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Rubén y Álvaro, 24 horas de atención y dedicación a las víctimas de violencia de género de Béjar

Ambos agentes han recibido el premio Meninas por su trabajo en la unidad específica creada en la Policía Local bejarana

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Rubén y Álvaro, 24 horas de atención y dedicación a las víctimas de violencia de género de Béjar
Isabel Andrés Rodríguez
Isabel Andrés Rodríguez
Lectura estimada: 6 min.

Trabajar por y para atender a las víctimas de violencia de género en Béjar. Este es el día a día de Rubén Pereira y Álvaro García, dos agentes de la Policía Local de la ciudad textil que conforman la unidad especial contra la violencia de género, integrada en el sistema VIOGEN, y que han sido reconocidos con el premio Meninas 2022 por su trabajo y por "su claro compromiso e iniciativa en la lucha contra esta lacra".

Y es que están a disposición de las víctimas 24 horas al día, 365 días al año para ofrecerles una atención continuada, cercana e integral. Para ello, cuentan con un teléfono con comunicación constante con las víctimas, de tal forma que ellas puedan tener una vía siempre disponible en cualquier circunstancia. Cada uno de ellos tiene asignada una víctima de forma permanente, a la que realiza un seguimiento constante para garantizar la seguridad de las víctimas, y adaptan su trabajo a la ayuda que requieran en cada momento para ofrecer una protección integral.

"Somos más cercanos, están acostumbradas a hablar más con nosotros, ellas tienen el número de teléfono y saben que es 24 horas y nos pueden avisar de cualquier cosa en cualquier momento. Cuando todo va fluyendo, si no hay incidencias, ellas van cogiendo confianza y la situación va cambiando poco a poco. Nosotros le damos a conocer que es un proceso que hay que pasar y que si ella necesita ayuda en cualquier circunstancia puede decirlo. Es bueno que llame en cualquier caso que necesiten, que aunque no sea nada nosotros acudiremos", cuentan a TRIBUNA.

Su trabajo de acompañamiento y protección a las víctimas comienza cuando desde Policía Nacional se les asigna un caso. "Nuestras víctimas son o de riesgo bajo o no apreciado, ya que las que son de riesgo alto las valoraciones hay que hacerlas cada semana o en caso extremo cada 72 horas y eso lo hace Policía Nacional, ellos tienen el servicio exclusivo y nosotros no dejamos de estar trabajando aquí a turnos con la labor normal del día a día", explican.

Para ello, la primera valoración la realiza la Policía Nacional, que establece y asigna el nivel de riesgo. Una vez que se produce la denuncia, la víctima entra en el programa VIOGEN y empieza a funcionar el sistema. "Ahí ya entramos nosotros a vigilar a la víctima, a estudiarla, a acompañarla, a darle seguridad, llamadas periódicas, etc. El sistema es muy bueno, tiene una serie de apartados en los que nosotros podemos hacer anotaciones de todo lo que va sucediendo y el sistema va cruzando todos los ítems".

Sin embargo, también actúan desde el primer momento y prestan sus servicios de apoyo en cualquier circunstancia: "Cuando las víctimas necesitan asistencia médica, nosotros podemos prestar ese apoyo para desplazarla al centro sanitario, que emite el parte de lesiones que debe adjuntar a la denuncia. Suele suceder que víctima y agresor comparten domicilio y si la víctima necesita enseres o ropa y hay que ir, se les acompaña o se recoge lo que nos pida. Se ha llegado a custodiar un piso hasta que se ha bajado toda la ropa".

Para ello, desde 2021 se estableció el denominado Protocolo Cero dentro del sistema VIOGEN, que establece las pautas para actuar. "Cuando nosotros llegamos a un domicilio, la primera visión es importante y hay que ver lo que te encuentras. Muebles desordenados, cristales rotos, vecinos en las puertas, medicamentos, cómo están los menores... te puedes encontrar muchas cosas y todo es importante. Hay que tener en cuenta cómo está el entorno, si la vivienda está desordenada, cuáles son las reacciones de una parte y de otra, si existen armas (nosotros en este caso tenemos competencias para intervenir en arma). Después hay que separar al agresor de la víctima y hablar con ella con delicadeza y si se puede buscar una compañera femenina porque confían más en ella y se sienten más seguras porque en ese primer momento hay mucho estrés. Es importante mantener la calma, separarlos y no culpar a nadie", aseguran.

A partir de ahí, su trabajo se centra en proteger a las víctimas. "Somos más una policía vecinal y nos las encontramos por la calle, les preguntamos, nos conocen, nos comentan, los vecinos y los familiares también. Es cierto que a las mujeres que sufren violencia de género nos les gusta que se sepa que la están sufriendo, pero gente cercana que sí lo conocen a veces nos cuentan cosas de situaciones que ellas no se atreven a decirnos o si han visto al agresor cerca de su casa". Además, se encargan de realizar un seguimiento a las víctimas a través de llamadas telefónicas o visitas y realizan un registro en el sistema "cada diez días para ver que todo va bien".

