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Las élites intelectuales que arroparon a Unamuno en su destierro

El telegrama de Einstein felicitando a Unamuno por su regreso a España ahonda en los vínculos que el rector de la Usal mantuvo con escritores y artistas mundiales

Las élites intelectuales que arroparon a Unamuno en su destierro
Detalle del telegrama de Einstein a Unamuno. (Foto: EFE)
Daniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
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El hallazgo del telegrama que Albert Einstein y una veintena de filósofos y escritores alemanes remitieron a Miguel de Unamuno tras volver de su destierro revela la talla académica del rector de la Usal, que contó entre sus apoyos con la élite intelectual de Europa y parte de América.

A lo largo de su vida, Unamuno ya había tenido tiempo de labrarse una fama como ensayista, novelista y poeta; de entrevistarse con el rey Alfonso XIII; de ser nombrado rector de Salamanca y de 'incendiar' a la opinión pública con sus artículos. 

En febrero de 1924, Primo de Rivera condenó a Unamuno al destierro en la isla de Fuerteventura a consecuencia de sus abiertas críticas contra el dictador. Pese a la popularidad de Unamuno, el suceso apenas levantó críticas en España (se recogieron poco más de 500 firmas en contra de esta decisión, según recoge el Diccionario Biográfico Electrónico de la Real Academia de Historia), aunque algunos juristas como Fernando de los Ríos sí fueron sancionados por sus alegatos en favor del filósofo bilbaino.

"Más significativa fue la protesta de ciertos escritores extranjeros, como Romain Rolland, Max Scheler, Gabriele D'Annunzio o Leopoldo Lugones", apunta la academia de Historia. Por contextualizar, Rolland era premio Nobel de Literatura y el día del nacimiento de Lugones -13 de junio- conmemora actualmente el día del escritor en Argentina. 

 

¿Por qué no ganó el Nobel?

 

En julio de 1924 Unamuno rechazó la amnistía general concedida por la dictadura y marchó a Francia, donde coincidió con Ortega y Gasset y el escritor mexicano Alfonso Reyes y organizó tertulias con literatos como Vicente Blasco Ibáñez. La estancia francesa le procuró contactos entre las élites culturales de Europa: el crítico e hispanista francés Jean Cassou, el poeta alemán Rainer Maria Rilke, el novelista inglés John Galsworthy (Nobel de Literatura en 1932), el dramaturgo italiano Luigi Pirandello (Nobel en 1934)... 

Unamuno viajó a Hendaya en 1925. Allí recibió más visitas ilustres e invitaciones para eventos culturales como el centenario de Tolstoi. Por supuesto, siguió colaborando con revistas literias y su nombre apareció entre los candidatos al Nobel, pero según la Real Academia de Historia, el gobierno español comentó al sueco que Unamuno era "un factor de desorden", algo que quizá pudo privarle del mayor premio de las letras mundiales.

En febrero de 1930 cayó el directorio de Primo de Rivera y al fin, después de casi seis años de exilio, Unamuno volvió a España.

El telegrama de Einstein se reveló el 15 de marzo de 1930. Además del icónico científico, le mandaron sus apoyos la artista expresionista Käthe Kollwitz; el autor de Berlin Alexanderplatz, Alfred Doeblin; y el dramaturgo Ernst Toller, quienes se identifican como "sus amigos alemanes". Califican a Unamuno de "valiente luchador, gran poeta y filósofo" que ha "soportado con noble orgullo" el exilio y le saludan "con motivo de su gloriosa vuelta del honroso destierro".