El gran parque de Salamanca cumple 140 años de historia

La Alamedilla es el parque más popular de Salamanca. No es el más extenso ni tiene los ecos legendarios del huerto de Calixto y Melibea, por ejemplo, pero es 'el parque' por antonomasia, con su estanque con patos y cisnes, sus fuentes para que los chavales corran y su zona de juegos donde conviven columpios 'último modelo' y trenes de hormigón.

Pues bien, La Alamedilla está de enhorabuena, porque celebra 140 años de vida: la zona verde más famosa de la ciudad se inauguró durante las ferias y fiestas de 1883.

Tal y como explica el estudio 'La Alamedilla, el primer parque moderno de Salamanca', escrito por el técnico municipal e historiador del Arte Jacinto Pérez Jiménez, la idea del parque se remonta a incluso antes, a 1863 "fruto de la corriente ilustrada de la época, en la que prevalecía el interés por la naturaleza y el recreo y la creciente sociedad salmantina pedía un espacio de esparcimiento al aire libre".

18 EUROS POR EL TERRENO

La zona elegida fue un rincón triangular delimitado "por lo que entonces se conocía como Calzada Real a Madrid, (después Paseo del Rollo), Paseo de la Puerta de Toro a la de Santo Tomas (luego Carretera de Vigo-Villacastín) y una esgueva" o cloaca. El Ayuntamiento compró el suelo en 1879. Pagó 3.000 pesetas de entonces (18 euros) por 25.000 metros cuadrados y se puso manos a la obra.

Según el estudio, "los años 1882 y 1883 estuvieron dedicados a la preparación y relleno de los terrenos. Estos eran bastante irregulares y con pronunciadas hondonadas. En las ferias de 1883 estuvo todo previsto para su inauguración que se desarrolló con mucho boato". Un año más tarde fue escenario de una Exposición Agrícola, Industrial y Pecuaria. 

Con los años, y entre críticas de la prensa por la falta de arbolado, el Ayuntamiento fue añadiendo bancos, arbustos y plantas y La Alamedilla se fue convirtiendo en un parque en condiciones. Se amplió el terreno en 1892 y todo fue más o menos bien hasta 1920: la contaminación del tráfico y la supresión de 3.000 metros cuadrados de arbolado lo dejaron tocado, con voces apelando incluso a su cierre.

Como un péndulo, la situación remontó a finales de los años 20 y empeoró en los 40 y 50. Se construyeron un jardín maternal y un pabellón deportivo que mermaron aún más la superficie verde. 

LA RESURECCIÓN DEFINITIVA

Una nueva reforma integral en los años 60 revitalizó La Alamedilla, abriéndolo definitivamente a la ciudad (hasta entonces tenía áreas valladas) a costa de otro 'bocado' al suelo, merced a la ampliación de la Escuela Elemental de Trabajo.

Con el paso de las décadas hubo apaños más o menos profundos: modificación del parque infantil (el tren de hormigón data de principios de los 60), pabellón de deportes, construcción de la piscina, derribo de la antigua pérgola (ya estamos en los años 90)... y así hasta alcanzar 2014, año de la última gran remodelación. Se colocaron nuevas fuentes, se recuperó el lago y se colocó una nueva pérgola de madera en medio del estanque.

Hoy en dia La Alamedilla tiene 44 especies distintas de plantas y tanto futuro como historia. Según el estudio citado como fuente, y a modo de conclusión la interacción de los caminos, la vegetación y el agua le conceden "una forma característica paisajista y que realmente hacen que La Alamedilla, a pesar de su edad, no haya perdido su esencia y siga siendo nuestro parque más moderno".

Como epílogo, el autor desvela de dónde viene el nombre del parque. Cree que podría derivar de la presencia de álamos negros o negrillos (populus nigra) en lo que hoy es el paseo de El Rollo. Según el estudio de Jacinto Pérez, eran árboles muy comunes en el siglo XVIII y de su nombre popular derivaría La Alamedilla.