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Cuatro paredes para evitar olvidar el pasado glorioso de Béjar

El Museo Textil de la localidad es un viaje al pasado para rememorar aquella industria que en su día colocó a Béjar como una potencia del país

Interior del Museo Textil de Béjar. Fotos: Arai Santana.
Manel Pacho
Manel Pacho
Lectura estimada: 4 min.

Entrar por su puerta es dar un salto al pasado. A aquellos tiempos donde Béjar estuvo en su máximo esplendor demográfico, económico y de relevancia. El golpe de la humedad, lógico al estar junto a un río, da mayor sensación de retroceder en cuanto se abren las puertas del Museo Textil. Allí, a lo largo de distintas estancias y pisos se puede conocer al detalle cómo arrancó la industria, cómo funcionaban las fábricas u observar parte de la maquinaria utilizada durante décadas.

Dentro espera Maite Belloso Martín, delineante y amante del textil que trabaja en el recinto y hace de guía para quienes entran a conocerlo. Lo deja claro desde el primer momento: "Esto es un homenaje a todos los que trabajan y trabajaron en la industria". Dicho y hecho. Este sentimiento queda patente en cientos de detalles.

Si bien Béjar llegó a contar en el siglo XIX con alrededor de 200 fábricas, en estos momentos únicamente siguen operativas seis de ellas. Un descenso considerable, muestra del declive progresivo de una industria textil que llegó a estas tierras salmantinas con la Edad Media, plasmado en un primer documento del siglo XIII, el fuero de Béjar donde se recogían disposiciones. A partir de entonces el textil fue cambiando, quedando regulado a finales del siglo XV la industria textil lanera.

¿Por qué en Béjar? Por la coincidencia de la cañada soriana y la Ruta de la Plata, tal como explica Belloso. Una serie de circunstancias que, entre otras cosas, pusieron a esta localidad en el mapa europeo con la llegada de maestros flamencos que enseñaron a conseguir un paño de mayor calidad.

En el Museo Textil uno puede conocer el proceso completo, desde la elección de la lana hasta su confección. Un recorrido a base de conocer las máquinas y el trabajo, entre otras figuras el de las zurcidoras, un trabajo mayoritariamente llevado a cabo por mujeres.

"No era posible sentarse en el parque de la gente que había"

En el momento álgido de la industria, todas las familias bejaranas contaban con algún miembro o familiar siendo participe de ella. Un trabajo que no cesaba, teniendo muchos de ellos dos empleos y saliendo de una fábrica hacia otra para proseguir con su jornada. Esto llevaba a los más pequeños de la casa a acercarles la comida al puesto de trabajo, una imagen habitual en Béjar y que demostraba la unión entre la localidad y este sector.

Maite Belloso recuerda su infancia muy ligada al mundo textil. Apasionada de este, no ha dejado de explicar a sus hijos que cuando era niña "no era posible sentarse en el parque de la gente que había", o que jugaba con sus amigos a ver de qué color iba a bajar el río a cuenta de los tintes utilizados.

Esta estampa de la ciudad llena de gente cada vez se ve menos. La despoblación golpea a la provincia salmantina y Béjar no se libra del golpe. La situación ha cambiado y con el cierre de las fábricas también llegaron las maletas y la emigración a otros lugares para buscar un futuro más próspero.

'Las sastras del textil de Béjar': un ejemplo de lucha

Ese futuro también lo batallaron las conocidas como 'Las sastras del textil de Béjar'. En la década de los años 40 del siglo XX, un grupo de mujeres decidió ponerse en huelga ante el gran número de horas que trabajan y la diferencia de sueldo que recibían respecto a los hombres.

La guía deja claro que muchas de las mujeres que trabajaron en la industria han peleado posteriormente, aunque en este caso para recibir una pensión a pesar de que en muchos casos no estaban dadas de altas y no podían mostrar las credenciales de que habían trabajado durante años.

Falta de apoyo a la industria nacional

Durante el recorrido, encontramos en el piso superior diferentes trajes confeccionados en las fábricas cercanas. Entre ellos, algunos del ejército, una rama que se producía casi en su totalidad en este rincón de Salamanca. "Uno de los problemas de que la industria no siga a flote es que los diferentes gobiernos no han apostado por España y han apostado por otros productos que no tienen nada que ver en calidad", lamenta Belloso.

Esta no duda en recuperar uno de los dichos tradicionales que se escuchaban por las calles hace años: "En la fábrica textil entraba un hombre desnudo y salía vestido". Una frase con la que deja entrever su pesar por el pasado glorioso de la localidad.

Tal fue la importancia de Béjar que "algunos hombres que trabajaban en el sector textil no hacían la mili". Queda todo dicho. A la espera de que algún día pueda retornar aquella dinámica ascendente, el Museo Textil guarda entre sus paredes tesoros emblemáticos de lo que algún día fue.

Más Info.

Información sobre el Museo Textil de Béjar

Dirección: Calle Bajada de San Albín, 3.

Horario: Miércoles a domingo de 10:00 a 14:00 horas.

Teléfono: 923400115.

E-mail: museos@aytobejar.com