El sentimiento ganó al horario y Unionistas entró a su campo con un chute extra de energía de sus aficionados
Empezó mal el partido para los intereses del Salamanca UDS, pero más allá del resultado pasaron centenares de cosas sobre el césped y en las gradas del estadio salmantino.
La grada alentó a los suyos, tanto en uno como el otro bando, y no abandonaron a sus jugadores. Una tarde especial, especialmente los locales, con una entrada de alrededor de 10.000 aficionados según el propio club.
Sobre el terreno de juego uno de los primeros protagonistas fue Caramelo. Tanto para bien como para mal. El extremo no fue contundente para despejar un balón y la jugada acabó en el 0-1 a los cinco minutos. Pero por otro lado tuvo el primer acercamiento de su equipo al robar un mal pase de Iván Villar, aunque la defensa estuvo rápida.
Los cánticos no faltaron en los asientos. Más allá del mítico himno de la UDS que volvió a resonar en el fondo, los peñistas botaron y cantaron, entre otras, el 'Oh, Salamanca' o tuvo un recuerdo para el equipo rival de la ciudad, cantaron el 'Dueñas, vete ya' y pitaron a su entrada al Martín Galván. Una grada que, pese a ello, estuvo disfrutando del juego y que inclusó soltó un 'oh' después de un caño a Cristeto y que recitó 'olés' con pases en campo propio. Era una tarde diferente y los detalles de jugadores de Primera División no se pasaron por alto.
Otro detalle bonito y que encandiló a la grada fue el de Juancho. El extremo recibió en el punto de saque inicial y ante la presión de varios jugadores controló, se perfiló y acabó cediendo a un compañero para dejarlo en ventaja.
Aspectos que pese a ir en desventaja encantaron a una afición que aplaudió cada gesto y detalle técnico, aireó el clásico 'uy' cuando un balón bordeaba el área celtista y alentó a los suyos.
Pero entre los jugadores no fue todo tan bonito y Caramelo se las tuvo con Carlos Domínguez. La exigencia estaba más sobre el verde en un partido diferente a los de cada quince días. Y es que la Copa del Rey tiene un aroma especial y diferente que permite disfrutar de rivales de Primera.
Al final la lógica mandó y el Celta ganó en el Helmántico. Un resultado acorde a lo esperado por la diferencia de categorías, pero fue un partido de los que quedan en la memoria, generan afición y unen al deporte con las personas. No todos los días se pueden disfrutar de partidos así.
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