Detenido en Valladolid por vender piezas de oro falsas: estafó más de 26.000 euros

La Policía Nacional detuvo en Valladolid a un varón por un delito de estafa. Los agentes le identificaron como autor autor de varias ventas de piezas de oro en establecimientos de compra-venta de objetos realizados con metales preciosos, que en su interior no contenían tal material. El arrestado, que actuaba junto a una mujer, que se encuentra en busca y captura, efectuó estafas por valor de 26.000 euros.

Los hechos se remontan a finales de septiembre de 2023 después de que el Grupo I de la Comisaría de Valladolid-Delicias recibiera información sobre la venta de piezas de oro que resultaban ser falsas. A partir de ahí, los agentes comenzaron a investigar. En un primer momento, comprobaron que un varón había sido detenido en Zaragoza por un indicativo policial, tras realizar una venta de piezas de oro falsas en un compraventa de esa ciudad, en la mañana del día 29 de septiembre del pasado año, percatándose horas más tarde el propietario del establecimiento de la falsedad de las piezas.

Esta misma operación se llevó a cabo en en otra localidad de la Comunidad de Madrid a través de una venta de dos monedas de oro que resultaron ser falsas, alcanzando el importe total de lo vendido la cantidad de 16.336 euros. Posteriormente se halló en Málaga otra operación de 16 monedas de oro por importe de 8.650 euros, que también eran falsas, comprobando la similitud de las monedas con las vendidas en Madrid. Días después, el varón y su mujer hicieron lo propio tanto en Valencia como en Murcia.

En Castilla y León, los agentes localizaron cuatro ventas en Valladolid, una en Salamanca y una en Palencia. Tras contactar con los responsables de los establecimientos donde se efectuaron esas operaciones pudieron comprobar que las joyas adquiridas por ellos, todas ellas en ventas con condición suspensiva, eran falsas. Ya en junio, la Policía logró detener en Valladolid al varón, que ya ha sido puesto en libertad con cargos. 

Por último, cabe destacar que las piezas falsas vendidas realizados con metales preciosos eran capaces de superar las primeras pruebas que se realizaban en los establecimientos, provocando el engaño suficiente a los trabajadores responsables de comprobar la autenticidad de estas joyas. Solamente tras un examen exhaustivo se podía certificar que el interior de la misma no era de oro.