Esmeralda Gómez Miguel es matrona en el centro de salud de La Alamedilla de Salamanca. Desde su consulta cuenta como se ha vivido, desde dentro, el anuncio del vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, por el que se pretendía obligar a los médicos a ofrecer a las mujeres que quisieran abortar escuchar el latido fetal, promover el acceso a ecografías 4D y un acompañamiento psicológico.

Desde SACYL no "hemos tenido ningún tipo de información ni notificación ni cambios. Sabemos lo que sabe la sociedad en general por lo que han transmitido los medios de comunicación". Reconoce que se "sienten muy mal" y tacha la situación de "difícil de describir". 

En su opinión, lo ocurrido durante la semana con continuas contradicciones "es un acto de crueldad a las mujeres totalmente innecesario". ¿Por qué?, porque un alto porcentaje de aquellas que acuden a consulta para interrumpir su embarazo ya tiene "muy claro" lo que va a hacer. Cuando surgen dudas o surge un embarazo por sorpresa, "que a veces ocurre, somos nosotros mismos los que les damos un tiempo, no comenzamos el proceso inmediatamente". 

Considera que la mujer "tiene que asimilar la noticia y después decidir". Esta supuesta modificación, según sus propias palabras, "no conlleva ningún beneficio, no las va a hacer cambiar de idea, lo único que va a conllevar son unas secuelas psicológicas que existen y que en este caso estarían aumentadas", lamenta. 

La decisión de interrumpir un embarazo cuando no hay una enfermedad materna o fetal "necesita una aceptación. Es un duelo, una pérdida pero con un sentido de culpa añadido que no tendría una pérdida fetal por cualquier otro motivo", aclara.

El perfil de todas aquellas que demandan IVES (Interrupción Voluntaria del Embarazo) "no es el que se piensa a pie de calle". No son "mujeres reincidentes, que abortan una y otra vez. Son mujeres que por razones personales, laborales o de pareja tienen que tomar esta dura decisión y nosotros no debemos entrar. Ellas consideran que en ese momento no pueden continuar, siempre hay excepciones, pero las mínimas". 

Finalmente, reconoce que, "posteriormente se intenta que esas mujeres adopten  un metodo anticonceptivo seguro". 

ECOGRAFÍA 4D, INNECESARIA

En cuanto a la ecografía en 4D que proponía el protocolo de Gallardo, Esmeralda considera que "no tiene ningún rigor científico". Hacer esta prueba entre la semana 6-9 de gestación "no tiene sentido", por eso, "en ningún protocolo de embarazo se realizan ecografías, salvo en excepciones, hasta la semana 12-14".

"Si esto ayudara a la gestación se haría antes, entonces, no tiene justificación que a las mujeres que quieren continuar su embarazo no les demos esa opción y, por contra, a las que lo quieren interrumpir no solo las obliguemos a hacérsela si no a verla, me parece un acto de crueldad".  

En este sentido, Alfonso Fernández Mañueco, presidente regional, ha asegurado que no se modifica el protocolo de actuación, sino que "se amplía" la cartera de servicios para las mujeres embarazadas.

Sobre estas palabras, la matrona en el centro de salud charro cree que "las carteras de servicios se pueden mejorar con muchas cosas, ésta la menos necesaria". Esto supondría una "sobrecarga para el sistema sanitario, tanto económica como de personal, no le encuentro sentido que gastemos nuestro tiempo y dinero en hacer una prueba que no sirve para nada mientras tenemos mujeres en lista de espera para hacerse ecografías esperando el diagnóstico, por ejemplo, de un posible tumor". 

EL PROTOCOLO

En estos momentos cualquier mujer que quiera acceder a una interrupción voluntaria del embarazo tiene que ponerse en contacto con su centro de salud. "El primer contacto puede ser con el equipo de guardia, médico o enfermera de familia o directamente con la matrona. Todas las actuaciones posteriores las realizamos las matronas y trabajadores sociales". 

Son situaciones que "conllevan tiempo, hay que hacer las gestiones con mucho tacto. Es un procedimiento delicado. Necesitamos solicitar un código, una fecha para hacer una sencilla ecografía que si la mujer no quiere no ve ni escucha, aclarar dudas, explicar los pasos a seguir y comunicarles donde se va a practicar la interrupción". 

Actualmente son derivadas a Valladolid, "hasta hace no mucho el proceso de desplazamiento era a Madrid". Días después tienen que volver a esa misma clínica para asegurarse de que el procedimiento se ha realizado bien, "que no hay ninguna complicación".

La matrona da especial importancia a que "no deja de ser un procedimiento costoso en tiempo, en días de consulta, económico aunque luego se les reembolsa... si las interrupciones se realizasen en los hospitales de referencia sería más sencillo. Tener que faltar varios días al trabajo ya conlleva una dificultad porque en la mayoría de las empresas no sabe el por qué". 

 ABORTOS CON RIESGO MÉDICO

Por enfermedades maternas o fetales incompatibles con la vida se recomienda interrumpir el embarazo rondando la semana 22 o más. "Este tipo de interrupciones son complejas, psicológicamente más difíciles de admitir. A nivel médico muy delicado".

Todas ellas se realizan, a día de hoy, "en clínicas privadas que no siempre cuentan con los soportes médicos apropiados, con el riesgo que esto conlleva. Cuando se hizo la última modificación de la Ley se dijo que cada mujer debe interrumpir el embarazo en el centro sanitario de referencia, en ningún caso, se está haciendo en hospitales".