Lo mejor y lo peor en recuerdos "para toda la vida" del antiguo aficionado de la UDS: "Era algo por lo que luchar"

Este 9 de febrero, la Unión Deportiva Salamanca cumpliría 100 años. Después de 90 de existencia, 12 de ellos en Primera División, el club se ahogó (o lo ahogaron) con una deuda de 23 millones de euros. Fue el pasado 18 de junio de 2013 cuando se produjo la resolución judicial que puso punto y final (que no punto y seguido) al histórico club que dejó escritos sus recuerdos en la mente de todos los charros. Buenos y malos, cualquier buen charro tiene algo que contar sobre el Helmántico y la Unión. 

EN POSITIVO

Como una "institución", así la recuerda Arturo, militante de la Peña Exiliados de Unionistas de Salamanca, que además, jugó en las categorías inferiores de la Unión. "Me dejó recuerdos en todos los aspectos; emocional, deportivo, de amistades... los tengo guardados para mí para toda la vida. Mi primer recuerdo lo tengo grabado, fue por los 80 contra el Athletic de Bilbao. Nos ganó, pero vi que había algo por lo que luchar, pero que tristemente no fuimos capaces de defenderlo", apunta. 

"Niñez", destaca otro de los socios asistentes al encuentro entre Unionistas y el Córdoba CF de la jornada número 22 de liga en Primera Federación. "Desde pequeño, lo típico, siempre te gusta el fútbol, pero nunca hubo ningún equipo con el que me sintiese identificado salvó la Unión. Era seguir sus partidos por la radio, la televisión, las crónicas... era mi punto de encuentro con Salamanca. Me daba ese plus de alegría y felicidad que no me daba otra cosa".

El más joven de los encuestados, no habla tanto de recuerdos, sino del legado hacia el presente: "Hemos recogido todo lo bueno que tenía la UDS y lo hemos llevado a otro nivel. Creo que ahora mismo, Unionistas, para los que hemos estado desde el principio es mucho más grande que lo que para mí fue la Unión", confiesa. 

En contraposición, Pablo Poveda, tiene donde elegir al haber sido durante 23 años socio de la Unión: "Son muchos buenos recuerdos, pero ahora lo vives con tristeza al ver que hay gente que está ensuciando su nombre. La Unión desapareció, hay que llevarla en el recuerdo con cariño y pasar página. Recuerdo mucho de los viajes a Getafe, a Leganés... viajes que hacíamos. Eran partidos duros, porque los resultados no solían ser muy buenos, pero también hubo épocas muy buenas. Cuando ganamos al Barcelona, la remontada contra el Atleti... fue un año que no se me olvidará jamás". 

"La Primera División de Chechu Rojo, recientemente fallecido... me quedo con el 5-4 al Atlético de Madrid, pero hay muchos más", señala Andrés. 

Finalmente, Miguel Ángel Sandoval apunta a un conjunto, al papel de aficionado: "Un momento álgido para mí fue en Ourense cuando el equipo llevaba mucho tiempo sin ganar y diez amigos locos nos fuimos sin ninguna esperanza, solo porque en esos partidos es cuando más tienes que apoyar al equipo. Para mí fue un momento emocionante". 

EN NEGATIVO

El propio Sandoval analiza con "perspectiva" las temporadas en Primera. A pesar de guardar "buenos" recuerdos de éstas, cree que fue el "acabose" del club. "Se ponían expectativas de que la Unión era un club de Primera cuando no lo era. Se quería ir siempre a más y no era ir a más con esfuerzo, sino hipotecándote cada año. Además, en los últimos tiempos como la abandonó todo el mundo... instituciones, prensa, ex jugadores, gente de Salamanca... nadie movió un dedo y a la vista está lo que pasó", reflexiona. 

En este caso, el recuerdo es casi idéntico con indiferencia del interlocutor: "La desaparición es el mayor de los sentimientos negativos. Supongo que por culpa de todos y más de los que podían manejar económicamente las ayudas al club. La dejamos morir y eso es algo que no vamos a poder recuperar. Es lo más jodido y doloroso, sin duda alguna". 

"Sí. La desaparición sin duda", continúa Victor. "Sobre todo el maltrato que se le dió en los últimos momentos. Todo lo mal que se gestionó y, sobre todo, que nadie diera la cara para poder sacarlo adelante". 

"Creo que está claro", reitera Jorge. "Fue algo muy doloroso. Era algo inexplicable. Era algo tuyo. No era que desapareciera, sino que se murió algo dentro de mí. Los fines de semana ya no tenían sentido. Fue duro", valora. 

"Nos llevábamos muchos disgustos. El partido contra el Burgos que no conseguimos ascender, las derrotas con mucho frío, en los que veías el campo y la ciudad un tanto triste... pero fundalmente, la espinitia clave de que no fuimos capaces de defender todo lo que era la Unión para la ciudad. No creía que la Unión fuera a desaparecer", aporta Arturo. 

Por último, Andrés apunta al encuentro contra el Ciudad de Murcia como el "germen" de la desaparición y, por tanto, el germen del recuerdo más doloroso: "la desaparición". "Perdimos 1-2 en casa, bajamos a Segunda B y a partir de ahí...".