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La imagen promiscu@', una exposición que reflexiona sobre su veracidad en el pasado, presente y futuro

Una iniciativa compuesta por una veintena de proyectos para conformar una muestra que acoge el Museo de Salamanca hasta el próximo 18 de junio

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La imagen promiscu@', una exposición que reflexiona sobre su veracidad en el pasado, presente y futuro
R.C.G.T
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Lectura estimada: 5 min.
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Alba Familiar / ICAL

En la era donde el bombardeo de imágenes es un goteo constante, su veracidad cada vez está más cuestionada. Las dudas emergen al detenerse frente a una fotografía y preguntarse si será real o creada por una Inteligencia Artificial. Si ha sucedido o es una fake news. Sus usos y significados han cambiado, en un momento en el que la realidad y el simulacro se intercambian, y en el que el tiempo ya no se mide linealmente, sino que hay interferencias entre el pasado, el presente y donde llegan anuncios de futuro. 

Desde la base de desconfiar de estas imágenes y convertirlas en dispositivos de reflexión crítica, nace la exposición 'La imagen promiscu@'. Una iniciativa compuesta por una veintena de proyectos para conformar una muestra que acoge el Museo de Salamanca hasta el próximo 18 de junio y en la que los alumnos del Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte de la Usal han trabajado en este juego para aproximarse críticamente a las imágenes del pasado y leerlas en clave contemporánea. 

"El término promiscuo tiene muchas connotaciones. Aquí son infieles las imágenes, inestables, y ya no pertenecen a nadie", reflexiona ante Ical el profesor del Máster y comisario de la muestra, Javier Panera, sobre el sentido del título, en un momento en el que la autoría pierde valor cuando una imagen entre en internet "y es violada por todos". Algo que también ocurre en la muestra, que acoge imágenes históricas de autoría muy reconocida que los artistas se apropian para convertir en otra cosa. 

Es el caso de uno de los proyectos expuestos, en donde cuadros de paisaje europeo de los siglos XVI al XVIII firmados por Tiziano, Claudio de Lorena y Velázquez, fueron sometidos a pequeñas intervenciones. Desde lejos, se muestra como una galería de pintura del siglo XIX, pero cuando el espectador se acerca, tiene ante él un "juego casi especular". "Primero le seducen porque piensa que son imágenes históricas y luego provocan un cierto susto cuando te das cuenta de que un presente distópico ha entrado en esos paisajes que inicialmente representaban espacios más o menos paradisiaco", explica Panera. 

En la misma pared de la sala, los artistas reflexionan sobre la ucronía, situaciones con base histórica pero sin documentar, en las que es imposible saber si ocurrieron o no. ¿Stalin y Hitchcock llegaron a conocerse? ¿Y Khrushchev y Marilin Monroe? Cuando Franco intentó que el Guernica volviera a España, ¿concertó una reunión no documentada con Picasso? ¿O Allende paseaba tranquilamente con el apoyo de los policías que después le traicionaron? La manipulación de la imagen permite que estas situaciones se conviertan en realidad, sembrando la duda ante si la historia fue cierta o no

Javier Panera afronta estas situaciones como una manera de "utilizar la fotografía que supuestamente es un factor de verdad, en la era actual supone un factor de 'fake news', de la posibilidad de crear ucronías y, sobre todo, de someter al espectador constantemente a la duda".

La melodía del 'Himno a la alegría' de Beethoven inunda la sala de exposiciones. Es la banda sonora de la pieza central de la muestra, autoría del malagueño Joaquín Ibar, artista invitado. Una pieza que fue creada justo un mes antes de que empezara la guerra de Ucrania, producida inicialmente para el Museo Pompidou de Málaga y que gira en torno a la Unión Europea. En ella, un coro canta armónicamente esta pieza, pero conforme avanza la música, los artistas comienzan a ponerse máscaras de políticos europeos. El coro comienza entonces a desafinar, en una crítica ante esa "supuesta armonía" de la Unión Europea donde sus representantes intentan imponerse unos sobre otros. 

Entre los artistas invitados también se encuentra Luis Sánchez Bastián, donde en formato audiovisual, fusiona una imagen de una actriz de una película para adultos mezclado con una imagen de una santa de Bernini. Cuatro alumnos reflexionan en otro de los proyectos sobre los componentes económicos que hay detrás del cine erótico. Dos proyectos que también hacen referencia al título de la exposición desde una de sus connotaciones, la promiscuidad, incluyendo el tema erótico en la muestra. 

Game Over

En el lado opuesto de la sala, motivos de videojuegos, con un gran 'Game Over', se erigen sobre obras antiguas. Una conexión entre el presente y el pasado, fruto del esfuerzo de Bodgan Chaikovskyi, uno de los alumnos que ha trabajado de manera individual en este proyecto. Aquí reflexiona sobre el uso de las imágenes de obras de autores como Lucas Giordano y Rubens, que "no solamente cuenta lo que ha pasado en ese momento histórico, sino que carga con toda la historia de la sociedad y en la actualidad ya no significa lo mismo que hace 400, 300 o diez años", matiza el artista. 

Un cuadro de Lucas Giordano, de la exposición 'Los Ángeles Caídos', y el 'Caín y Abel' de Rubens son las imágenes centrales de su obra, bajo una idea central muy básica: "Game Over, el juego para ellos ha terminado". Pero para contar una historia nueva, Chaikovskyi no ha utilizado una reproducción fidedigna al cien por cien, consciente de que así logra cambiar su significado. Una intencionalidad a la que se suma la reproducción continuada mediante estampa en vez de serigrafía, para que poco a poco a poco la calidad vaya perdiéndose. Una técnica que persigue para conseguir "una alegoría de lo que es la imagen en la actualidad, de por qué cada vez que se reproduce pierde algo de significado, de detalles, de lo que tenía en la originalidad".    

Así, el artista presenta al espectador "una imagen que reproduce una obra, pero tampoco es fiel a su realidad, ni cuenta lo que es la obra original". Una idea desde donde parte un "diálogo, un tiempo atemporal que está en el limbo entre el pasado y el presente, quizás el futuro, una cosa que intenta tener vida propia, pero que siempre cita a lo hecho anteriormente", describe Chaikovskyi. 

After effects

La sala superior del Museo de Salamanca acoge otra de las obras más llamativas de la muestra. 'After effects' juega con el término "ir de after" y con el de las sustancias que se puedan tomar o no en una fiesta. Cinco alumnos del Máster han trabajado en este proyecto que sumerge al espectador en una fiesta donde puede crear su propia realidad. Frente a una proyección en la que los artistas bailaron durante cinco horas que crea un espejo efecto, simulando el estilo de Velázquez, confunden al espectador sobre dónde están los límites de la realidad. "La propia composición crea una especie de cuadro en el que no sabes cuál es la realidad y cuál es la ficción, cuál es tu espació y cuál es el espacio de representación", argumenta Javier Panera. 

El espacio, repletos de elementos, narra al espectador cómo ha podido ser esa fiesta, gracias a su ambientación y a la multitud de detalles que se suceden a lo largo de la sala. "No hay un espacio más neobarroco que una rave", según Panera. Un espacio en el que se muestra la realidad y el deseo, pero también las frustraciones, donde convergen paradojas y contradicciones, y que pone otra vez en duda la realidad de la imagen. Una imagen promiscua, que tampoco escapa de lo erótico, de la que el espectador puede apropiarse para convertirse en algo totalmente diferente. 

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