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De desconocido a candidato: el nuevo estatus de Mario García Romo entre final y final

El salmantino, que salió a la final del Mundial con la peor marca de todos y se quedó al borde de la medalla, disputa la final del Europeo sólo superado en tiempos por el gran favorito

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De desconocido a candidato: el nuevo estatus de Mario García Romo entre final y final
Félix Oliva López
Félix Oliva López
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Cuando este jueves a las 21.05 horas el salmantino Mario García Romo salte al tartán del Olympiastadion de Múnich habrá pasado casi un mes desde su asombroso cuarto puesto en el Mundial. Aquella fue su gran irrupción a nivel internacional, bajo los focos de las grandes citas, aunque a los ojos expertos su progresión en  EEUU no había pasado desapercibida, pero debutar en un Campeonato del Mundo y acabar a un suspiro de la medalla no está al alcance de todos. Hoy la situación para el de Villar de Gallimazo ha cambiado y los números lo dicen: ha pasado de desconocido a candidato.

Cuando el 19 de julio Mario ocupó su puesto en la final de 1.500 del Mundial lo hizo ya confirmado como el gran atleta que es. Todo empezó el 26 de junio anterior en Nerja cuando se proclamó campeón de España de la distancia con una superioridad impresionante, impropia de un joven de 23 años. Y no es que no lo hubiera avisado en su fantástica temporada en EEUU o con la progresión de sus marcas, o en las series (donde no se dejó ganar ni por Mechaal), pero ganar como ganó son palabras mayores. Campeón en título y sin discusión, su llamada para el Mundial era inevitable y allí ya sabemos lo que hizo.

Tras clasificarse con sobrados méritos, se plantó en toda una final universal, en una pista que conocía bien de sus éxitos universitarios. Allí, en la lista de salida, figuraba con la peor marca de todos los participantes. En la línea de meta, tres minutos y medio después del pistoletazo, su estatus había cambiado por completo. Con unos fabulosos 3.30:20 no sólo había sido cuarto a centésimas de la medalla que logró Katir, sino que le daba una dentellada de 5 segundos completos a su marca personal, que pasaba de 3.35 al nivel respetable de los 3.30.

Casi un mes después, este jueves, García Romo se enfrenta a una nueva final. Esta vez es la del Europeo, al que ha llegado ya como indiscutible del 1.500; en su serie se clasificó directamente para la final dejando grandes sensaciones, con un control más propio de atletas más veteranos en estas lides. En la lista de salida, esta vez, su marca no es la más floja, sino una de las mejores. De hecho, es la segunda, sólo superada por la del fenómeno noruego Jakob Ingebritsen, el gran favorito. Del reciente Mundial, dominado por los europeos y en el que fue cuarto, están cuatro de los cinco primeros: sólo falta el campeón. El salmantino estará más vigilado, ha pasado de casi desconocido a candidato sin pasar por la casilla de outsider, pero su nervio competitivo es algo difícil de contener. ¿A qué puede aspirar? A todo. 

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