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Carlos y Lando, dos hombres y un destino

La opinión de Alfons Aurin del Gran Premio de Singapur

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Carlos y Lando, dos hombres y un destino
Carlos y Norris. Instagram de Carlos Sainz.
Alfons Aurin
Alfons Aurin
Lectura estimada: 4 min.

Hace tiempo que lo veníamos diciendo, que bonita y competida esta la F1 si quitamos a Verstappen y a su Red Bull, y hoy, por fin, pudimos ver esa carrera que tanto deseábamos, sin el holandés de por medio.

Amparados en la noche de Singapur, con un calor y humedad sofocantes, anhelábamos grandes cosas. Nuestro Carlos Sainz salía primero tras llevarse la pole, por delante de Russell y Leclerc, en una qualy descomunal del madrileño. Alonso salía séptimo buscando la remontada, pero sin grandes expectativas tras el ritmo visto ayer. Max, desaparecido en combate en este GP de Singapur, salía desde la undécima posición, a pesar de que debería haber salido más atrás, si le hubiesen sancionado debidamente por un impeding en la Q1, pero ya sabemos como funciona la FIA.

Verde. Salida limpia e interesante. Leclerc pasaba a Russell, que salió mal, y los Ferrari se ponían primero y segundo. Alonso pasó a Magnussen nada más salir y era sexto. Hamilton se marcó una excursión por fuera de pista para pasar a Russell, y tuvo que devolverle la posición. Por detrás le dieron a Tsunoda, que se veía obligado a retirarse. Carlos iba primero pero no conseguía, o no quería, abrir hueco, porque ya se sabe que en este circuito hay que cuidar los neumáticos. Por primera vez veíamos desde Ferrari ordenes de equipo para proteger a Carlos, algo impensable en todo el curso, más bien al contrario, y eso que Sainz está este año mejor que el monegasco. En la vuelta 20 Sargeant se comía un muro, regalando un safety para que todos pararan a cambiar neumáticos, excepto los Red Bull que llevaban duros e iban con otra estrategia. Perdía posiciones Leclerc al paso por boxes, porque pilló tráfico y pasaba de segundo a cuarto. Alonso cometía un error en la entrada a boxes y le cascaban 5 segundos de sanción por algo que ayer fue una bandera blanca y negra, en fin, seguimos con la doble vara de medir de la FIA siempre que Alonso está por en medio.

Con el retraso de Leclerc, cambió la carrera para Carlos, que pasó de tener a su compañero detrás, a tener a dos tipos hambrientos como Russell y Norris. Tras el safety los de arriba tuvieron que quitarse de en medio (fue bonito) a unos lentos Red Bull que hacían tapón, pero Alonso no pudo, y aquí se partió la carrera con el grupo de cabeza y el resto tras los Red Bull. El asturiano intentó de todo para pasar a Pérez, pero se pasó de agresividad y lo acabó aprovechando Ocon en una de sus intentonas. Volvía una pelea que habíamos visto infinidad de veces las últimas dos temporadas, y esta vez salió vencedor el desagradable francés. Se las prometía muy felices el hombre de Alpine cuando su coche dimitió, en una imagen que el año pasado persiguió a Alonso en casi la mitad de grandes premios, justicia poética. Carlos seguía a la suya, conservando neumático y manteniendo a Russell a raya. El incidente de Ocon generó un virtual safety car, durante el cual los Mercedes pararon a montar neumático medio para adoptar una estrategia más ofensiva e ir a por la carrera. Alonso también paró, incomodo con el coche, para además cumplir la sanción que tenía pero una parada horrenda de 26 segundos destrozó cualquier posibilidad remota que tuviera el Nano de puntuar. Fatal hoy Aston Martin.

Tras el virtual la carrera adoptó un nuevo tinte, como de contrarreloj. Los Mercedes volaban y todos nos hacíamos la misma pregunta, ¿llegarán a Carlos, y si es así, con cuantas vueltas para poder adelantarle? En seguida nos dimos cuenta que los Mercedes llegarían. Dieron buena cuenta de Leclerc, tan dispuesto como siempre a partirse la cara por su compañero, y parecía que Lando sería la siguiente víctima de las flechas plateadas, pero surgió una alianza entre dos buenos amigos para detener la fulgurante remontada de Russell y Hamilton. Sainz bajó el ritmo para meter a Norris en zona de DRS, y que de esta forma su colega pudiera defenderse de los Mercedes, y de esta forma los dos amigos, espalda contra espalda, resistieron durante seis vueltas que se nos hicieron eternas. Russell se desesperaba viendo como todos sus intentos eran inútiles ante el poder de la amistad, y su frustración le acabó pasando factura en las últimas curvas, pues cometió un error y acabó contra las protecciones.

Ganó un serio, maduro y Matador Carlos Sainz, que no sólo ganó, sino que le brindó en bandeja de plata la segunda posición a su gran amigo Lando, que a su vez le hizo de escudero. Este fin de semana se confirmó que Carlos es mucho piloto, y que cada vez más es un Smooth Operator, día sí y día también. Verstappen, en su peor día, fue quinto para que os hagáis a la idea de lo que es un mal día para el neerlandés. Alonso en su peor día fue último. Bravo Carlos, ya tienes tu segunda victoria, y además has puesto fin a la tiranía de Max, gracias por hacernos soñar con tu talento y, hoy, con un pilotaje sublime.

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