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García-Jalón, equilibrio entre lo tradicional y lo moderno por una UPSA competitiva: "Debemos facilitar el trabajo del profesor"

El nuevo rector incide en la investigación e identidad católica de la universidad, no solo en la recuperación de capillas, también en la contratación de profesores

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García-Jalón, equilibrio entre lo tradicional y lo moderno por una UPSA competitiva: "Debemos facilitar el trabajo del profesor"
Santiago García-Jalón (Fotos: A. Santana)
Isabel Andrés y María Pedrosa
Lectura estimada: 9 min.

Exactamente, hace un mes y una semana que Santiago García-Jalón fue nombrado nuevo rector de la Universidad Pontificia de Salamanca, un cargo que afronta con ilusión y responsabilidad para trabajar por la calidad de la docencia, por el fomento de la investigación y por luchar por el futuro de la institución, poniendo su particular inri en la recuperación y fomento de la identidad católica. García-Jalón apuesta por potenciar la investigación y por facilitar la tarea administrativa a los profesores, quienes según reconoce, deben centrarse en la obtencion de financiación para proyectos "competitivos", hecho que califica de prioritario. 

Tampoco se olvida de la creación de nuevas titulaciones para conseguir una oferta académica atractiva y adecuada a la demanda actual, poniendo el foco en aquellas carreras que pueden presentar ciertos déficitis y que con una actuación precoz, son fácilmente solucionables. 

Esto en lo académico y profesional, bajo la osadía de lo persona, el nuevo rector de la UPSA emerge como cercano en las distancias cortas, risueño y confiado. Su atuendo, lejos de suponer una barrera, invita a algo más que a una entrevista, invita a una charla reflexiva, que acaba por significar una clase magistral dentro del recóndito despacho de rectorado del siempre magestuoso edificio central pontificio. 

- ¿Cómo afronta el cargo como rector de la Universidad Pontificia de Salamanca?

La verdad es que voy cambiando de impresiones, porque ahora llevo un mes. Al principio lo afronté con mucho desconcierto porque yo no sabía a qué se dedica el rector. Yo sabía a que se dedica un profesor o un decano, pero un rector no sabía que hacía. Ahora poco a poco le voy cogiendo el tranquillo. Ya veremos si dentro de dos meses pienso otra cosa. Pero bueno, lo afronto con tranquilidad porque cuento con gente que está experimentada y que es la que me ayuda y me conduce.

- ¿Qué se esperaba y en qué ha cambiado esa opinión?

No me esperaba nada. Ya he comentado más veces que yo recuerdo muy claramente la impresión que tuve el primer día que me senté en esa mesa y pensé: y ahora que tengo que hacer. Después ha venido toda la actividad de gestión, que la verdad es que es muy intensa porque me paso el tiempo recibiendo gente y escuchando gente, tratando de tomar decisiones o no tanto de tomar decisiones como de decir que sobre algunas cuestiones habría que tomar una decisión. Entonces quizá lo que ha cambiado es justamente esa idea de la intensidad de la gestión. Eso es algo que yo no me esperaba.

Afronto el cargo con tranquilidad porque cuento con gente que está experimentada y que es la que me ayuda

- ¿Cuáles son sus objetivos para su mandato?

Los objetivos son, por una parte, potenciar la investigación en la universidad o, más que potenciar la investigación, conseguir aumentar el número de proyectos competitivos que dirijamos en la universidad. Yo creo que la investigación tiene diferentes diferentes patas, algunas de ellas van muy bien como lo que se refiere al número de sexenios que los profesores han conseguido o el número de acreditaciones superiores. Pero en otras cosas tenemos que mejorar y, en concreto, tenemos que mejorar en el número de proyectos de investigación que obtenemos financiados públicamente en convocatorias competitivas.

Por otra parte, las facultades oscilan en el número de alumnos. Una facultad que va muy bien durante diez años luego empieza a declinar un poco y hay que examinar por qué y tratar de atajarlo.

Y luego me parece muy fundamental fomentar la identidad específica de la Universidad. Es una universidad católica y tenemos que dar eso que ofrecemos.

- ¿Hay alguna facultad en concreto que le preocupe por la pérdida de alumnos?

