El MIR parece ocupar todas las miradas en un día en el que estudiantes de otras ramas sanitarias también optan a conseguir plaza en su particular especialidad. En concreto, para poder obtener la cualidad de psicólogo clínico en España, el examen del PIR convocado cada año supone la única forma de acceso, junto a los cuatro años de residencia. Una opción alternativa es la de pagar por un máster que habilita como psicólogo general sanitario, con carácter y competencias distintas al de psicólogo especialista en psicología clínica. 

En otras ramas existe un sistema de puntos, de tal forma que una vez que entras en la 'bolsa' tus opciones se implentan en función a unos logros. En este caso, se habla del "todo o nada", lo que para Miranda Sánchez Martín, salmantina y psicóloga, es "talento perdido". 

En el último examen de acceso llevado a cabo el pasado 21 de enero de 2023 únicamente se ofertaron 231 plazas de 4.073 presentados. Ahora bien, la queja de los estudiantes no solo se centra en el bajo número de plazas ofertadas, en un momento en el que la salud mental (al menos de cara al público) coge el protagonismo que merece, pone su foco en la "profunda sensación de desesperanza" con la que salieron del examen. Una prueba en la que consideran, nada influyen los conocimientos adquiridos, sino que se juega con la "suerte". 

Para hacernos una idea los espectadores que desde fuera observamos tal 'función', cabe mencionar la media de años en la que un psicólogo clínico consigue su plaza: entre tres y cuatro. Casi un lustro de tiempo dedicado a los estudios, "postergando a familias, amigos y nuestra propia salud", para encontrarse con un examen que "no representa fielmente la profesión" y que, según califican, su contenido "está mal enfocado". 

"Entendemos que al postular a una plaza para psicólogos clínicos, nuestro conocimiento debe ser amplio y actualizado, pero nuestra sensación es que muchas de las preguntas contienen temas poco relevantes y que bien podrían ser de exámenes de otras especialidades. Como estudiantes de psicología y psicólogos opositores queremos un examen justo, que las posibilidades de conseguir una plaza sean porque somos competentes en nuestro campo de estudio", señalan a través de una petición de Change.org que clama "justicia al PIR". 

Por estos motivos, exigen una "comisión independiente formada por psicólogos clínicos (con título PIR) encargada de supervisar el proceso de formulación de preguntas para el examen PIR y que puedan valorar la calidad, así como modificar, o si es necesario, descartar aquellas preguntas que tengan escasa validez de contenido".

LA HISTORIA DE UNA SALMANTINA

Una estudiante salmantina, Miranda Sánchez Martín, que en este 2023 se ha presentado por tercera vez a la prueba cuenta su experiencia en TRIBUNA.  "Llevo tres años estudiando y considero que el examen del pasado sábado, 21 de enero, estuvo totalmente fuera de lugar. Si ya es muy difícil conseguir plaza por el bajo número ofertado... ahora mismo estanis muy quemados porque el examen no está siendo discriminatorio. Nos encontramos con muchísimas preguntas de contenido médico o biologicista, que para un MIR están genial, pero no para un PIR. Esto se está convirtiendo en un 'quien contestando a este tipo de preguntas marcianas tenga más suerte entra' y más teniendo en cuenta que estar dentro o fuera depende de una pregunta o dos de diferencia con otros compañeros", apunta. 

La desesperación aflora aún más cuando repasa todo lo que ha tenido que dejar de lado, a lo que ha tenido que renunciar para presentarse con opciones al examen: "Llevo tres años dedicando mañanas, tardes, sábados enteros a ir a clase, domingos en las etapas finales... dejando de lado todo lo demás, a veces hasta mi salud por intentarlo, pero no así, no para esto, porque de verdad que no se tiene en cuenta ni el esfuerzo, ni las horas, ni lo que sabes de psicología". 

Un examen que, por cierto, en esta ocasión ha sido "muy diferente al anterior". "Al no tener unos contenidos fijados, las academias privadas que nos prepararan de manera aproximada en función de lo que ha caído otros años y ahora está empezando a fallar. No hay un consenso de las competencias que tenemos que tener o los conocimientos que debemos adquirir. De hecho, la propia carrera de psicología no está orientada a este examen". 

Además, reivindica una mayor visibilidad: "Parece que los 'pires' no existimos; todos los telediarios, cadenas de radio o periódicos, cubren el MIR, pero casi ni se habla del resto. Es devastador el aumento del número de suicidios, de problemas de salud mental en los jóvenes, cómo están en la pública con meses de espera, viendo a la gente minutos... No hay derecho a que no se hable de ello". 

"Somos un colectivo con muchas ganas de ayudar, con mucha calidad humana, que apostamos por esto a pesar de lo difícil que es porque observamos la necesidad patente en la sociedad. Necesitamos ser correspondidos como mínimo con un PIR justo, no fácil", finaliza