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Así era San Agustín, el gran monasterio perdido de Salamanca

El descubrimiento junto al Palacio de Congresos de restos del antiguo convento rememora la desaparición patrimonial sufrida por la ciudad durante el siglo XIX

Así era San Agustín, el gran monasterio perdido de Salamanca
Reconstrucción del convento de San Agustín, parte de cuyos restos acaban de aparecer.
Daniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
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El hallazgo de restos arqueológicos en la plazuela de San Bartolomé, a tiro de piedra del Botánico y el Palacio de Congresos, entraba dentro de lo factible, porque en aquellas calles se levantaron al menos dos edificios señeros del patrimonio salmantino

Los dos edificios son (eran) el Colegio Mayor de Cuenca y el convento de San Agustín y su iglesia de San Pedro. Databan del siglo XVI, fueron muy relevantes en la historia de la ciudad y acabaron sepultados por las bombas de la Guerra de la Independencia y el olvido de los mandamases. Parte de lo que queda de aquellos edificios puede contemplarse en el Botánico, pero según la sociedad Turismo de Salamanca, es apenas un 25% de la extensión total. La mayoría estaría aún oculta bajo la calle Balmes.

 

Como Fonseca y San Esteban

 

Dejando volar la imaginación, podemos preguntarnos cómo eran aquellos edificios. Por hacernos una idea, el Colegio Mayor de Cuenca seguramente se daba un aire a Fonseca y el convento de San Agustín se comparaba con San Esteban. Y aunque realmente es imposible saberlo a ciencia cierta, la magia digital puede echar una mano.

La imagen que ilustra este artículo es la reconstrucción de San Agustín y San Pedro proyectada sobre la plazuela de San Bartolomé, junto al actual Palacio de Congresos.

  

Restos atribuidos al antiguo convento de San Agustín. 

La imagen está sacada de un vídeo del plan de musealización del Botánico elaborado por el Ayuntamiento después de analizar y estudiar legajos, artículos, grabados e ilustraciones sobre los edificios para recrearlos de la manera más fidedigna posible. Así luciría el templo antes de que los franceses ocupasen la ciudad y usasen los monumentos como establos y cuarteles; y antes de que se marchasen y los españoles arrasasen parte de su patrimonio en pos de una pretendida modernidad.

Hoy sólo quedan restos, entre ellos los excavados recientemente. Las piedras que han salido a la luz son "muros atribuibles al antiguo convento de San Agustín" y podrían corresponder "con unas dependencias adosadas al templo y asignadas a la portería del convento". Las autoridades locales y regionales los catalogarán y, si fuera menester, ordenarán "su conservación e integración en el proyecto que actualmente se ejecuta en la Plazuela de San Bartolomé". En otros casos, si son restos 'menores', se documenta su existencia antes de volverlos a sepultar para que no sufran más erosiones.

Durante el siglo XIX Salamanca se dejó por el camino un tercio de su patrimonio arquitectónico. Confiemos en haber aprendido la lección.