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La exposición que descubre a 'Nikola Tesla: el genio de la electricidad moderna' llega a Salamanca
La exposición, que aúna ciencia y tecnología, incluye módulos electromecánicos para que los visitantes puedan observar los inventos de Tesla en funcionamiento
Polifacético, idealista, excéntrico y visionario. Así era 'Nikola Tesla: el genio de la electricidad moderna', uno de los inventores más importantes de la historia y al que debemos inventos tan destacados como el motor de inducción y el desarrollo de la corriente alterna como fuente de energía. De Tesla, existen documentadas 280 patentes en 26 países diferentes, pero se sospecha que existen otras aún no identificadas.
Una figura que, hasta el próximo día 1 de mayo y de la mano de la Fundación la Caixa en colaboración con el Nikola Tesla Museum, podemos descubrir en la exposición itinerante que llega a Salamanca, y que ha sido inaugurada este jueves en la Plaza de Anaya, contando con la presencia del alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo; la directora de la oficina Store de CaixaBank en Salamanca, Remedios Miguel, la delegada territorial de la Fundación la Caixa en Castilla y León, Araceli Gutiérrez; y la asesora de la exposición, Daniela Hidalgo.
La exposición, que aúna ciencia y tecnología, incluye módulos electromecánicos para que los visitantes puedan observar los inventos de Tesla en funcionamiento. Una muestra que recorre la vida de este extraordinario científico e ingeniero, una de las mentes más brillantes que se hayan conocido a pesar de todas las dificultades que experimentó. Cuando Tesla nació, en 1856, el mundo funcionaba gracias al vapor y a la fuerza física; cuando murió, 1943, a los 86 años en Nueva York, lo hacía impulsado por la electricidad. A pesar de su genialidad y su visión, Tesla no estaba dotado de una gran perspicacia para los negocios y fue plagiado por algunos de sus contemporáneos.
Su primer gran invento, el motor de inducción
En la exposición se explica, por ejemplo, que la curiosidad por los fenómenos eléctricos se despertó en Tesla siendo muy pequeño, cuando la electricidad estática produjo unas chispas ruidosas mientras mimaba a su gato debido al roce de su mano. De joven, empezó los estudios de ingeniería eléctrica en la Escuela Politécnica de Graz y allí ideó nuevos tipos de motor.
En 1883, cuando ya trabajaba para la Continental Edison Company, filial europea de una de las compañías de Edison, Tesla presentó su primer gran invento, el motor de inducción, que recogía una de sus ideas más obsesivas: construir un motor que funcionase utilizando un campo magnético rotativo como fuerza motriz y no con un conmutador y escobillas, como funcionaban los motores eléctricos de la época.
En 1884 se trasladó a Nueva York, donde empezó a trabajar para la Edison Machine Works. En su etapa en esta compañía, Tesla trabajó en la mejora de la red de alumbrado de Nueva York, que por entonces funcionaba con corriente continua y empleaba lámparas de arco voltaico con electrodos de carbón que debían ser sustituidos periódicamente. Su relación con Edison se enturbió cuando este se negó a cumplir sus promesas económicas, motivo por el cual Tesla dimitió y fundó su propia compañía, la Tesla Electric Light & Manufacturing, donde comenzó un periodo de grandes dificultades económicas que le generaron gran inseguridad.
En aquella época, entre 1886 y 1887, Tesla centró toda su atención en desarrollar el potencial de la corriente alterna, que es aquella en la que la intensidad y el voltaje varían en función del tiempo con una determinada frecuencia, a diferencia de la corriente continua, que mantiene su intensidad y voltaje a lo largo del tiempo, como sucede con una batería o una pila.
El magnate George Westinghouse estaba tan interesado en desarrollar las aplicaciones comerciales de la corriente alterna que llegó a adquirir los derechos de uso de siete patentes de Tesla que permitían superar los problemas existentes en la época para transmitir corriente eléctrica de manera eficaz a través de largas distancias. Tesla empezó a trabajar en la Westinghouse Electric & Manufacturing Company en un momento de competencia feroz entre las diferentes compañías norteamericanas.
Edison, alarmado por la tecnología de Tesla, que amenazaba sus intereses en un campo que él mismo había creado, inició una lucha de relaciones públicas que los periódicos denominaron la 'guerra de las corrientes'. La polémica registró episodios de auténtico juego sucio, pues a instancias de Edison se atizaba el miedo de la sociedad de la época a los accidentes por electrocución provocados por la alta tensión y se exageraba el número de accidentes mortales debidos al empleo de los sistemas creados por Westinghouse.
Dos episodios marcaron el final de la 'guerra de las corrientes'. Por un lado, la Exposición Universal Colombina de Chicago (1893) concedió a Westinghouse los derechos de producción de la energía eléctrica para el funcionamiento de la maquinaria y el alumbrado del acontecimiento, y se consiguió generar tres veces más energía que la consumida por el resto de la ciudad de Chicago gracias a la instalación de 12 generadores bifásicos de Tesla. La exposición también sirvió para mostrar las mejoras que había realizado sobre las lámparas fosforescentes, precursoras de las actuales luces fluorescentes. Así mismo, bajo la asesoría de Tesla, Westinghouse Electric consiguió el contrato para construir un sistema de generación de corriente alterna de dos fases en las cataratas del Niágara.
FOTOS: Marina Ballesteros
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