El objetivo es claro, estar a disposición de las mujeres que sufren esta lacra y garantizar su seguridad y la de los menores que tengan a su cargo, para lo que es importante que "haya siempre comunicación". "Llevamos una víctima cada uno, cuando se inactivan esos casos los compañeros de Policía Nacional nos asignan otros, pero seguimos con ellas. Una vez que acaban las medidas de protección y judicialmente acaba el proceso, nosotros seguimos manteniéndolas en el programa, no causan baja nunca y seguimos protegiéndolas y teniendo contacto con ella. Los casos se inactivan, no se dan de baja. Es un trabajo muy gratificante", aseguran.

A pesar de que la unidad está compuesta por estos dos agentes, "es un trabajo de plantilla, al final es un trabajo cooperativo entre todos. Nosotros somos los que anotamos las incidencias en el programa y demás, pero es un trabajo de todos". Además, también destacan el apoyo y la coordinación con la Policía Nacional en la ciudad textil: "Trabajamos muy coordinados con la Policía Nacional porque el apoyo suyo es muy importante porque llevan una trayectoria mucho más amplia, llevan más casos y nos prestan bastante ayuda".

La puesta en marcha de esta unidad especial ha sido un proceso largo que comenzó con el acuerdo de la Junta Local de Seguridad para firmar un convenio en la que participaron la entonces alcaldesa bejarana, Elena Martín; Eloy Ruiz; Luis Esteban Lezaún, entonces comisario jefe provincial de la Policía Nacional; Jorge Montero, teniente coronel jefe de la Guardia Civil; Pedro Antonio Manjón, jefe de sección de Protección Civil, autoridades municipales y mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del municipio. Tras este primer acuerdo, se dio luz verde a la adhesión de la Policía Local de Béjar al protocolo de colaboración y coordinación entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los cuerpos de la Policía Local para la protección de las víctimas de violencia doméstica VIOGEN y en noviembre de 2020 el secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Pérez, y la alcaldesa suscribieron el convenio entre el Ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Béjar.

Además, se estableción un acuerdo de cooperación entre la Policía Local y la Nacional en Béjar para realizar un reparto de las funciones "para que nosotros pudiéramos empezar a trabajar". "De inicio nos asignaron una víctima a cada uno, desde el principio se asignó un terminal telefónico para cada uno y cada uno hace las valoraciones de la víctima que tiene asignada. Tenemos acceso al resto de las víctimas de Béjar y aunque yo no lleve una víctima que está llevando Policía Nacional yo la conozco gracias al sistema y le puedo preguntar y puedo hacerle un seguimiento", explican.

Todo un trabajo que consideran muy gratificante: "Al principio sientes el miedo que tienen a denunciar, piensan mucho en qué les va a pasar familiarmente, laboralmente, con los niños... sienten mucho miedo a denunciar, mucho miedo a dar el paso, pero luego se dan cuenta de que es lo mejor que podían haber hecho porque no cambia nada su situación pero se han quitado esa lacra de encima. Hay muchísima violencia de género, tanto física como psicológica, y hay mucho miedo a denunciar. Una vez que empieza el proceso y empiezas a darle seguridad ven que la culpa que ellas creían que tenían es de ellos y cogen el poder y la confianza y tiran para adelante y ver ese cambio es lo que más me gratifica. Es gratificante ver que ha entendido que ella no era la culpable, que el culpable es él, que no han hecho nada para verse en esta situación", afirma Álvaro García.

"Lo principal es empatizar, una simple sonrisa cuando llega esa persona, probablemente ya le ayuda", añade su compañero Rubén Pereira.

La Policía Local bejarana es pionera en municipios que no son capitales de provincia con la puesta en marcha de esta unidad. "Nosotros hacemos nuestra labor normal y además esto. Béjar es una de las pocas policías locales, además de las capitales de provincia, que tienen una unidad específica porque otros compañeros lo llevan entre todos y entre todos es más complicado hacer un seguimiento. Hemos creído que hacer una unidad es lo más acorde a esta situación por ellas", aseguran.

Por todo ello, aseguran sentirse satisfechos por este premio: "es satisfactorio porque se dignifica el trabajo y la imagen de la Policía Local". Además, esperan que sea un incentivo para otros compañeros, ya que "la candidatura se hizo humildemente y ahora esperamos que sea un incentivo para el resto de policías y que fomente el que se genere la unidad. Si este premio ayuda para que en otras plantillas se empiecen a crear las unidades y minimizar esta lacra, que los agresores vean que hay más presión encima, si eso ayuda pues estamos encantados", concluyen.

 

 

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