Escenario inmejorable con una afición inmejorable. A pesar de las dificultades para conseguir entradas en Vigo, alrededor de 100 aficionados consiguieron desplazarse hasta Balaídos, haciéndose oír en un estadio de Primera División, que hacía resonar los cánticos de la afición charra, en una especia de eco que se generaba al estar en un estadio tna grande con tan pocas personas. 

Con las ideas más claras en defensa que en ataque y un once bastante 'reconocible' dentro de la línea seguida por Dani Ponz desde su llegada, salió Unionistas ante el Celta B. De la Cruz en portería. Línea de cuatro atrás con Jon Rojo, Pedraza, Leal y Fran Rodríguez; el medio del campo para Sanz y Nespral, con bandas para Juampa y Chapela, mientras que arriba mandaban Carlos de la Nava y Losada. El capitán con mucha movilidad respecto a su posición de media punta, sobre todo, en labores defensivas. 

El devenir de la primera parte fue bastante parejo, con momentos de mayor movilidad y construcción por parte del conjunto local, llegando Unionistas a cumplir la primera media hora de partido por detrás del balón y el Celta B cada vez más cerca de la portería de Salva. Sin embargo, el conjunto charro se rehizo antes del descanso, logrando su primer saque de esquina y su segundo disparo entre los tres palos. 

El juego al toque y entre líneas de los gallegos les hacía llevar el peso del control de balón, aunque las acciones en área contraria se contaban con los dedos de una mano. Los salmantinos estaban bien posicionados atrás, cerrando líneas de pase y evitando disparos con hasta dos jugadores encima, viéndose sorprendido en ocasiones muy específicas, al contraataque y en acciones individuales, tanto de Bartolomé y Miguel Rodríguez, como de Hugo Álvarez en banda izquierda. A resaltar la labor de Nespral en ese trabajo de defensa. 

A Unionistas, por su parte, se le hacía grande el campo de Balaídos y lo intentaba con disparos lejanos; primero de Óscar Sanz, después de Losada y finalmente de Juampa Barros a balón parado. Todos ellos se marcharon por encima de la portería custodiada por Ruly. 

Dos ocasiones claras. Cerca del minuto 20 de partido y en el 37 tras córner. En primera instancia, como si del peligro de un saque de esquina se tratase, Óscar Sanz la puso con sus manos al centro del área desde un saque de banda, a la cabeza de Losada, que la golpeó flojita y al centro, fácil para Ruly. Posteriormente, remate de Leal al centro de la portería, mientras que le agarran dentro del área, tras recoger un rechace al disparo de Nespral. 

En resumen, igualada primera parte, con un Unionistas que transmitía seguridad sin balón, que replegaba bien atrás y que evitó en su mayoría el juego por bandas del Celta B. Todo ello, con el consecuente desgaste físico que implica. Un disparo desde la frontal del área de Miguel Rodríguez, que merodeaba por el área para colocarse el esférico en pierna izquierda, buscando el disparo ajustado al palo derecho, fue la ocasión más clara de los azules. 

LA SEGUNDA PARTE, LA DE LA VICTORIA 

La segunda mitad comenzó con cambios en ambos equipos. Tras una mala caída de Juampa Barros, Beneit salió al terreno de juego de inicio. Mientras, en el lado contrario, salieron Soleto y Blanco por San Bartolomé y Clemente Montes. El refresco sentó bien sobre el césped para los locales que concentraron todavía más la posesión y tuvieron dos disparos entre los tres palos. Seguro estuvo Salva. 

Ahora bien; al contraataque con Unionistas en plena confianza, cualquier cosa podía pasar y llegó el penalti. La jugada comienza tras robo y disparo de Beneit, que forzó el primer córner de la segunda parte. Así, tras jugada ensayada, el balón llegó a Chapela, que recortó dentro del área y cayó ante Hugo Álvarez, señalando el colegiado la pena máxima sin ningún tipo de duda. Y si hablamos de confianza... la de Chapela supera la de cualquiera, lanzando el penalti a la perfección para adelantar a su equipo. 

Acto seguido Dani Ponz movió banquillo, cambiando posición por posición. Entró Borja Díaz por De la Nava, que enseguida vio la amarilla tras propinar una patada a Damián en la presión de salida de balón. A este cambio se unió posteriormente el de Ahn y Veiga, por Losada y Óscar Sanz. 

Precisamente, el jugador coreano generó en cuanto tuvo la bola en sus botas como es habitual. Desde la banda izquierda encontró a Beneit solo dentro del área, que controló y disparó, forzando el paradón de Ruly. La sensación era de que lo mejor estaba por venir, Unionistas se mantenía y mejoraba con los cambios, mostrándose serio en compases de máxima intensidad. 

Ahora bien, quedaba tela por cortar. En una transición del Celta B, en la que se marchaba totalmente solo Lautaro, Nespral vio la roja en su intento de frenar la ocasión de peligro. Así, con 10 sobre el terreno de juego, Ponz decidió introducir a Mikel Carro en partido por Chapela, reforzando el medio del campo y con la firme meta de acabar todas las jugadas para que el tiempo corriera lo máximo posible. 

Se sufrió hasta el final, con un posible penalti de una Veiga sobre Hugo que el colegiado vio para suerte de Unionistas fuera del área. Sin embargo, la victoria demuestra el momento y el punto de seriedad que Unionistas ha logrado alcanzar en este tramo final y más importante de la temporada. Tres puntos que saben a gloria.