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El periplo de una treintena de obras de arte de Salamanca a Estados Unidos y Argentina

Del Metropolitan de Nueva York al University of Arizona Museum of Art custodian piezas cuya origen fue Salamanca y cuya historia rescata el proyecto Nostra et Mundi

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El periplo de una treintena de obras de arte de Salamanca a Estados Unidos y Argentina
Isabel  Rodríguez
Isabel Rodríguez
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El patrimonio de Castilla y León también es viajero y no son pocas las obras de arte que se encuentran dispersas por el mundo. Recabar, catalogar y difundir todo este patrimonio es precisamente el objetivo del ambicioso proyecto Nostra et Mundi, impulsado por la Fundación Castilla y León -en colaboración con las universidades de Burgos y Valladolid- y que además de acaba de firmar un acuerdo de colaboración con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para la conservación del patrimonio cultural de la Comunidad.

Con esta iniciativa se pretende dar a conocer el patrimonio artístico y cultural de Castilla y León que actualmente se encuentra fuera de España, repartido por instituciones y museos de 14 países, como el Metropolitan de Nueva York, el Louvre de París o el Rijksmuseum de Ámsterdam. El catálogo virtual, accesible a todo el mundo, recopila por ahora más de 200 obras de arte de Castilla y León -casi una treintena de ellas procedentes de Salamanca- y que por distintos motivos han viajado a lo largo del tiempo y actualmente se encuentran lejos de su lugar de origen. Para la elaboración de este catálogo se ha realizado un minucioso estudio de cada una de las obras, analizando su procedencia, su historia, su descripción y su ubicación actual.

Las obras de Salamanca en The University of Arizona Museum of Art

'Circuncisión' es el título de una de las 26 tablas del retablo, datado a finales del siglo XV (entre 1480 y 1488) y atribuido a Fernando Gallego, que se conservan del antiguo retablo mayor de la catedral de Ciudad Rodrigo, y que en la actualidad se encuentran en The University of Arizona Museum of Art.

Según recoge la página web del proyecto Nostra et Mundi, "este retablo se atribuyó a Fernando Gallego, pintor radicado en Salamanca, pronto se advirtió que había una pluralidad de estilos que invitó a pensar, en un primer momento, en la participación de colaboradores y, finalmente, en la participación de dos talleres (procedimiento habitual en grandes obras como esta): el de Gallego y el del Maestro Bartolomé".

El retablo permaneció en la catedral de Ciudad Rodrigo hasta principios del siglo XIX. "Una vez desmontado, se tiene constancia de que había veintinueve tablas", tres más de las conservadas actualmente en Tucson.

Las tablas se vendieron en 1879 a un agente de Madrid (José Fallola), quien a su vez las vendió a un agente de Londres (Sir John Charles Robinson). En aquel entonces se conservaban 26 tablas. Unos años más tarde, en 1882, fueron adquiridas por Sir Francis Cook, que las instaló en su mansión familiar, cerca de Londres. Y con esta familia permanecieron hasta mediados del siglo XX cuando se pusieron a la venta, siendo adquiridas en 1954 por la Samuel H. Kress Foundation, que tras su restauración las entregó al museo de la Universidad de Arizona en Tucson.

Las tablas que se conservan son: 'La cena en casa de Simón', 'Juicio Final',  'Resurrección', 'Creación de Eva', 'Lamentación sobre Cristo muerto', 'Dos apóstoles' (san Bartolomé y san Juan Evangelista), 'Dos apóstoles (apóstol sin identificar ¿san Marcos? y santo Tomás)', 'Dos apóstoles' (san Andrés y san Pedro), 'Última cena', 'Cristo y la Samaritana', 'Ecce Homo', 'Entrada de Cristo en Jerusalén', 'Cristo ante Pilato (o Pilato lavándose las manos)', 'Curación del ciego de nacimiento', 'Crucifixión', 'Las tentaciones de Cristo', 'Las bodas de Caná', 'Transfiguración', 'Oración en el huerto', 'Camino del Calvario', 'Resurrección de Lázaro', 'Cristo entre los doctores', 'Prendimiento de Cristo', 'Entrega de las llaves a san Pedro' y 'La creación'. 

La obra que viajó hasta el Metropolitan Museum de Nueva York

'San Miguel y San Francisco', de Juan de Flandes, datada a principios del siglo XVI (entre 1505 y 1508). En este caso, procedente de la Universidad de Salamanca, su emplazamiento actual es el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. 

'San Miguel y San Francisco', de Juan de Flandes (Foto: Nostra et Mundi)

Esta pieza de arte, tal y como recopila el proyecto Nostra et Mundi, viajó hasta Londres, como parte de una exposición que tuvo lugar en el Burlington Fine Arts Club,a principios del siglo XX (en 1908), y estando en manos en ese momento de Sir Frederic Cook. "En 1920 pasó a Sir Herbert Cook, y cuando este falleció en 1939 a Sir Francis Cook, que la mantuvo en poder de la familia en Doughty House, Richmond, Surrey, hasta que en 1954 se vendió a Rosenberg and Stiebel, Inc. de Nueva York. En 1958 la adquirió Mary Wetmore y ese mismo año la donó, en memoria de su marido al Metropolitan Museum of Art de Nueva York"

La talla, el cáliz y las vinajeras que viajaron hasta Buenos Aires  

La talla de San Lorenzo, procedente del Convento de Santa María de las Dueñas, en Salamanca, datado en el siglo XVI y atribuida al Maestro del Altar Sagrado, se encuentra a día de hoy en Buenos Aires, en el Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco.

"En esta escultura el santo sostiene un libro con su mano izquierda, mientras que sujeta una parrilla con la derecha". No se conoce quién adquirió la talla, si bien la teoría que más convence es que fuera comprada por un particular para donarla a las monjas dominicas del convento de Santa María de las Dueñas de Salamanca, donde permaneció hasta 1947.

Este año, un historiador argentino, llamado Héctor Schenone, la compró. "Había recibido una beca del Departamento de Relaciones Culturales del Ministerio de Asuntos Exteriores de Madrid para estudiar los antecedentes ibéricos del arte colonial americano. Este aprovechó su viaje para nutrir su colección privada". Años después, fue nombrado director del Museo Municipal Isaac Fernández Blanco, lugar donde se conserva la colección de Schenone y donde se encuentra la talla de San Lorenzo.

Conjunto de cáliz y vinajeras. (Foto: Nostra et Mundi)

Hasta Buenos Aires también viajó el conjunto de cáliz y vinajeras procedente de la iglesia de Santo Tomás Canturianse, y datadas en el siglo XIII. 

Las piezas permanecieron en la iglesia hasta 1947, y también fueron adquiridas por el historiador argentino antes mencionado, Héctor Schenone. 

A través del catálogo de Nostra et Mundi se pueden consultar las obras y buscar entre ellas por lugar de procedencia, ubicación actual, autor, materia y por cualquiera de los campos incluidos en la investigación. Además, se puede ver de forma gráfica, a través de un mapa interactivo, los viajes de cada obra a lo largo del tiempo.