No es que haya ninguna en particular que yo crea que va muy mal, pero se producen oscilaciones y cuando estas oscilaciones, por pequeñas que sean, se repiten, indican una tendencia. Como le pasa a uno con la báscula, que uno ve que está empezando a engordar y no hay que esperar a atajarlo cuando ya tenga 10 kilos de más (risas). Pues lo mismo pasa con las facultades. Si una facultad ha perdido 15 alumnos un año y siete otro se ve que hay una tendencia decreciente que hay que atajar. Pero eso es común en esta universidad y en todas.

Tenemos que conseguir aumentar el número de proyectos competitivos que dirijamos en la universidad

- Un informe reciente elaborado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas muestra la tendencia a la baja de las universidades públicas en cuanto al número de alumnos, al contrario que las universidades privadas, que llegan a triplicar su número desde 1998. ¿Cómo evalúa esos datos?

Las universidades privadas tenemos ventajas e inconvenientes. Somos mucho más ágiles para reaccionar ante situaciones porque las universidades estatales no dejan de ser universidades constituidas por funcionarios de carrera y hay que respetar derechos adquiridos, mientras que nosotros tenemos más agilidad para decidir implantar un máster y lo montamos más rápidamente o podemos atender a la demanda de un grado o, al contrario, no embarcarnos en otro grado porque no tiene suficiente demanda. Y eso quizá explique el por qué crecemos mientras que las universidades estatales descienden de número. De todas formas, por ejemplo la USAL sigue creciendo el número de alumnos, o sea, que ese problema no afecta por igual a todas las universidades.

- ¿En qué tiene que cambiar o en qué le gustaría que cambiara la Universidad Pontificia durante su mandato?

Yo creo que en facilitar a los profesores que tuvieran una gestión más ágil para la investigación y para la consecución de proyectos. Los profesores en la universidad están muy saturados de trabajo porque tienen muchas clases, tienen parte de gestión. Y si les queremos exigir, ya no solo una investigación de calidad, sino una investigación financiada públicamente, eso exige más trabajo y cumplir unos determinados parámetros que es lo que exige la ley para que a uno le financian un proyecto. Eso incrementa su trabajo administrativo y a veces lo que a uno más le cuesta no es tener la idea, sino luego cumplir los trámites administrativos que se exigen para obtener financiación pública. Si consiguiéramos facilitar eso a los profesores sería una cosa importante. 

Me gustaría que la universidad cambiara en facilitar todo lo posible el trabajo de los profesores para que puedan cumplir con su misión.

- En una entrevista con la agencia EFE, ha hablado de recuperar la identidad católica, que pasa no solo por la implantación de algunas capillas, sino también por una especial atención en la contratación de profesores. ¿Qué se busca en concreto?

En cuanto a la implantación de capillas, se trata de recuperar, porque tanto en Comunicación como en Educación, que es donde hay que poner capillas, había capillas, pero con las reorganizaciones se perdieron.

Respecto a la contratación de profesores, nosotros estamos en un mundo, para bien o para mal, completamente secularizado. Cuando yo hablo de la identidad, lo que temo es que los profesores ni siquiera entiendan de qué estamos hablando cuando hablamos de identidad, sobre todo los profesores más jóvenes, porque la gente de mi generación o de la siguiente, yo creo que por motivos culturales, sí tienen más o menos claro qué es la identidad católica. Pueden tener ideas, quizá un poco difusas, pero básicamente lo saben, sin embargo, la gente más joven, como es natural, no ha vivido en ese ambiente socialmente católico en el que yo viví cuando era niño o cuando era adolescente. Entonces, tenemos que atender a la gente que es contratada, formarla sobre lo que hablamos cuando hablamos de identidad, para que sepan cuál es la identidad de la Universidad. La identidad católica es que uno tiene que creer en que Dios es tres personas, en que Jesucristo es Dios y que se encarnó para nuestra salvación. ¿En qué afecta que Dios sea tres personas? Quiere decir que la comunicación, que la entrega, es la perfección y eso enmienda el pensamiento de Platón o de Aristóteles. Eso es la identidad y eso es lo que hay que trasladar a los profesores.

- ¿Y católica tiene que ser el primer adjetivo para definir la identidad de la UPSA?

Al final es una universidad pontificia y eso quiere decir que es católica. Pero tampoco diría que es de los primeros. Yo soy catedrático de Hebreo y para enseñar hebreo la identidad católica ni quita ni pone y lo mismo ocurre, por ejemplo, en informática. Pero se trata de que en la actitud que transmitan los profesores esa identidad de algún modo tiene que traslucir. Y luego hay cuestiones que son más conflictivas de carácter moral en las que esa intensidad también se tiene que mantener. 

