar'. Si tenemos en cuenta que esta noticia se produce apenas una semana después de la multitudinaria y, se dice pronto, séptima marea blanca en protesta por la precaria situación de la Sanidad en toda la provincia (listas de espera quirúrgicas interminables, retrasos en las consultas, pruebas que llegan años después...), la clasificación puede antojarse contradictoria.
Sin embargo, cualquiera que haya tenido que entrar en contacto por múltiples motivos con la realidad del complejo charro coincidirá en que junto a una pintura ennegrecida, desconchones, ascensores que no funcionan, tuberías que se rompen, goteras, techos y cornisas que se desprenden, camas rotas, apagones eléctricos y ese genuíno espíritu a lo 'Cuéntame' (pero el de la primera temporada, hagan memoria...) que se respira en muchos pasillos, el Hospital, nuestro hospital, a buen seguro, merecería estar mucho más arriba.
Y la única forma de estar arriba, sería la puesta en marcha del nuevo hospital que primero prometió el consejero César Antón quien, en 2006, anunciaba a 'bombo y platillo' que las obras empezarían a ejecutarse en la primavera del año 2007, para concluir en 2012. Después, fue Francisco Javier Álvarez Guisasola, ante la paralización de las obras y viendo que la Junta no podía cumplir su compromiso prometió dar un impulso a los trabajos, presupuestando partidas que luego no se ejecutarían.
Trece años de obras, un último retraso de seis meses en la construcción de la cocina al mando de Antonio María Sáez Aguado... y una fecha fijada, 2019, como punto de partida a una apertura 'progresiva' que podría traer un caos aun mayor para los pacientes, y todo ello bajo la atenta mirada del alcalde, Alfonso Fernández Mañueco, que tampoco ha movido un solo dedo por mejorar la situación de los salmantinos.
Y que las cosas vayan 'medio bien', solamente se debe a una razón, el espíritu de entrega, sacrificio y abnegación de los muchos y buenos profesionales que integran esa gran 'colmena' sanitaria que, desgraciadamente, a menudo solo obtiene olvido (retrasos, dilación, recortes de MIR, traslados, en definitiva, decisiones disparatadas de personal...) por parte de las autoridades regionales.
Profesionales, que por ejemplo, han mantenido el legado de Jesús San Miguel para seguir haciendo de Hematología (que ha logrado el segundo puesto de su categoría, tras el del Hospital Clinic de Barcelona) un servicio de referencia internacional. Que han desarrollado un servicio de Alergología (décima posición) de enorme prestigio. Lo mismo se puede decir del esfuerzo denodado por incorporar las últimas técnicas en Cardiología o en Cirugía de Endocrino.
Por ellos, por esos que han dejado de lado que deberíamos haber estrenado hospital en 2012, ¡en 2012!, por los que mantienen contra viento y marea las Urgencias, las urgencias Infantiles, por nuestros ángeles de la guarda', esa gente, sí, nos merecemos un hospital top. Nos los merecemos.
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