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El lobo como 'policía sanitaria': su presencia ayuda a tener el ganado más sano
Ésta es la conclusión del estudio 'Aspectos esenciales del lobo y su gestión', elaborado por Life Lobo Andalucía.
Convivir con el lobo en paz es el gran deseo de los ganaderos de Castilla y León, que buscan un respeto mutuo entre sus animales y el cánido por excelencia. No en vano, la realidad es bien distinta porque los ataques en sus explotaciones han sido notables a lo largo de los años. "No queremos que desaparezca el lobo, ni mucho menos, pero queremos poder convivir con él"; ésta es la frase más reiterada por los profesionales de este sector (ovino y vacuno en su mayoría), que cuentan ahora con un nuevo motivo para firmar la 'pipa de la paz'.
Y es que, un estudio científico ha dejado un nuevo dato a analizar. Según el informe 'Aspectos esenciales del lobo y su gestión', elaborado por Life Lobo Andalucía, la presencia del lobo ayuda a tener un ganado más sano, o lo que es lo mismo, con menos enfermedades.
"En resumen, los lobos provocan daños al ganado, pero también reducen las importantes pérdidas que los ungulados causan a la agricultura, además de limitar la transmisión de enfermedades al ganado. Es indudable que el lobo puede jugar un papel de policía sanitaria y, en especial en el sur de España, los ungulados cinegéticos tienen un problema grave de prevalencia de enfermedades trasmisibles al ganado, como tuberculosis, aujeszky, etc. El lobo teóricamente depredaría más sobre individuos enfermos, lo que reduciría la transmisión de estas enfermedades. Si lográramos cuantificar con cierta precisión estas variables quizá nos daríamos cuenta de que la persecución al lobo no siempre beneficia a la economía del sector agropecuario", reza una de las conclusiones del estudio científico.
No hay que olvidar que Castilla y León es una de las comunidades de España donde la presencia del lobo es más significativa, con Zamora, León, Ávila, Segovia o Salamanca como territorios conm mayor presencia en la región. Es más, la población de lobos en Castilla y León ha aumentado un 20 por ciento en una década, es especialmente común en la zona cantábrica, Montes de León y Zamora, aunque en términos relativos el mayor crecimiento se concentraría en las provincias de Ávila y Segovia.
Ésa fue la conclusión de la publicación 'Lobos. Población de Castilla y León. Situación en España', del biólogo Mario Sáenz de Buruaga, que ha presentado el director general del Medio Natural, José Ángel Arranz, y con el que pretende dar respuestas a algunos de los interrogantes que se plantean en torno a la especie.
La publicación concluye que la población de lobos en la Comunidad habría aumentado un 20 por ciento en una década y es especialmente común en la zona cantábrica, Montes de León y Zamora, aunque en términos relativos el mayor crecimiento se concentraría en las provincias de Ávila y Segovia.
El último censo nacional 2012-2014 arrojó un resultado de 297 manadas de lobos en España, de las que potencialmente 191 campeaban Castilla y León, a veces a caballo con otras regiones. De ahí que el trabajo abordado en el censo regional de Castilla y León 2012-2013 permitiera localizar 179 de esas manadas, 152 al norte del río Duero y 27 al sur.
AL NORTE Y SUR DEL DUERO
En la actualidad, según revela el estudio científico 'Aspectos esenciales del lobo y su gestión', "el lobo al norte del Duero se encuentra en el anexo V de la Directiva de Hábitats, que permite su caza y su control siempre que las poblaciones se mantengan fuera de peligro. Al sur del Duero, el lobo está en los anexos II y IV de la Directiva, que exigen una protección estricta, aunque de forma excepcional se permite el control de algunos individuos en determinadas circunstancias cuando haya daños reiterados a la ganadería y las medidas de prevención no sean eficaces".
Al norte del Duero, "la tradicional división entre especie cinegética y especie protegida se difumina en una gestión cuyo principal objeto suele ser reducir los daños al ganado y el conflicto social. Cada comunidad autónoma utiliza su fórmula de manejo y las que tienen mayores poblaciones de lobos (Castilla y León, Galicia y Asturias) cuentan con planes de gestión que incluyen una zonificación del territorio mediante la cual la caza y el control se suelen concentrar de forma prioritaria en las áreas con más daños al ganado. En la mayoría de las comunidades autónomas situadas al sur del Duero, la caza y el control del lobo están excluidos", revela el mecionado estudio.
En 2017 el lobo ocupaba unos 115.000 km2 en el noroeste de España, con unas 300 manadas reproductoras, lo que viene a representar quizás unos 2.000 individuos. "A estos lobos españoles hay que añadir las 60 o 65 manadas que viven en el noreste de Portugal, formando parte de la población ibérica, que constituye la mayor población de lobos de Europa occidental. En España, las zonas más loberas se encuentran en Castilla y León, Galicia y Asturias, donde se concentra más del 90% de los ejemplares de nuestro país; otras comunidades con unas pocas manadas son Cantabria, Madrid y Castilla-La Mancha (Guadalajara)", concluye el estudio 'Aspectos esenciales del lobo y su gestión'.
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