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El Cristo del Amor y de la Paz cruza el Tormes y cierra las procesiones del Jueves Santo

Miles de personas se han congregado en el Puente Romano y aledaños para disfrutar del desfile procesional

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El Cristo del Amor y de la Paz cruza el Puente Romano (Fotos: Arai Santana)
Tamara Navarro
Tamara Navarro
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La salida desde la iglesia del Arrabal de las Imágenes del Cristo del Amor y de la Paz y de María Nuestra Madre, atravesando el Puente Romano de camino al centro histórico de Salamanca para luego retornar, ha vuelto a marcar uno de los momentos más intensos de la Semana Santa salmantina.

Miles de personas se han congregado en el Puente Romano y en las cercanías para seguir de cerca el inicio de un desfile procesional cargado de recogimiento y sencillez en el que más de 200 hermanos portan las imágenes de camino al casco histórico de la capital salmantina.

Son casi un millar los hermanos, en su mayoría mujeres, los que conforman la Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz que cada Jueves Santo a la caída de tarde procesiona las Imágenes del Cristo del Amor y de la Paz, de autor anónimo y del siglo XVII, y de María Nuestra Madre (1987), de Hipólito Pérez Calvo.

Precedidos de cruces y de un intenso olor a incienso, unos 60 hermanos han soportado el peso del primero de los pasos y unas 120 mujeres el del segundo en un recorrido que se ha iniciado en la iglesia del Arrabal.

Con la cruz de madera al hombro y la luz de los faroles han cruzado el Tormes para entrar en la ciudad antigua por la Puerta del Río, enfilando su recorrido por la cuesta Tentenecio, otra de las estampas características, dejando uno de los momentos más emocionantes de la procesión.

Precisamente el paso por el Puente Romano, primero el Crucificado y luego la Virgen, sólo acompañados por los faroles de hojalata que portan los hermanos que llevan hábito monacal de lienzo blanco con capucha y escapulario con la cara al descubierto, ha vuelto a marcar uno de los momentos más profundos de lo único desfile que parte desde la otra orilla del río Tormes.