Durante la jornada del sábado 25, será protagonista en el expositor de Castilla y León con actividades para todos los públicos
Semana Santa en 2023, con la primavera ya con nosotros, invita a los planes al aire libre y la provincia de Salamanca es un lugar privilegiado para ello. Sus municipios y comarcas albergan incontables atractivos turísticos para disfrutar de la naturaleza, la cultura, la historia y la buena gastronomía a un paso de la ciudad. Estas son seis alternativas turísticas para disfrutar de la Semana Santa en Salamanca.
1. Ciudad Rodrigo y su entorno
A casi 100 kilómetros de la capital se encuentra Ciudad Rodrigo y sus alrededores. Su ubicación privilegiada, muy cercana a la frontera con Portugal, han hecho durante mucho tiempo que la localidad sea punto estratégico en la defensa del territorio. Hoy, las construcciones defensivas son algunos de sus atractivos, a los que se suman sus calles, sus plazas y su gastronomía. Es imposible dejar Miróbriga sin probar el farinato.
Para disfrutar de Ciudad Rodrigo, declarado Conjunto Histórico Artístico, basta con pasear por sus calles. Sin embargo, son de visita obligada su castillo y la muralla, la Catedral de Santa María y su Plaza Mayor. Además, merece la pena conocer el baluarte, las construcciones defensivas en forma de estrella tan características de esta zona frontera. Tanto es así que forma parte de la Ruta de las Fortificaciones de Frontera, un recorrido turístico por distintos municipios de ambos países para conocer estas construcciones. Aunque en estos momentos la frontera con Portugal está cerrada, sí es posible conocer las de este lado de La Raya: el castro de Yecla de Yeltes, que data del siglo V a. C., San Felices de los Gallegos y el Real Fuerte de la Concepción de Aldea del Obispo.
Muy cerca de Ciudad Rodrigo se encuentra también el yacimiento arqueológico de Siega Verde, un yacimiento de arte rupreste del Paleolítico Superior que es una de las mayores zonas de arte rupestre al aire libre de Europa.
2. Las Arribes y sus miradores
Hablar de los atractivos naturales de la provincia de Salamanca es hablar del Parque Natural Arribes del Duero, un territorio que se extiende por el oeste salmantino, donde el río hace frontera entre España y Portugal y donde su devenir a lo largo del tiempo ha excavado cañones de paredes rocosas. Para contemplarlas se han habilitado miradores en distintos puntos del recorrido del río y desde donde contemplar también su flora y su fauna.
Quizá algunos de los más famosos sean los ubicados en Aldeadávila de la Ribera como el Picón de Felipe o el balcón del Fraile, desde donde se observan increíbles vistas de las paredes de roca y de archiconocida presa de Aldeadávila. Además, también pueden visitarse los miradores de Iberdrola, desde donde se tienen vistas privilegiadas de la presa y del cañón del río.
Además, otros miradores que merece la pena visitarse se encuentran en localidades cercanas como Mieza, Pereña de la Ribera o Villarino de los Aires. Localidades donde La Code, La Faya o la ermita de la Virgen no dejarán indiferente al visitante. Para completar este paseo por los miradores de Las Arribes se ha puesto en marcha la ruta de miradores 'Paisajes de Las Arribes', que incluye 'balcones' a parajes espectaculares en otras localidades de la comarca.
Se trata de una ruta que recorre Ahigal de los Aceitero y su Púlpito de Las Monjas, La Fregeneda, Hinojosa de Duero, Saucelle y Vilvestre. Todo un recorrido por el corazón de la comarca para conocer el río y su entorno natural, con una flora y una fauna autóctona para sorprender al viajero.
Pero, Las Arribes también es una zona marcada por las cascadas. El paso del agua ha dejado espectaculares saltos como el Pozo de los Humos entre Masueco y Pereña de la Ribera, o el Pozo Airón, una zona que, sin duda, merece la pena conocer.
3. Miranda del Castañar - Mogarraz y la Sierra de Francia
Otro de los puntos más turísticos de la provincia charra es la Sierra de Francia y sus pueblos. Su arquitectura tradicional, su gastronomía y privilegiado entorno natural han hecho de esta comarca del sur de Salamanca una visita obligada para los amantes de la naturaleza. Cualquiera de sus municipios es ideal para pasear, descubrir sus calles, sus gentes, su gastronomía y sus vinos. Sin embargo, visita imprescindible es Miranda del Castañar.
Se trata de un histórico pueblo cuyo casco antiguo está declarado Bien de Interés Cultural. Su paisaje urbano envuelve a todo aquel que lo visita en un conjunto de aire medieval, compuesto por construcciones populares de mampostería y madera, típicas de la sierra de Salamanca, y casas blasonadas en piedra de sillería, contando con la plaza de toros más antigua de España.
Mogarraz, La Alberca, San Martín del Castañar o Sequeros son otros de los municipios cuya visita es obligada.
Además, la comarca serrana destaca por su privilegiado entorno natural. La Sierra de Francia y el Valle de Las Batuecas poseen destacados parajes a los que se llega por rutas de senderismo para toda la familia y de todas las dificultades que permite descubrir la flora y la fauna del entorno. Uno de ellos es el 'Camino de los Prodigios', un sendero que transcurre por la sierras de Francia y Béjar, y que une la villa ducal de Miranda del Castañar con la localidad de Villanueva del Conde.Un camino de arte circular de unos 10 kilómetros en el que, además de la naturaleza, se puede disfrutar de distintas obras de arte.
