Unionistas de Salamanca cumplió lo que prometió. Sí quiso ser protagonista y sí luchó por tener el balón sobre el terreno de juego del Reina Sofía ante el Real Unión de Irún con una entrada bastante más baja a la línea seguida a lo largo de toda la temporada. Luis Ayllón apostó de inicio con Pedraza de central junto al recuperado tras sanción Íñigo Piña con José Salinas y Antonio Marín en los laterales. El centro del campo fue para Nespral y Acosta, mientras que las bandas para Cris Montes e Íñigo Muñoz, derecha e izquierda respectivamente. Arriba De Miguel y Pablo Espina. 

El protagonismo o intento de, se percibió de inmediato con tránsito por ambas bandas. Íñigo Muñoz y Cris Montes lideraron, junto a De Miguel que generaba de espaldas, las principales acciones ofensivas de los blanquinegros, con un doble esfuerzo defensivo. Unionistas también quería tapar huecos, evitar fallos y cada jugador se mostró sólido con su marca, al menos durante la primera media hora. De hecho, las dos acciones más claras de los irundenses vienen de cierta lentitud en segundas acciones, que han plantado a jugadores totalmente solos ante Florentin Bloch. En la priemera, el balón acabó en el fondo de la red, en la segunda, el guardameta francés se adelantó a las intenciones del jugador salmantino. 

Comenzó el encuentro con el primer disparo del partido para Senar el que lo intenta desde fuera del área, directamente fuera. El central de Real Unión de Irún quiso sorprender a Florentin Bloch con un potente disparo, pero el esférico se marchó a la izquierda del portero. La siguiente acción ofensiva cayó del lado contrario. En base a pelear, a volver a intentarlo, a recoger el rechace. El extremo de Unionistas, Cris Montes, la enganchó dentro del área y disparó estrellando el balón contra el palo. El rechace llegó hasta De Miguel que lo volvió a intentar en un disparo cruzado, directamente fuera. 
 

Precisamente, ese intento de ser protagonista, adelantó demasiado líneas y así llegó el tanto de los vascos. Defendían todos, la presión era adelantada, lo que obligaba a retrocer el balón a los jugadores a las órdenes de Aitor Zulaika, pero abría espacios de cara a posibles transiciones rápidas. Marcaba el minuto 29 cuando la robó al borde del área el conjunto visitante ante el intento de Cris Montes de crear peligro, la situación pilló a Unionistas desprevenido con la defensa demasiado adelantada y tras el spring de Nacho Sánchez el que Pedraza estuvo todo el rato detrás, este se plantó solo ante Florentin Bloch, ajustando el balón al palo largo. 

Lejos de venirse abajo y menos con la grada empujando más que nunca, Unionistas siguió con la intensidad marcada desde el primer minuto. Nuevo intento de Cris Montes. Se revolvió, se dio la vuelta, se fue de dos defensores, pero no encontró pase y acabó por disparar demasiado centrado y flojo. Inmediatamente, clara ocasión del Real Unión. Oyarzun se sacó de la manga un pase milimétrico en profundida para Pradera, que consiguió rechazar Bloch, atento.

Y llegó el gol: Saque de banda desde el lateral derecho, Cris Montes gana la espalda a su defensor y se inventa dentro del área un pase atrás a la llegada de José Salinas, que sin marca alguna dispara imparable para Jon Irazusta. Empataba el encuentro Unionistas. Daba esperanza. Daba alas antes del descanso 

Y esa esperanza se transformó en energía al comienzo de la segunda parte. A pesar del desgaste físico, los jugadores charros comenzaron con presión alta, centraron su juego en ambas bandas y en tan solo 15 puntos generó todo lo que no había conseguido ante el Badajoz. Fue en el primer minuto cuando Íñigo Muñoz escorado en la banda izquierda, el jugador de Unionistas se colocó a la perfección para tratar de ajustar el balón a la escuadra. Por muy poco se marchó ese balón y por muy poco también se desvío el de Pablo Espina diez minutos después. La puso rasa José Salinas en banda izquierda para la pegada de primera del delantero del conjunto charro, pero de nuevo con la misma suerte. 

A pesar de esa falta de eficacia, el dominio y la superioridad de Unionistas era evidente. El Real Unión no era capaz de pasar el medio del campo, provocando la defensa local continuos errores en la salida de balón. Esa intensidad tenía el peligro de que el conjunto charro acabara agotado antes del pitido final y Luis Ayllón decidió mover ficha. Pablo Espina, visiblemente cansado, salió del terreno de juego por Carlos de la Nava, mientras que cinco minutos más tarde fueron Nespral y Antonio Marín los que entraron al banquillo. En su lugar entraron Mandi Sosa y Jorge Mier. 

Y la superioridad se mantuvo. Y el premio llegó después de muchos 'uy'. Primero jugada a balón parado botada por Cris Montes, que la puso al segundo palo directa a la cabeza de Acosta, pero la envió demasiado larga. Segundo, Carlos de la Nava desde dentro del área y escorado en la lado izquierdo disparó muy ajustado a la escuadra. Y tercero, porque a la tercera va la vencida o eso dicen, golazo de De Miguel elevando el esférico por encima de Irazusta. Después, euforia.