No precisaban ayuda médica, pero sí para poder avanzar, ya que la nieve les impedía continuar
Piden apartar de una investigación a un capitán por amenazas: "Me voy a comer tu hígado"
Un imputado por narcotráfico pide que sea apartado por animadversión; el brigada ya había revelado a una mujer haber hecho prácticas ilegales de investigación
Un imputado en una causa de narcotráfico que se instruye en la Audiencia Nacional ha pedido apartar de esta investigación a un capitán de la Guardia Civil por animadversión y aporta como prueba una conversación que tuvo con otro investigado amigo suyo en la que le llegó a decir: "Me voy a comer tus cojones y tu hígado".
El denunciante de estos hechos es un investigado en la causa derivada de la operación Águila-Frozen contra el narcotráfico, durante cuya instrucción ya fue imputado el brigada de la Guardia Civil S.B. tras descubrirse que había revelado a una mujer haber hecho prácticas ilegales de investigación. "Soy el más ilegal de los ilegales", le llegó a decir.
Ahora, en un escrito remitido al juez de este caso, Santiago Pedraz, y al que ha tenido acceso EFE, este imputado denuncia que en esa conversación de su amigo, a su vez investigado por blanqueo, con el capitán A.M.S., jefe de la unidad de delitos económicos y tecnológicos de la Comandancia de Madrid, éste se dirigió a él en términos "insultantes, amenazantes y coactivos".
Amenazas, prosigue, que extendió "a la totalidad de los investigados" relacionados con él y "muy especialmente" a la hermana de este investigado, que es abogada y que representa a su amigo en otro procedimiento.
La secuencia de los hechos, señala el escrito, comenzó con un mensaje que envió el capitán a esta letrada, hermana del investigado que ha denunciado las amenazas.
En ese mensaje, que califica de amenazante, el guardia civil le comentó que quería hablar con el amigo investigado por blanqueo, y éste decidió ponerse en contacto con el capitán por WhatsApp, que horas después le llamó por teléfono, conversación que fue grabada y que ha sido aportada a la causa.
Tras preguntarle quién era y qué quería, el capitán le invitó a pasarse por la Comandancia: "Vente para la comandancia. Mira te iba a detener, pues ya me haces el favor y te vienes por aquí y lo solucionamos", a lo que el otro le pregunta si va directamente a la Comandancia.
"No te preocupes que voy a ir yo a tu casa. Tranquilo", le responde el guardia civil, y ante la pregunta de su interlocutor de a dónde iban a quedar exactamente, le espetó: "¿tú con quién te crees que estás hablando, chaval?"
Él le pide entonces que se relaje y el capitán le dice que se está "encabronando" y que si lo que pretende es "abuchantarme".
"Me voy a comer tus cojones y tu hígado", le advierte en ese momento el capitán, a lo que su interlocutor le responde que se está dirigiendo a él de forma correcta y le pregunta por qué tiene "esa obcecación" con él.
El guardia civil le cuestiona que quién es él para molestarle y llamarle y le suelta: "Sois unos mierdas que me tenéis hasta los cojones", y el otro le reprocha "el tono amenazante".
"El tono amenazante te lo tomas tú. Tu me has escrito a mi un WhatsApp hablando de mis corruptelas. La próxima vez te meto una querella por el culo, bueno por el culo te voy a meter...", es su respuesta.
Más adelante, el capitán le pregunta que qué quiere aparentar frente a los otros investigados "¿que eres guay?. Tú eres un pringado" y le advierte que no se puede "permitir el lujo de hablar con la loca, puta rubia esa de mierda que me quiere meter droga en el maletero del coche".
"Y te voy a meter un cebollazo y me vas a ver la puta cara", prosigue, y tras preguntarle su interlocutor a qué se refiere, le matiza: "un cebollazo legal".
"La lectura de la conversación no refleja ni aproximadamente el tono denigrante y coactivo con el que se dirige A.B. a su interlocutor y, en extensión, a los demás investigados, muy en especial a la hermana de mi representado, y que es percibido, con congoja, en la audición", expone el escrito, en el que se transcribe el diálogo entre ambos.
Por todo ello pide apartar al capitán de la investigación, que se depuren las correspondientes responsabilidades penales, y que quede constancia de que los investigados "temen sufrir las represalias de los investigadores por vis compulsiva o a través de una taimada y arbitraria imputación".
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