El entorno del valle de Arbas y el Puerto de Pajares, paso natural entre las montañas de León y Asturias y zona de paisajes espectaculares, es el escenario en el que transcurre la última novela de Mónica Rodríguez publicada por Lóguez Ediciones. Su protagonista recuerda los fines de semana de invierno en familia en el albergue de la estación de esquí de Pajares, donde se reencuentra con la pandilla y muy especialmente con la cumbre nevada del Cueto Negro. Y narra con detalle el último fin de semana que pasó allí.

 

Desde el principio advierte al lector que esos dos días cambiarán su mirada para siempre y, aunque se anuncia y se intuye que será algo determinado por la experimentación de sensaciones y emociones propias de la preadolescencia, nada hace pensar que conocerá el deseo en todas sus dimensiones. También su lado más perverso. Mónica Rodríguez utiliza su pluma para narrar una pérdida de la inocencia sin paños calientes con una delicadeza de que sabe hacer buena gala.

 

Según se sumerge en sus páginas, el lector va haciéndose consciente de que va a disfrutar de una historia de amor y despertar sexual juvenil, pero también se encuentra con una obra en la que se retrata el deseo adulto, tanto el natural como el antinatural. La experiencia de lectura resulta impactante. Pero su autora dosifica muy bien la carga emotiva de la narración para mantener una apropiada distancia de la situación, especialmente de los aspectos criminales del argumento.

 

Cueto negro ha sido incluido recientemente en la última lista de los 20 mejores libros de autores latinoamericanos de la Fundación Cuatrogatos, organización sin ánimo de lucro y con reconocido prestigio, dedicada al estudio e investigación de la Literatura Infantil y Juvenil. También lo recomienda el sello Mejor en verde… con 5 guisantes. Por ello, lo compartimos a través de este espacio de recomendación de las mejores propuestas de lectura para niños y jóvenes especialmente concebido para familias.