Guerra avisada, no mata soldado. Lo dice el refranera y gran verdad es que Perfumerías venida, después de aquella primer visita a Francia y algún otro encuentro esta temporada, saltó a la pista del Palacio de Lille teniendo muy presente que no podía descuidarse un segundo en un arranque en el que seguramente el equipo local querría imponer un ritmo fuerte. En un duelo en el que, de partir por debajo, tener que hacer un esfuerzo extra al que ya se preveía no parecía la mejor opción así que las de Pepe Vázquez saltaron a la pista muy centradas en lo que había que hacer, especialmente en la lectura de la defensa local.

Después de un primer balón a Koné, que sirvió para comprobar si había o no algo preparado para frenarla, dos buenas acciones con un rápido movimiento de balón para acabar en lanzamiento liberado y dos triples de Vilaró. Se ponía por delante el equipo salmantino aunque con poca ventaja porque en defensa hacian daños los tiros desde poste alto de Smalls y Burke. Cubierta ese agujero, con ayudas un poco más rápida, Vilaró aumentaba la ventaja azulona hasta los nueve puntos y Avenida mostraba una defensa zonal comoo alternativa defensiva. Podía ser una buena idea ante un rival con mucho más poderío interior que grandes tiradoras pero dos pérdidas inoportunas favorecieron cuatro puntos fáciles a Lille en el momento en el que se le podían haber acrecentado las dudas. Se acercó el equipo local aunque dos puntos postreros de Koné permitían cerrar el cuarto con ventaja, 16-21.

El primer cuarto había sido de Avenida, incluso sorprendentemente cómodo pero un duelo en Euroliga es largo y cambian mucho las dinámicas y la muestra fue el segundo parcial. Endureció el equipo local su defensa -bastante y solo bastó ver la cantidad de veces que Gil acabó por el suelo hasta el punto que Vázquez recibió una técnica por tratar de evidenciarlo-, pero más allá de ello Avenida se equivocó en varias situaciones que le dieron a su rival puntos fáciles. Balón perdido a media pista, rebote en defensa concedido para canasta fácil o mala lectura en alguna línea de pase que llevaron a un parcial favorable que Villeneuve aprovechó para remontar hasta el 26-23 tras el que Vázquez pidió tiempo muerto.

Koné trataba de tirar del carro y Delaere recibía una técnica por 'flopping' -el impacto fue evidente, que permítía volver a coger aire a las locales que cerraron el marcador al descanso a 36-31.

Los puntos de Koné en el inicio del tercer cuarto encontraban respuesta en un triple de Smalls que ponía un peligroso 41-35 pero respondía bien Avenida con un 2+1 de Gil. Había que seguir ahí y confiar en el trabajo defensivo, aun con el desgaste que eso suponía con pocos efectivos y una rotación muy justa y que tampoco da para que se la exprima. Lo que ahora hacía bien Avenida era parar cualquier transición rápida que buscaran las locales, mucho más incómodas si tenían que trabajar un ataque estático y con ese trabajo atrás más el triple de Vilaró, Avenida se ponía otra vez a tiro, 44-42, aunque le hacía daño Diaby y se veía sorprendido en una contra que obligaba a Vázquez, después de cuatro puntos en contra, a pedir tiempo muerto.

Hartley, negada en su aparición en el primer tiempo, sumaba desde el tiro libre cuatro puntos que en el tramo final de cuarto venían muy bien en un momento en el que tras un triple contra tablero las locales amenazaron con despegarse. Pero en ese constante hacer la goma, las azulonas desperdiciaban de nuevo la oportunidad de empatar el partido con su posesión y en la siguiente acción sí recibían canasta. Ccargando sobre el interior con hasta cuatro jugadoras, las del equipo galo cerraron el cuarto con seis puntos que eran un valioso botín, 56-50.

Un parcial de 4-0 en la apertura del capítulo final daba la máxima renta al equipo local lo que obligaba a Vázquez a pedir tiempo muerto porque en un visto y no visto el partido se volvía a alejar. Meter un balón dentro costaba la vida lo mismo que ir a por un rebote ofensiva, con una o dos jugadoras bloqueando a la referencia azulona y en un momento en el que hacía gasolina súper, Avenida ya iba evidentemente con el depósito en reserva. 

La diferencia se disparaba porque la defensa de Avenida ya no llegaba y sin la presión del marcador Villeneuve atacaba cómodo y sin miedo al error. El partido estaba decidido y ya ambos trabajaban pensando más en el 'average' particular que en otra cosa. Villeneuve yendo al choque siempre, Avenida sin resuello y denso de ideas dejaban ir algún tiro sencillo o se enredaba demasiado favoreciendo que la inercia llevara a su rival hasta superar los veinte puntos de renta. Otra vez en Francia salió la cruz y es que, también lo dice el refranero, hasta el más avisado, se ahoga en el vado.