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La Real arrolla al Benfica en 20 minutos y el Sevilla se desvanece

Los donostiarras asfixiaron a su rival para sumar un nuevo triunfo, mientras que los hispalenses apenas pisaron área contraria

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La Real arrolla al Benfica en 20 minutos y el Sevilla se desvanece
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
Lectura estimada: 3 min.
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La Real Sociedad arrolló al Benfica (3-1) en los primeros 21 minutos de partido con tres goles que finiquitaron el encuentro de Liga de Campeones a favor de los de Imanol Alguacil.

Un encuentro que estuvo marcado por una previa conflictiva entre radicales de ambos equipos en los aledaños del Estadio de Anoeta, y que se saldó con al menos tres detenidos por la Ertzaintza.

No pudo empezar mejor el partido para el conjunto txuri urdin, y es que tras un córner repelido por la defensa lisboeta, Aihen Muñoz remató algo mordido el balón, que con un poco de fortuna, llegó a la altura de de la cabeza de Mikel Merino que remató a placer la meta defendida por Anatoliy Trubin (1-0). Con el primero ya en el marcador, la Real no levantó el pie del acelerador, y gracias a una presión asfixiante en campo contrario, fue capaz de provocar un error de Florentino en un pase atrás a Nicolás Otamendi que propició el robo de Mikel Oyarzabal que no perdonó ante Trubin (2-0). La guinda del pastel a un arranque de partido perfecto la puso Ander Barrenetxea con un regate de fantasía sobre Joao Neves para posteriormente reventar el balón bien pegado a la escuadra (3-0).

Y por si no fuera poco, una galopada por banda de Barrenetxea culminó en un preciso pase a Oyarzabal dentro del área, quien fue derribado por Otamendi, momento en el que el colegiado del encuentro, el inglés Anthony Taylor, decretó la pena máxima a favor de la Real. En un gesto de compañerismo, Oyarzabal cedió esa pena máxima a Brais, que se encontró con la mala suerte de pegar en la madera.

Al regreso de los vestuarios, el Benfica, cual león herido, quiso demostrar que aún le quedaba algo de orgullo, y por esos derroteros llegó el gol visitante, con una asistencia fantástica de Otamendi a Rafa Silva imparable por Álex Remiro.

El Sevilla esperará un milagro

Un triste y desaparecido Sevilla pasó con mucha pena y poca gloria por Londres. Se lo llevó por delante el Arsenal, comandado por un gran Bukayo Saka, y tendrá que confiar en un milagro para soñar con los octavos de final y para siquiera oler la tercera plaza que da acceso a la Europa League (2-0).

Era previsible, por el mal momento del Sevilla, pero la imagen de los hispalenses fue tétrica en el Emirates Stadium. Estuvieron desaparecidos, sin pisar campo contrario hasta prácticamente la segunda parte y sin un disparo a puerta hasta el minuto 96. El Arsenal fue dueño y señor del partido y, pese a no contar con un delantero centro, arañaba su zona de ataque convencido de que caería el gol. 

La agonía del Sevilla, que no pisó campo contrario en la primera parte, se transformó en derrota cuando antes de la media hora Jorginho se inventó un pase entre dos líneas que posibilitó el dos contra uno de Bukayo Saka y Leandro Trossard. El inglés no falló en el pase y el belga a placer hizo justicia en el marcador.

Tras rozarlo en un par de ocasiones, con disparos de larga distancia, la ansiedad del Sevilla de subir líneas le acabó costando el 2-0. Saka le echó una carrera a Pedrosa, le sentó con un recorte y definió cruzado con la zurda. Un golazo que puso de manifiesto la diferencia física y técnica entre los dos equipos y que dejó al Sevilla visto para sentencia.

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