Caos en Singapur. Sí señor, tuvimos de todo: un diluvio universal, donde tranquilamente podríamos haber visto a Noé, pero en el que a los que sí vimos fue a los cobardes habituales de la FIA  apostando por correr la carrera una hora más tarde -aunque ya no llovía-, robándoles todas las opciones a los equipos pequeños, vimos fallar a la gente que nunca falla, y vimos tantos abandonos que parecía la gran dimisión.

Cayó la de San Quintín y el circuito estaba empapado, y dirección de carrera decidió retrasar una hora y cinco minutos el comienzo de la carrera, una barbaridad. Podía parecer una decisión lógica, pero enseguida se vio que era puramente conservadora. Es verdad que el circuito estaba mojado, pero a la media hora aproximadamente ya podrían haber salido a correr los monoplazas; una pena porque a medida que pasó el tiempo el circuito se fue secando, favoreciendo al mejor coche y no al mejor piloto. Aún con esas, el Gran Premio de Singapur fue un desafío de conducción al límite, para todos y cada uno de los pilotos de la parrilla.

Si la carrera hubiese empezado media hora antes nadie habría sabido qué compuesto elegir, pero cuando dio comienzo estaba claro que el neumático intermedio era la elección correcta. Vuelta de formación, bandera verde, luces fuera y empieza la carrera; salieron mal Hamilton, Alonso y Verstappen, inédito. Leclerc parecía que también salía bien pero acabó cediendo la primera posición a Checo, genial el mejicano, al que todo le salía bien hoy. Sainz era tercero, buen comienzo del madrileño que se tocó con Hamilton para mantener la posición. El resto salieron bastante limpios a excepción de un trompo de Albon sin más repercusión. Verstappen llegó a ir 13º, evidenciando su mala salida.

Pero pronto empezaría el show. En la vuelta siete Latifi se comió a Zhou provocando la retirada de ambos, y el primer safety car de la carrera. Por razones como estas Latifi no estará el año que viene en la F1. Se relanzó la carrera en la vuelta 11, poco tardó Verstappen en pasar a Vettel y ponerse octavo tras Alonso. Pero las facilidades para adelantar se le acabaron al de Red Bull cuando se encontró durante 10 vueltas un muro llamado Fernando -ya dijimos que un bonito día de lluvia le daría opciones-, y ahí habría seguido de no ser por un nuevo fallo en su Alpine que le obligó a abandonar. Y ya van 6 veces este año que el coche se le jode a Fernando de una forma u otra por 2 de su compañero francés, -da que pensar-, yo lo dejo ahí. Sesenta puntos perdidos en esos abandonos, en fin. Albon se pasó de frenada para ocasionar un nuevo virtual safety en la vuelta 25, que fue seguido por el abandono de Ocon en la vuelta 28, lo cual ocasionó un nuevo coche de seguridad, 4 paradas de algún tipo en 28 vueltas, BRUTAL. Russell aprovechó que estaba en tierra de nadie para poner neumático medio y ver como se comportaban. En seguida vimos que era muy pronto, con un Russell que, con tanto derrape, parecía más un conductor de drift que de Formula 1.

Hamilton al acecho de Sainz, se fue largo en la vuelta 33 obligándole a pasar por boxes por daño en el alerón  delantero, le pudieron las ansias al de Mercedes. A continuación, nuevo safety car por accidente de Tsunoda con las protecciones en la vuelta 36. Ya habían empezado a parar a por neumático seco todos excepto McLaren, que se vio beneficiado por el safety que aprovecharon para parar, saliendo cuarto Norris y sexto Ricciardo. En este punto se cambió el contador de vueltas por uno de tiempo, al no poderse completar las vueltas restantes dentro del límite de tres horas desde el comienzo de la carrera.

Se relanzó la pelea con Pérez primero, Leclerc segundo, Sainz tercero y Norris cuarto asediado por Verstappen. Le costó muy caro el asedio a Verstappen, que en su primera intentona de adelantamiento se fue largo teniendo que pasar por boxes a montar neumáticos nuevos y situándose último, otro agonías. Mientras tanto, Leclerc amenazaba a un Checo que se defendía con todo. Y así fue durante bastantes minutos, algo a lo que la introducción del DRS a la carrera no ayudó. Se mantuvo el pulso entre los dos pilotos hasta que un error de Leclerc lo sacó de la zona de DRS dejándole la victoria en bandeja a Checo. Y así fue, el mexicano se llevó merecidamente su segundo triunfo del año por delante de un Leclerc al que le cuesta mucho materializar en victorias sus poles.

Verstappen protagonizó en 30 minutos una remontada fulgurante para acabar séptimo, pasando a pilotos tan experimentados como Hamilton y Vettel. No fue campeón hoy pero casi seguro lo será en Suzuka.

Lo de Alpine con Alonso es un cachondeo. Hoy con tanto safety car y tanto abandono hubiera podido llegar lejos. Pero Alpine es el único equipo que se acerca a Ferrari en el pésimo rendimiento de las decisiones de equipo. Sale mal todo y un poco más, desde piezas de dos euros a fallos de los ingenieros como no apretar bien las ruedas en un pitstop, en fin, un despropósito. Normal que se vaya a Aston Martin.

Singapur ha sido una montaña de emociones, una carrera convulsa, de las que hacen disfrutar a los aficionados. Me gustaría que hubiese más carreras así, bajo lluvia si es posible, ya que todo es más divertido, y salen a reducir los talentos individuales y no la inversión en los monoplazas. Pero la Fórmula 1 es y seguirá siendo un deporte donde casi siempre gana el más rico. Ya veremos qué pasa con la investigación de la Fía a Red Bull por superar el presupuesto de la temporada pasada. Mi apuesta es que no pasará nada porque la Fía vive de estos equipos y no permitirá que se les perjudique demasiado, ya lo sabemos. Pero bueno, ojalá se haga justicia esta vez no porque seamos fans de Hamilton o de Mercedes, que no, sino porque un escarmiento a un equipo grande sentaría las bases para una Fórmula 1 más justa. O no.