Hay que facilitar a los profesores que tengan una gestión más ágil para la investigación y para la consecución de proyectos

- ¿A los alumnos que le puede aportar o qué le debería aportar ese carácter pontificio de la Universidad?

Que los alumnos tengan una oferta clara de posibilidad de vida cristiana. Lógicamente, no se trata de que tengan que ir obligatoriamente a misa, pero tienen que tener esa oferta clara para el que quiera sumarse. Como su propio nombre indica, lo católico es una cosa que es universal, por lo que hay un infinito número de modos de vivirlo. Uno puede vivir su identidad católica porque colabora con una ONG o cuidando a una persona enferma en casa. Uno puede pensar lo católico como una especie de ejército disciplinado. Cada uno vivimos el catolicismo de una manera diferente, a nuestro estilo, con contradicciones.

- Desde su nombramiento ha hablado de que tiene que mejorar las relaciones con la Conferencia Episcopal, ¿en qué sentido hay que hacerlo?

Se trata de establecer encuentros habituales. La relación con la Conferencia Episcopal es buena, pero ya hace algún tiempo mi predecesora quiso hacer una especie de comisión entre la Conferencia Episcopal y la Universidad para que esté informada de lo que estamos haciendo y para que, a su vez, nos traslade alguna indicación. Queremos que las relaciones no se den solo una vez al año o bien porque aparece un conflicto, sino que hagamos una una relación más fluida, más continua.

- Hablando de relaciones, ¿cómo es esa relación con la USAL? ¿Hay algo que mejorar?

Pues quizás si haya algo que mejorar. Yo puedo decir que estoy muy agradecido por la amabilidad y la deferencia con la que me tratan a mí el rector y los vicerrectores de USAL en este tiempo. En el acto inaugural del curso en la USAL el rector me dijo que iban a promover la celebración de los 500 años de la llegada de Vitoria a la cátedra de psicología de Salamanca y que querían que lo organizáramos. Eso es una deferencia porque la idea la habían tenido ellos. Conmigo es muy amable y muy deferente. Sabiendo que la Universidad de Salamanca es la más importante de Castilla y León por volumen de alumnos, que nos acoja y se refiera a nosotros como la Universidad hermana son muestras de deferencia muy de agradecer.

- Y con el resto de instituciones de la ciudad, ¿cómo es la relación y que habría que cambiar?

Las relación es buena. Estas primeras semanas han sido de una agitación tremenda y todavía no he podido devolver las instituciones las visitas que ellos nos han hecho. Pero es algo que quiero hacer para poner en funcionamiento proyectos comunes y de ponernos a disposición los unos de los otros. La relación es buena y es cordial.

- Este año han comenzado dos nuevos grados, el año que viene hay previstos otros dos, ¿qué expectativas hay con estos grados y qué otros le gustaría poner en marcha?

Los que ya están instalados están saliendo muy bien. Los del año que viene, que son uno de Historia y otro de Dietética y Nutrición, señalan las dos líneas que la universidad querría tener. Por una parte, impulsar los estudios de humanidades, porque me parece que eso tiene que ver también con la identidad, y, por otra, impulsar los estudios de la salud por dos motivos: uno porque tiene demanda social y porque también forma parte de la identidad. Pero yo más que en los grados pienso en la necesidad, porque lo pide la ley, de instaurar masters, primero como títulos propios y luego como reconocidos oficialmente. En ese sentido, este año comienza el Máster de ética e inteligencia artificial, que yo creo que va a salir bien, y estamos analizando la posibilidad de implantar másters en áreas como economía. Por ahí tenemos que crecer porque la ley exige una cierta proporción entre grados y postgrados. Y yo creo que en los grados vamos muy bien y deberíamos crecer un poco más en posgrados.

- ¿Por qué ha tomado la decisión de mantener en el equipo de Gobierno de la universidad a la anterior rectora?

Tomé la decisión de ofrecerle el cargo y pedirle que lo acepte. Ella me dijo que me iba a ayudar en todo, pero yo prefiero que sea secretaria general porque me parece que es una persona que ha estado ocho años al frente de la Universidad y conoce muy bien la universidad y, además, siendo ella como es de Derecho, conoce muy bien toda la tramitación de la Universidad que yo desconozco. Me parece que uno no puede desperdiciar talento. He tratado de poner a alguien sólido en toda la parte legal y la parte administrativa.

 

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