Garantiza más apoyo en el futuro y acompaña de la mano la petición de la Usal para participar en el PERTE de la lengua española
Algo más de tres años de trabajo. Esto es lo que ha durado la rehabilitación de la antigua sede del Banco de España en la plaza de los Bandos hasta convertirla en un moderno edificio de la Universidad de Salamanca. Una nueva infraestructura que alberga en su interior el Centro Internacional del Español, que ha sido inaugurado este viernes y que es ya un referente internacional para la investigación y la docencia en torno al idioma.
Se trata, según ha explicado Eduardo Dorado, arquitecto de la USAL y director de obra, de un edificio moderno y a la vanguardia en tecnología y sostenibilidad en el que, a la vez, se conserva parte de la historia y de sus elementos originales. Un nuevo edificio universitario que "va a permitir desarrollar todas las actividades relacionadas con la enseñanza del español y potenciar una industria que de por sí ya es relevante en Salamanca", ha apuntado el vicerrector de Economía, Javier González Benito.
Antes de convertirse en la sede del Banco de España, en este céntrico punto de la capital había un hotel muy lujoso, denominado el Hotel del Comercio, y en torno a 1935 se compró el solar y los adyacentes para abrir las calles laterales. Entre 1936 y 1940 se construyó el actual edificio, que funcionó como Banco de España hasta 2002.
Ahora, tras una rehabilitación integral en la que se han invertido algo más de 10 millones de euros, el Centro Internacional del Español cuenta con 5.300 metros cuadrados distribuidos en seis niveles. Se trata de un "edificio muy sobrio de una piedra de muy buena calidad procedente de las canteras regias", por lo que durante los trabajos "se ha tenido mucho respeto con el edificio y se han conservado unos cuantos elementos estructurales todo el cerramiento perimetral, las cámaras acorazadas y algunos elementos singulares como los portones que hacia la plaza de los Bandos, toda la rejería y el portón de los antiguos vehículos blindados", ha explicado el arquitecto de la USAL.
De esta forma, se ha tratado de conseguir "un edificio muy abierto hacia el exterior para que invite a los visitantes a entrar en él. En planta baja y en planta semisótano es muy público y según vamos ascendiendo tiene un nivel de privacidad mayor". Además, el espacio se configura en torno al atrio central de la planta baja: "el banco era la primera planta y el resto eran viviendas y tenía un lucernario en el techo de la planta baja. Se nos permitió subir ese lucernario dos plantas y hemos podido crear un gran espacio central, que es el espacio de referencia del edificio y hacia el que vuelcan todas las dependencias".
Por otra parte, durante todo el proceso de obra se ha trabajado para que sea un edificio de espacios muy versátiles y muy configurables. Para ello, dispone de tabiques móviles y un sistema móvil de butacas y graderío telescópico con el que "podemos crear hasta seis dependencias diferentes o un único espacio de 600 metros cuadrados".
El edificio se ha distribuido en diferentes plantas, dirigidas cada una de ellas a diferentes actividades. "En primera planta hay un centro de recursos digitales y algunas aulas de formación continua, mientras que en la segunda hay dependencias para grupos de investigación, una sala de reuniones y zonas de dirección. Finalmente, en planta bajo cubierta hay zonas de trabajo y depósito de libros y los dos torreones se han mantenido como mirador y zona de trabajo", ha asegurado Dorado.
Asimismo, ha destacado que se trata de un edificio "ambiental y sostenible bastante puntero y cuenta con una certificación Leed oro, una certificación americana de reconocido prestigio".
Una vez finalizada la rehabilitación, el siguiente paso será "definir los proyectos que se lleven a cabo en el edificio" que también "incorporará el Instituto de Estudios Medievales y queremos que sea la sede de todos los proyectos que se puedan poner en marcha en torno al español, queremos que esté abierto a la ciudad y para eventos de la industria del español para visibilizar el trabajo de cara al exterior", ha apuntado el vicerrector.
Ahora queda adquirir el equipamiento para el edificio, pero, mientras tanto, la idea de la Universidad de Salamanca es que al menos un día a la semana pueda estar abierto para que la ciudadanía pueda visitarlo.
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