4. Ledesma
A poco más de 30 kilómetros de Salamanca, la villa de Ledesma también ha sido declarada Conjunto Histórico Artístico. Su Plaza Mayor, la muralla, la ermita de la Virgen del Carmen, los antiguos palacios que pueblan sus calles intramuros, su Puente Viejo o el Puente Mocho son algunos de los atractivos que merece la pena.
Sin embargo, uno de sus puntos más característicos es su castillo. La Fortaleza de Ledesma data de los siglos XIII y XIV y fue declarada Bien de Interés Cultural en 1949. Construida para defender la villa en la zona más vulnerable por la orografía del terreno, cuenta con dos puertas de acceso, una de ellas, la sur, flanqueada por dos torreones.
Esta fortaleza está adosada a la muralla de la villa y se ha convertido en punto de encuentro para los ledesminos y escenario para múltiples actividades y celebraciones, entre ellas el pregón y la coronación de la reina y las damas de las fiestas de Corpus. Además, Ledesma conserva gran parte de la muralla de piedra que la rodeaba, la mayor parte levantada en el siglo XII en tiempos de Fernando II de León. Una villa que, sin duda, merece la pena descubrir.
Cerca de Ledesma también se pueden conocer otros puntos como Juzbado y su Libro Abierto o el Museo de la Falla o la espectacular Presa de Almendra, una de las grandes obra de ingeniería de la provincia salmantina.
Almendra es la presa más alta de España y el tercer embalse por capacidad de todo el territorio nacional. Con una caída de 202 metros, deja una vista espectacular en la zona conocida como Los Arribes del Tormes, a tan solo 5 kilómetros de la localidad que le da nombre.
5. Alba de Tormes y Peñaranda de Bracamonte
Hacia el este de la capital se encuentran las tierras de Alba y Peñaranda, dos municipios con mucho que ofrecer al viajero. Alba de Tormes, a poco más de 20 kilómetros de Salamanca, es punto de encuentro para los fieles de Santa Teresa. De hecho, la iglesia de La Anunciación acoge reliquias de la Santa Andariega. En concreto, se puede venerar el brazo izquierdo y el corazón.
Sin embargo, la villa ducal tiene mucho más que ofrecer. Sus calles están salpicadas de iglesias y rincones con encanto que permiten al viajero adentrarse en la tradición del lugar. Su Plaza Mayor, el puente sobre el río Tormes, la Basílica, sus conventos, el parque del Espolón o sus museos como el Carmelitano o el de Alfarería son lugares imprescindibles.
A todo ello se suma el Castillo de los Duques de Alba, del que se conserva su Torre del Homenaje de las seis torres que tenía. En el castillo pueden visitar sus salas, que acogen diferentes atractivos como las pinturas murales de la batalla de Mühlberg, la escalera del contrafuerte y su mirador. En sus alrededores se pueden ver las ruinas encontradas durante las excavaciones arqueológicas que comenzaron en 1991 y que son la huella de esplendor que tuvo este castillo.
A pocos kilómetros de ahí se encuentra Peñaranda de Bracamonte, localidad cruce de caminos. Visitarla es adentrarse en un entramado de calles con mucho que ofrecer y capaces de sorprender al visitante hasta llegar a una de sus señas de identidad, las tres plazas porticadas que conforman el Conjunto Histórico Artístico de la localidad.
Sin embargo, tiene mucho más que ofrecer. La parroquia de San Miguel, la Casa del Arte y su rica y variada gastronomía hacen de esta zona una ruta por la que merece la pena transitar.
6. Candelario - Béjar y La Covatilla
Parada obligada para los amantes de la montaña, la Sierra de Béjar reúne patrimonio natural y turístico para atraer a todo tipo de visitantes. Candelario es una localidad para pasearla. Su entramado de calles se han popularizado por el paso del pelotón de La Vuelta camino de La Covatilla y no es para menos. La ermita del Santísimo Cristo, sus callejuelas, su arquitectura tradicional, el Ayuntamiento, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción o los lavaderos son algunos de sus atractivos, a lo que, sin duda, se suma el privilegiado entorno natural en el que se encuentra.
Además, en esta zona merece la pena conocer sus plazas de toros. En Candelario se encuentra la plaza de toros de Toribio, que se encuentra en medio del bosque y pertenece a la familia que le da nombre. Muy cerca de allí se encuentra la plaza de toros de Béjar, La Ancianita, uno de los más antiguos de España.
Y es que Béjar tiene mucho que ofrecer. La ciudad textil hay que recorrerla para disfrutar de sus calles, de sus edificios, de sus museos y de su judería. Para los amantes del senderismo también se puede recorrer a pie un tramo de la vía verde que transcurre por un paraje singular y que ofrece un paseo por la naturaleza y el entorno de Béjar.
La visita a esta zona no está completa sin visitar Montemayor del Río y la estación de esquí Sierra de Béjar - La Covatilla, punto de encuentro para los amantes de la nieve pero que también ofrece distintas actividades y rutas turísticas por el entorno para disfruta del patrimonio natural de la zona.
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