El candidato de la moción de censura intenta interrumpir la réplica de Sánchez al tiempo que se queja de los tiempos de intervención en el Congreso
La fracasada moción de censura de la que, curiosamente, todos dicen salir contentos
EL ANÁLISIS: El Gobierno coge oxígeno, el PP sale indemne, Vox dice que gana afiliados y Tamames constata la lejanía de esta política con la que él vivió
La ya fracasada moción de censura presentada por Vox ha servido para insuflar oxígeno y energía a la coalición de Gobierno, que llegaba debilitada tras semanas de reveses y desencuentros y que sale del hemiciclo con baterías cargadas, con Yolanda Díaz revestida como candidata, con un PP satisfecho con su abstención y un Ramón Tamames que ha podido constatar la lejanía de esta política con la que él vivió en los siete años en que estuvo en el Congreso.
Si la sesión de ayer fue comedida, con todos los grupos evitando sobrepasarse verbalmente con el veterano profesor, al que nadie quería ofender dada su veteranía y erudición, el cierre de este miércoles ha tenido algo más de nervio y contenido parlamentario.
Tamames ha estado también más cómodo, sin su discurso escrito de ayer, y ha defendido una moción que no ha sido, ha dicho, ociosa, aunque los partidos la hayan empleado, en su opinión, para soltar un mitin electoral.
"No me esperaba un mitin como este en la patria de la soberanía nacional", ha dicho el profesor, quien ha asegurado que él se ha tomado en serio el tema y tenía programa de gobierno.
Ha reprendido en particular su tono al portavoz socialista, Patxi López: "Hace tiempo que vivimos en el mismo planeta, pero se excita demasiado", le ha dicho, y ha considerado un error que el PP se haya abstenido.
El candidato ha acusado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de tener una cierta tendencia a la ucronía y al Gobierno de padecer el síndrome de la Moncloa, al tiempo que ha lamentado la vuelta en el debate "a las dos Españas" otra vez.
"Hay que disminuir un poco la dosis de personalismo y la capacidad de calificar a los demás", ha recomendado tras la intervención de Sánchez, en la que este le había pedido más respeto al Parlamento.
La Constitución, había dicho el presidente, establece que la moción de censura sirve para conformar un nuevo gobierno, no para derribar otro. "Nada de eso hemos visto ayer y hoy aquí, ni hay candidato, ni hay gobierno posible, ni programa", ha reprochado a los proponentes y a su candidato.
"Es elocuente porque quienes se proclaman guardianes de la Constitución se burlan de ella", resumía Sánchez.
La oportunidad que le había brindado Vox con la moción la ha aprovechado el jefe del Gobierno con un discurso, de nuevo hoy, en el que ha reivindicado la gestión, las ambición y la valentía de su gabinete de cara a prolongar un ciclo de políticas progresistas y para advertir del acercamiento entre PP y la formación de Santiago Abascal.
Y, como era de esperar, ha arremetido contra el líder "ausente" de los populares, Alberto Núñez Feijóo, quien con su silencio, ha afirmado, "lo dice todo, porque sabe que necesitan a Vox para poder gobernar en comunidades y ayuntamientos".
Por lo demás, el PP ha jugado su carta de la abstención con un buen discurso de su portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, de guante blanco con Tamames, apelando al centro moderado y con una petición de elecciones anticipadas -las que no llegó a pedir ayer el candidato- para poner fin a la "lamentable aventura del sanchismo".
Pasan del no y el "hasta aquí hemos llegado" de Pablo Casado en la anterior moción, a desmarcarse de los de Abascal, pero sin entrar en el cuerpo a cuerpo y sin dar respuesta a la oferta de Vox de hacer borrón y cuenta nueva, cuando estamos ya en precampaña y ambos partidos pueden tener que entenderse tras los comicios del 28 de mayo.
En Génova, la lectura es que esta iniciativa, estéril, no cambia el reparto de votos entre bloques, aunque resta seriedad a Vox, lo que puede inclinar la balanza a favor del partido de Feijóo.
Desde la Moncloa resumen lo ocurrido en estas dos jornadas con una frase energética, "Un chute para la movilización de la izquierda", y se lanzan incluso a añadir que "ojalá haya muchas más mociones" de censura, porque esta ha servido, creen, como "refuerzo importante" y para mostrar que "la extrema derecha y la derecha extrema son un todo en uno".
Y en Vox, también como era de esperar, han mostrado su alegría, a pesar de perder la moción, porque aseguran que han ganado afiliados en estos dos días.
La sexta moción de censura de la democracia ha finalizado con la foto en el hemiciclo de los diputados de Vox con Tamames, ante la atenta mirada de la escultura en mármol de Isabel la Católica, protagonista inesperada hoy en el debate, al ser reivindicada por el candidato como la poderosísima mujer que fue.
"No es nuestro relato ni nuestro candidato ni nuestro proyecto", ha argumentado n la portavoz del PP
El candidato de la moción de censura niega que haya sido una sesión parlamentaria, sino más bien "un mítin preparatorio de las elecciones del 28 de mayo"
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