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La huella salmantina en los 205 años de vida del Museo del Prado

La gran pinacoteca nacional cumplió ayer 205 años desde su inauguración y entre sus paredes cuelgan diversas obras vinculadas con Salamanca

La huella salmantina en los 205 años de vida del Museo del Prado
Puerta de Murillo del Museo del Prado.
Daniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
Lectura estimada: 3 min.

El presidente de la II República, Manuel Azaña, sintetizó en una sola frase pronunciada en plena Guerra Civil la relevancia del Museo del Prado: "El Prado es más importante que la República y la Monarquía. Porque en el futuro podrá haber más repúblicas y monarquías en España, pero estas obras son insustituibles". La gran pinacoteca nacional, hogar de 'Las Meninas', de 'Los fusilamientos del 3 de mayo' y de 'El caballero de la mano en el pecho' cumplió ayer 205 años.

En estos dos siglos largos de vida, el museo ha acumulado obras de pintores salmantinos, lienzos inspirados en la ciudad o la provincia o trabajos de otro tipo de profesionales, como grabadores, alusivos a Salamanca. 17 piezas de Castilla y León, en una exposición temporal en Madrid.

La web del museo recoge los nombres y vidas de algunos de esos artistas que contribuyeron, en la medida de sus posibilidades, a nutrir la pinacoteca.

 

Del siglo XV al XVIII

 

Fernando Gallego vino al mundo en Salamanca y fue un "pintor español, representante del estilo hispano-flamenco en Castilla. Es uno de los artistas castellanos más importantes y reputados en el último tercio del siglo XV y en los primeros años del XVI", según lo define el propio museo, donde se custodian tres de sus obras. 'La Piedad' y 'Cristo bendiciendo' se exhiben en la Sala 051A del Prado, mientras que 'El martirio de Santa Catalina' está custodiada en sus almacenes. Su obra mas famosa, 'El Cielo de Salamanca', puede verse en una sala del patio de Escuelas Menores de la Universidad.

'La Piedad', de Fernando Gallego. (Foto: W. Commons)

Siglos mas tarde destaca Antonio Carnicero, un pintor y grabador que trabajó como pintor de cámara y que retrató a Carlos IV y a Manuel Godoy, colaboró en una serie de dibujos sobre trajes populares de España e inmortalizó acontecimientos como el vuelo de un globo sobre Aranjuez, obra de 1784 que se muestra en la sala 093 de El Prado. 

Ascensión de un globo Montgolfier en Aranjuez, del salmantino Antonio Carnicero. (Foto: W. Commons)

Otro salmantino del siglo XIX, Félix Prieto, talló dos grabados de la Virgen de Guadalupe y de Fray Luis de León, aunque ninguno de ellos se expone al público. El Prado también es propietario del cuadro 'La muerte del niño', firmado en 1901 por el pintor de Alaraz Lorenzo Albarrán y cedido a la Cámara de Comercio de Salamanca. Finalmente, en cuanto a otras disciplinas como la fotografía, hay que señalar que dos instantáneas de José Oliván reposan en los depósitos del museo (como curiosidad, el famoso fotógrafo Venancio Gombau era cuñado de Oliván)

 

Las monedas del imperio

 

La mano de un salmantino diseñó las monedas que circularon por España y América a mediados del siglo XVIII. 

Tomás Francisco Prieto se formó como grabador en su Salamanca natal y, como tantos otros, acabó por marcharse a Madrid, donde se convirtió en "grabador general de todas las casas de moneda de España e Indias. En 1761 fue nombrado grabador de su majestad y de su real casa pero sin recibir por ello sueldo adicional. El puesto de grabador general le adjudicó el control artístico y le obligó a elaborar los diseños -en papel o en materiales moldeables- y a grabar en hueco en piezas de acero los diversos motivos que figurarían en las monedas y medallas", explica la web de El Prado.

También descolló como dibujante, bocetando el diseño de diversas medallas para premiar logros militares y científicos bajo los reinados de Carlos III y Carlos IV. Estos dibujos, sin embargo, no se exponen al público.

El catálogo de la pinocoteca incluye muchas más referencias a Salamanca, como lienzos de charros, pinturas de estudiantes del siglo XVIII, grabados con detalles de la fachada de la Universidad o alzados de la Catedral, entre otros, no necesariamente elaborados por artistas de nuestra provincia.

Más Info.

El autor más insigne relacionado con Salamanca, aunque de forma tangencial, es Francisco de Goya. El jurista Gaspar Melchor de Jovellanos (asturiano de origen y estudiante en Salamanca) le encargó en 1783 tres cuadros para el colegio de Calatrava, sede actual del obispado de Salamanca. Los lienzos fueron destruidos durante la Guerra de Independencia y sólo quedó el boceto del cuadro de una Inmaculada Concepción, "posible regalo del artista" a Jovellanos, que puede verse en la sala 034 del Prado.