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La gran obra pictórica de Florencio Maíllo para la Catedral de Salamanca

El pintor salmantino presenta el cuadro sobre el calvario y la resurrección en el que lleva dos años y medio trabajando. Mide ocho metros y pesa 800 kilos

Detalles del cuadro de Florencio Maíllo. (Fotos: Diócesis)
Daniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
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El artista salmantino Florencio Maíllo, natural de Mogarraz, lleva dos años y medio entregado en cuerpo y alma a uno de los encargos más especiales que ha recibido en su vida: pintar un cuadro para la Catedral Nueva de Salamanca. 

Sus horas de trabajo con la colosal obra, de ocho metros de alto, cuatro de ancho y 800 kilos de peso, han estado acompañadas por la música de Vivaldi, reproducidas de un CD que le regaló la misma persona que le encargó esta gran obra, el canónigo emérito de la Catedral, Daniel Sánchez, fallecido de manera repentina la semana pasada. El artista recuerda su última conversación con él, horas antes de su fallecimiento: "Estaba entusiasmado porque por fin iba a ver la luz y se iba a conocer en esta presentación", relata. Para Sánchez, según transmite Florencio Maíllo, "era como su gran proyecto de vida, porque quería dejar huella en la Catedral donde tantísimos años ha estado".

Todavía no hay fecha concreta para la colocación de la obra en la parte trasera del retablo mayor de la Catedral Nueva, frente a la capilla del Cristo de las Batallas. En los próximos meses se trabajará en su montaje y colocación, en un principio de forma temporal, informan desde el Servicio Diocesano de Comunicación Social.

 

Estado actual de la parte inferior de la composición. (Foto: Diócesis de Salamanca)

Para este artista, este cuadro, titulado, 'El pensamiento ante el Misterio de la Creación, Redención y Resurrección', también ha sido la obra de su vida, "es el trabajo al que más tiempo he dedicado", y a mayores, como reconoce, "también es importante al ser un encargo, y sobre todo, por el lugar donde irá, que es un marco excepcional".

Maíllo agradece haber podido trabajar con "absoluta libertad", ya que Daniel Sánchez tan solo le dio el tema que tenía que tratar en su obra: el Padre eterno, el Calvario, la Crucifixión y la Resurrección, "y cuyas figuras tenían que ser de grandes dimensiones", porque como argumenta, "hay que tener en cuenta el tamaño de la Catedral".

Tras recibir el encargo, se puso a trabajar en ello en su taller de Encinas de Abajo, comenzando por la elaboración de varios bocetos, que fue enseñando a Daniel Sánchez, "hasta que dimos con la que nos gustaba a los dos y encajaba con la idea y el espacio donde se ubicaría". 

 

 

La representación de la Trinidad

 


En la escena superior, se refleja a las dos personas de la Trinidad, con el Padre Eterno y el Espíritu Santo, integradas entre nubes, donde se pueden leer dos leyendas: 'Ha muerto por cada uno de nosotros', a la derecha; y, 'ha resucitado para daros la vida', en la izquierda. Sobre la escena, un arco de medio punto que representa la bóveda celeste.

En esa zona de la obra, junto al Padre Eterno, tuvo la necesidad Florencio Maíllo de que estuvieran representadas las cinco personas de su familia que han fallecido. En concreto, en la parte izquierda, sus padres, y en la derecha, sus dos hermanos. Además, debajo de la alegoría, también está su abuela, la única que conoció, y que falleció cuando él tenía 12 años. "Todo tiene que ver con una profunda reflexión y sentimiento", reconoce.

En la escena inferior de la obra se representa al Crucificado formando un calvario con las figuras de María y San Juan Evangelista, "todo ello integrado en un paisaje que deja ver en su horizonte a la Catedral de Salamanca iluminada", como detalla el artista. No es el único elemento de la ciudad representado en el cuadro, ya que como explica, quiso que estuviese presente otro emblema de la ciudad, la Casa de las Conchas, en esta ocasión, vinculado al orden estructural de las conchas en su fachada, "y ubicar en esa misma distancia las saetas representadas en dicha escena".

 

Antonio Matilla y Florencio Maíllo, ante un boceto del cuadro. (Foto: Diócesis Salamanca)

Ese elemento hace referencia a la guerra de Ucrania, que estalló en pleno proceso de la obra, como reconoce Maíllo, "y quise representar esas bombas de racimo que tanto dolor provocan, para transmitir esa sensación tan poderosa de dolor, con elementos cortantes en forma de triángulo, que están en movimiento, y que están sangrando".

La obra se completa con la representación de la Resurrección en la parte inferior izquierda, con el Resucitado, San Pedro, San Juan y Magdalena, en fase de Ascensión. La escena va parcelada con la propia almendra de luz que envuelve al Resucitado, y por una celosía, como elemento externo, que la separa de la zona verdosa y central del cuadro, donde se aprecia otro elemento innovador de este cuadro, en concreto, la imagen del Pensador de Auguste Rodin, "que medita la Redención".

El Resucitado está rodeado de doce cirios pascuales y en el centro de las dos escenas inferiores puede leerse la leyenda en latín: 'SI CONSVRREXISTIS CVM CHRISTO QVAE SVRSVM SVNT QVAERITE QVAE SVRSVM SVNT SAPITE'.

 

Diaólogo con el arte contemporáneo


El antropólogo Antonio Cea, del Centro de Estudios Salmantinos, fue el encargado de detallar la obra en el taller de Florencio Maíllo, de la que cree que su autor tiene que estar "muy satisfecho y afortunado porque cualquier artista daría lo que fuera por tener una obra en la Catedral", subrayó. Bajo su punto de vista, esta obra no va a desarmonizar, "sino que va a ser el complemento de algo vacío que estaba esperando una buena obra".

Por su parte, el deán de la Catedral de Salamanca, Antonio Matilla, transmitía el recuerdo a Daniel Sánchez y el agradecimiento por la donación de esta obra. "El Cabildo está empeñado en mantener un diálogo con el arte contemporáneo, y en esta tarea hacemos un elogio a Daniel Sánchez, que siempre dialogó mucho con estos artistas", reconocía.

 

 

El director del Servicio diocesano de Patrimonio Artístico, Tomás Gil, valora esta obra, que según resalta, recoge el tema central para la vida de los cristianos. "Lo que se está contando aquí es el misterio pascual, la Muerte y Resurrección de Jesús", describe. 

Por último, el historiador del Arte y técnico de la Catedral, Raúl Benito, considera que la incorporación de una obra contemporánea en un espacio como la Catedral, "deja patente que la Catedral es un organismo vivo, donde la catequesis se puede apoyar en obras como la de Florencio Maíllo, cargada de simbolismo". Y considera que pastoralmente va a cumplir una gran función, "en un espacio que fue concebido para esculpir un escudo, pero que podemos aprovecharlo para colocar arte contemporáneo".