El lobo ibérico (Canis lupus) ha quedado incluido en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial desde este martes, 21 de septiembre. ¿Qué significa esta denominación? Que a partir de mañana su caza quedará prohibida en toda España, según recoge la orden del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que publica el Boletín Oficial del Estado. El Gobierno, con ello, pretende dar respuesta y según ellos mismos indican a las "diferentes propuestas recibidas" por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico provenientes de particulares, organizaciones científicas y administraciones.

Ahora bien, los grandes perjudicados, los ganaderos, se sienten "incomprendidos" y, sobre todo, ajenos a cualquier decisión que se haya tomado y que les afecta de forma directa. Es el caso, por poner dos, de Francisco Javier Pintado, que cuenta con un ganado ovino en Hinojosa y que ha recibido en varias ocasiones el ataque de lobos, además de Héctor Gómez, a quien los lobos le atacaron el porcino ibérico varios días consecutivos el pasado verano de 2020. 

¿Qué supone para ellos la aprobación y puesta en marcha de esta ley? "Desde dentro lo vivimos con la resignación a la que estamos acostumbrados. Esta ley va en contra del sentido común y de lo que es una buena gestión del mundo rural, y hablo del mundo rural de verdad y no el que las administraciones y los ecologistas pretenden tener hoy en día", señala Pintado. 

Ambos concuerdan en que la sociedad en general y los que crean este tipo de leyes en particual, son ajenos al día a día de un ganadero, una profesión "sin días de descanso ni vacaciones" y más si cabe aún con esta nueva normal que hace que "estemos atados al ganado día y noche". ¿Qué supone entonces un ataque de lobo? "Supone una auténtica catástrofe. A parte de la impotencia de sentirte ninguneado por poner a un animal tan dañino por delante de las personas, el estrés que genera a los animales que no mueren y el desastre que es lo que te condiciona no poder dejar los animales en el campo ni de día ni de noche. Es un cúmulo de circunstancias y contracciones. Están diciendo que hay que incentivar el pastoreo y después te atan de pies y manos a los pocos que quedamos con ovejas para que ello no ocurra", continúa el ganadero ovino. 

El ataque de lobo, además de muerte, crea miedo y sufrimiento entre los animales

En el caso de Héctor el lobo acabó con un total de 19 de sus animales y otros 12 mordidos, así recuerda lo que sucedió y cómo le afectó en términos económicos: "No somos conscientes de lo que puede significar si no te toca de cerca. Todos los animales se ven perjudicados, los que son mordidos, muchos de ellos ya no sirven y pese a que los lleves al veterinario con el coste económico que ello supone, acaban muriendo, además el resto cogen miedo a salir y no comen. El ataque de lobo, además de muerte, crea miedo y sufrimiento entre los animales, ya no es solo una cuestión económica". 

Consirán así y cómo han mencionado con anterioridad que se "antepone el lobo a las personas", pues "los grandes afectados somos todos aquellos que recibimos el producto". ¿Qué es lo que piden los ganaderos? "Hay algo que se debe dejar claro, ninguno de nosotros pretendemos que se extinga ni desaparezca, sino que se haga una gestión en la que el animal pueda estar en ciertos sitios y no en todos los que pretenden, es decir, toda la península ibérica sin distinción de si hace bien o mal. El hecho que hace años estuviera por toda la península no quiere decir que hoy sea compatible con ciertas zonas ganaderas que ni están preparadas para convivir con él ni tienen porqué estarlo. No es compatible, todo lo que hablan es muy fácil decirlo, pero luego hay que estar en el sitio. Precisamente, este animal es más inteligente que las personas que lo gestionan, es más astuto y difícil de controlarlo con facilidad, ni con mastines, ni vallados ni nada", sentencia Francisco Javier. 

¿Supone pues un cambio en su forma de trabajo? "Mi forma de trabajar no cambia a partir de mañana. El año pasado y hace dos años sufrí ataques de lobo y desde entonces he tenido que modificar todo. Compramos cancillas nuevas para encerrar el ganado, lo encerrábamos de noche, no lo sácabamos a pastar en ciertas zonas que, por supuesto, se quedaron sin aprovechar...En fin, estás con la incertidumbre constante de si habrá servido el cercado o no, cogí otro mastín además del que tenía que tampoco llegó a ser bueno...un cúmulo de cosas que te condiciona el día a día. Dicen que nos dan subvenciones y que así podemos hacer frente a la convivencia con el lobo, te digo que no, está muy por encima de los recursos que tenemos a nuestro alcance". 

¿Hablamos de consecuencias? "La previsión es fácil, muy fácil. Si tenemos en cuenta que la media de edad, que me la imagino, es muy elevada, no hay incorporaciones y si además le pones un nuevo impedimiento, que hay lobos por todos los lados y que te vas a quedar sin ganado, hazte a la idea de que vamos a ir a buscar la leche de oveja a China y los corderos a Australia. En resumidas cuentas eso es lo que puede pasar, si ya de por sí no hay futuro ni relevo generacional, esto es un impedimiento más de peso para que de aquí a diez años, la cabaña de ovino en Castilla y León sea diez veces menos de la que hay hoy, es decir, tendiendo a desaparecer", finaliza. 

Las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León, donde habita el 95 por ciento de los ejemplares de la especie se han mostrado en contra de esta decisión y han anunciado que recurrirán esta decisión por vía judicial. Además, Asaja avecina concentraciones y protestas, ¿serán escuchados los ganaderos?