La emoción es algo intrínseco al deporte. Sentimientos de alegría o frustración en función del resultado, mayor o menor afectación en función de cómo se está resolviendo un duelo, un entrenamiento o sensaciones a flor de piel por cualquier circunstancia que rodee una cita. La piel es nuestra frontera física externa y con ella tocamos el entorno sin poder salirnos de ella. Nos habla de nuestros hábitos, del estado de salud físico y también del emocional y en Würzburg la previa del Perfumerías Avenida-USK Praha provocó esa respuesta química de la sensibilidad que explica esa expresión de a flor de piel. Se juntaron varios factores como el retorno de Maite Cazorla y Emese Hof y también el reconocimiento y gesto de ánimo de la grada a la griega Mariella Fasoula y a eso añadirleque hablamos de Euroliga, evidentemente, así que al salto inicial el partido iba disparado en pulsaciones.

Un inicio chocante por aquello de ver cara a cara como 'enemigas' a Silvia Domínguez y Maite Cazorla y en el que Hejková también ponía en su quinteto a una Hof ante la que Gil ejecutaba con acierto en sus primeras acciones en ambas zonas aunque a los cinco minutos tocaba relevo para dar un respiro en esa lucha física. Se escapaban puntos en finalizaciones aparentemente sencillas tanto a Hartley como a Vilaró pero el marcador se mantenía igualado, 9-9. Prince, que se las tenía que ver en su zona con pívots como Sabally o Magbegor más grandes en envergadura que ella, trataba de aprovechar su velocidad en la otra zona y recibía entre aplausos su primer relevo justo tras una gran acción de Koné ganando línea de fondo y anotando a aro pasado frente a Sabally, 14-11.

Avenida mantenía un buen nivel defensivo y Çakir sumaba pisando la frontera del 6,75 justo antes de la primera canasta en transición rápida que conseguía sumar Praha. Las de Hejková intentaban correr más dando un relevo a Cazorla en la dirección con Conde o Andelova aunque la buena defensa en la última acción de cuarto permitía a Avenida acabar por delante, 16-15.

Conde empataba tras un triple dando respuesta a una buena acción de Koné a la que buscaban sus compañeras aunque esos balones interiores no eran fáciles porque la permisividad en contactos era alta y sino que le pregunten a Gil en su lucha con Magbegor. Volvía Prince subida en ese caballo blanco en el que parece montar en las últimas semanas que parece llevarla en volandas sobre la pista -también es verdad que en ocasiones necesita que alguien desde fuera tire de las riendas de ese caballo porque se desboca- y sumaba un triple, una canasta de dos y sacaba una personal tras la que convertía dos de tres tiros libres para el 27-22.

Lo que no permite Praha es un mínimo despiste y de una pérdida hacen un canastón como el fabricado entre Cazorla y Conde con el que volvían a emparejar el partido. Vázquez rotaba a su equipo buscando máximo esfuerzo en cortos espacios de tiempo y le iba funcionando porque se veía a las nueve en liza bien metidas en partido. Prince sujetaba a Magbegor y Hurtley aparecía con acierto en tres ataques consecutivos lo que era perfecto para el equipo y también para que coja ese punto de confianza que aun le resta el ver que no llega a algunas acciones defensivas y quizás por ello no acaba de romper. Tiene que seguir trabajando en esa confianza, aunque ya sea a contrarreloj porque el equipo necesita sumar su amenaza, un poco como le ocurre cuando ataca sobre aro contrario a Delaere. 

Cazorla, que empezó algo 'tímida' pero fue ganando revoluciones con el paso de los minutos, empataba el partido con su primer triple a 1'20" para el descanso, 35-35, momento para el tiempo muerto de Vázquez que rápido gastó el segundo tras un ataque fallido y la canasta en contra. Çakir, en demostración de carácter, tras perder un balón y poder recuperar se jugó el último tiro y dejó el duelo en tablas, 37-37.

Costó entrar en el tercer cuarto ante un Praha que desde su defensa ponía en muchas dificultades a Avenida porque cerraba los caminos a los tiros cercanos al aro y además llegaba bien a las ayudas exteriores y es que el físico del equipo checo es exhuberante y cuando fuerzan la máquina parece imposible ver líneas de pase entre tantos brazos rivales. Un escenario que llevó a Avenida o a tiros precipitados o a comerse el balón en algún ataque y eso sumado al acierto exterior de Vyoralova, Conde o la propia Magbegor, con muy buena mano, le daba su máxima, 41-50.

El encuentro entraba en terreno pantanoso para Perfumerías Avenida que se agarraba con la rabia propia de un león herido, en este caso leona porque era Koné la que trataba de multiplicarse como referencia interior -con el paso de los minutos la ausencia de Fasoula pesaba más-, levantaba al pabellón tras pelear varios balones bajo los aros con acierto. El 46-52 obligaba a Hejková a pedir su tiempo muerto y de vuelta a la pista Cazorla sumaba otro triple con el que apagaba un poco la caldera. 

Leo Rodríguez casi sobre la bocina que apuntaba al final del tercer cuarto dejaba un 49-55 que aun dejaba esperanza en Würzburg. El problema es que Avenida ya se encontraba a una altura de partido donde no se podía permitir errores. Había que defender muy bien y atacar con un nivel de confianza notable y desde atrás se hacían las cosas más o menos bien pero adelante salían a medias con varios tiros liberados que se escapaban y que podían haber achuchado más a las de Praga. Intentar un último arreón a seis del final con una desventaja de ocho puntos aunque seguía faltando acierto cuando se encontraban los tiros y con cada error se iban segundos y confianza. El tiro y un rival muy serio frustraban una noche de emoción.