María Toledo, emoción y apoteosis flamenca en la Plaza Mayor de Salamanca

María es abogada de carrera y también compositora y pianista y cantante... De hecho, la única que en sus conciertos canta y toca el piano con un dominio que sorprende tanto a sus seguidores como a los amantes del flamenco.

Fuerza, raza, pasión, entrega... casi como no podía ser de otra forma por alguien cuya madrina es María Jiménez. La suya una voz llena de quejíos jondos y giros ha llegado la Plaza Mayor de Salamanca y tras ella se ha descubierto a María Toledo, la artista que redefine la relación entre el instrumento y estilo musical más profundamente español y que en las Ferias y Fiestas de Salamanca ha entregado al público a su obra 'Vicente'.

Una creación emotiva, que celebra la vida y la maternidad de una manera conmovedora con un homenaje especial también a un abuelo todo ello explorando diversos palos flamencos, desde bulerías hasta soleás.

La artista toledana dedicó este disco a su hijo y es evidente en las letras de cada uno de los temas impregnadas de alusiones a la maternidad tal y como ha ido relatando ella misma desde el vídeo de arranque.

"Un sueño que ni sabía que tenía", expresaba ante el público salmantino al hablar de cantar en "la Plaza más bonita del mundo" en la que ha calificado como "una noche muy importante para mí".

Poco a poco ha ido desgranando el disco, con '¡Qué buena suerte!', 'La bendición de mi vientre' o 'Como te quiere una madre', y en muchas de las canciones se puede escuchar los sonidos del bebé.

La canción 'Prometo', una nana por bulerías, comienza con los llantos del niño; en la canción 'Mi niño dice ole', una sevillana, se escucha al niño (intentar) decir 'olé'; o, en 'Verte crecer', unas alegrías, las carcajadas. También, dedica una canción entera al cumpleaños de su hijo: 'Cumpleaños feliz' y otra a su abuelo: 'Abuelo bigote', en forma de bulerías. Temas junto con otros que componen el diario personal y musical que ha ido desgranando en la Plaza Mayor..