Ni la lluvia pudo con una de las corridas estrella de esta Feria Taurina de Salamanca. Los aificionados sacaban los chubasqueros y paraguas desafiando al tiempo para ver a Sebastián Castella, José María Manzanares y Tomás Rufo. Con ellos volvía el hierro de García Jiménez después de seis años de ausencia.

A las 18.00 horas abrió la tarde 'Filósofo', de 451 kilos, herrado con el número 34 negro. Bonito de hechuras, rabilargo y corniveleto. Salió suelto en el capote de Castella. Buena lidia por parte de la cuadrilla en el tercio de banderillas a un toro encastado, con dificultades pero con fondo de bravo. Acusó el desenjaule. El torero francés lo entendió a la perfección tapándole la querencia y llevándolo muy largo con la mano baja por ambos lados. Lo exprimió hasta terminar metido en los pitones en los terrenos del 8 donde finalizó en la suerte contraria. Estocada casi entera. Ovación. 

Pase de pecho de Sebastián Castella (Fotos: T. Navarro) 

'Boticario' salto en segundo lugar, herrado con el número 1. Negro, meano, cornidelantero y bajito de manos. Marcó querencia al patio de arrastre y no permitió lucimiento en el capote de José María Manzanares. Empujó en el caballo y dio paso a un tercio deslucido de banderillas por su mala colocación. Se destapó un buen astado de la casa Matilla: pronto, largo, humillador y con fijeza. Le costó acoplarse al torero en los primeros compases, cuajándolo de media faena en adelante, yendo a más y cogiendo su punto más álgido en la mano derecha. Estocada casi entera tendida y trasera. Oreja.

Derechazo de José María Manzanares 

Hizo tercero 'Verdiales', de 486 kilos, herrado con el número 85. Negro, listón, rabilargo, brocho y ligeramente tocado hacia arriba. Lo cuajó a la verónica de forma sublime Tomás Rufo, rematando con una media en la misma boca de riego. Buen tercio de banderillas a cargo de Fernando Sánchez. Otro bravo astado de García Jiménez encastado colocaba la cara de forma extraordinaria... con el que el toledano realizó una buena labor de mucho mérito que no terminó de coger altura por falta de acople. Extrajo muletazos largos arrastrando la bamba de la muleta. Remató con pases de pierna flexionada. Bajonazo. Ovación tras aviso. 

Derechazo de Tomás Rufo 

En cuarto lugar llegó 'Caramelo' a endulzar la tarde. Herrado con el número 19, negro, fino de hechuras y corniveleto. Salió con muchos pies y fue a parar un templado capote manejado a la verónica por Sebastián Castella. Empujó fijo y con la cara abajo en la cabalgadura que montaba Manuel José Bernal que le recetó un gran puyazo. Variadísimo quite enganchando chicuelinas con tafalleras, gaoneras y saltilleras... Remató con una media. Brindó al público para atornillar las manoletinas en los terrenos del 8 e iniciar una faena con pases a pies juntos de mucha quietud y firmeza. Toro de alta nota que fue a más, muy fijo y arrastrando el hocico. Lo entendió el francés y cuajó a placer, sobre todo al natural, en tandas muy largas y exigentes en las que el toro respondía con una bravura de mucha calidad. La ligazón y unos soberbios cambios de mano acabaron de caldear La Glorieta que vivió una gran faena. Remató por bernardinas ceñidas y un estoconazo en el hoyo de las agujas. Tardó en doblar por su bravura. Dos orejas tras aviso y vuelta al ruedo para el toro. 

Catella bridando al público 

En quinto lugar saltó al ruedo 'Almendrito', de 501 kilos de peso, herrado con el número 18. Negro, serio, bajo de manos, bizco del pitón derecho. Metió bien la cara en los lances a la verónica de Manzanares. Tras en tercio de banderillas los sacó andándole a los medios, probando la embestida del animal... extrayendo naturales de mucho calado. Perdió ajuste la faena y los pitos del público aceleraron el final. Lo pasaportó con media estocada de efecto fulminante. Silencio. 

Manzanares dando la vuelta al ruedo  

Cerró la tarde 'Bullidor', de 540 kilos de peso, herrado con el número 150. Castaño, con mucha caja, playero y brocho. Salió suelto y desarmó a Rufo desluciendo el saludo capotero. Un sólo puyazo dio paso a un quite por chicuelinas que hicieron sonar las palmas. Brindó al público y echó rodillas a tierra para darle una tanda de mucho mérito y verdad. No quería quedarse atrás el torero y puso todo de su parte ante un toro al que había que provocar mucho para que embistiese, galopando con la cabeza descolgada. Faena de mucha verdad y transmisión que llegó a los tendidos. Fue bajando la intensidad y la emborronó con una estocada entera atravesada que asomó en el costado del toro. Silencio tras aviso.

Derechazo de Tomás Rufo