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En primera línea: "El personal da todo de sí y la gente sabe agradecerlo. Eso alimenta mucho más que los ridículos bocadillos de la Junta"

Román García, miembro del operativo en primera línea de fuego, se volvió de sus vacaciones para luchar contra las llamas. Así lo ha vivido.

En primera línea: "El personal da todo de sí y la gente sabe agradecerlo. Eso alimenta mucho más que los ridículos bocadillos de la Junta"
Fuego (Foto: Ical) | Foto: Jcyl
María  Pedrosa García
María Pedrosa García
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Firmado por: María Pedrosa

191 incendios en ocho días. Tierras calcinadas, animales borrados y un paisaje que nunca volverá a ser el que era. La comunidad de Castilla y León ha conocido en primera persona las graves consecuencias del cambio climático, que con implacables olas de calor ha envuelto en llamas las provincias de Salamanca, Ávila y Zamora. Concreamente, el incendio de Monsagro, siendo el peor en lo que va de siglo en tierras charrasha quemado 8.623 hectáreas, más del doble que en todo 2005. 

Román García, conductor de autobomba fijo discontinuo de incendios, y actualmente, desempeñando labores de Celador de Medio Ambiente, es decir, guarda forestal, analiza la situación vivida en primera línea de batalla. Entre otras labores preventivas, vigila la reproducción de nuevos focos. Además, ha intentado asegurarse de que le personal esté atendido con el avituallamiento correspondiente, si no se ocupaban los responsables. Todo ello, dentro de la reserva natural de Las Batuecas-Sierra de Francia. 

Él y su compañera de patrulla estaban de vacaciones y teniendo en cuenta las dimensiones del incendio, se ofrecieron a incorporarse de manera voluntaria. Desde ese momento, un trabajo sin descanso, solamente recompensado por el cariño de los habitantes de los pueblos. "Es emocionante ver como los vecinos de los pueblos se vuelcan con los que les están protegiendo de las llamas. Esa parte que da el 100%, en jornadas extenuantes que muchas veces sobrepasan lo recomendable. El personal da todo de sí y la gente sabe agradecerlo. Eso alimenta mucho más que los ridículos bocadillos de la Junta de Castilla y León. Eso sí da fuerza", confiesa. 

CONDICIONES LABORALES

¿Bajo qué circunstancias se ha trabajado? "Se ha improvisado, en cuanto a la planificación y la organización del operativo por parte de los responsables y, principalmente, por parte de la Junta de Castilla y León. Para ser precisos, dentro de la consejería de Medio Ambiente, las competencias pertenecen a la Dirección General de Patrimonio Natural y dentro de ahí, el Servicio Central de Extinción de Incendios. Ellos son los que planifican unos efectivos que no están activados todo el año ni al 100 por 100. ¿Las consecuencias? El primer incendio de la Sierra de la Culebra, momento en el que no se había decretado una época de peligro alto, lo que implica la activación de ciertos elementos del operativo". 

Y continúa: "Hay falta de previsión, de planificación y, sobre todo, de prevención: labores silvícolas en invierno y en otoño en las que se podría emplear al personal fijo discontinuo, pero fuera de la época de peligro alto. Es algo que venimos denunciando desde hace muchos años. No nos estamos aprovechando de la situación, como declaró el Director General de Patrimonio Natural. Ya habíamos avisado de que se podían producir estos incendios". 

Durante el incendio, el personal operativo se ha hecho eco de las pésimas condiciones en las que tienen que trabajar. La respuesta, un bocadillo, ¿cuánto hay de verdad en todo ello? "El avituallamiento ha sido un desastre. Es mentira lo que se ha dicho por parte de la Junta y lo sé porque lo he sufrido, lo he vivido y no me lo ha contado nadie. Esto viene de muy atrás. La realidad sobre el avituallamiento recibido no hace falta que lo tenga que leer en un tweet. Creo que varias rodajas de algo parecido al salchichón no es lo más adecuado para afrontar un incendio forestal de este tipo y para cualquiera de los colectivos que forman parte. No es la mejor manera de atender las necesidades nutricionales y energéticas de las personas que están en un incendio forestal. La Junta de Castilla y León nos trata con muy poca dignidad. No pedimos tres platos de menú, pedimos que no se nos burle con un bocadillo de salchichón".

"Solo un día nos han dado un bocadillo decente, y es porque ese día los elaboró el bar de Serradilla del Llano, que lo regenta un antiguo miembro del Operativo, y sabe cómo hay que atender a los compañeros". 

Román, además, incide en las condiciones del día a día y no solo en estos incendios: "Se tendrían que escuchar las llamadas del personal del operativo pidiendo agua con desesperación. Agua para beber. Y, al final, si tienes que beber, lo haces de donde sea, como si es de un charco. Algo tan básico como es el agua, nos falta. Recuerdo una conversación hace varios años con un jefe de jornada en la que después de intentar hacerle entender la importancia de la hidratación, me dijo que aprendiéramos a racionar la cantimplora. Para hacernos una idea, las cantimploras que tenemos, dentro de un incendio nos duran 20 minutos, si estamos 16 horas...

"Las cocheras de las autobombas, salvo dos que tienen los servicios mínimos de higiene, el resto se encuentran en condiciones tercermundistas. Hablamos de tener un inodoro, un lavabo para lavarte, una ducha a la vuelta de un incendio... qué mínimo. En el mejor de los casos, una manguera. Podemos encontrarnos de todo, cochechas de piedra, con techos de madera...Y las torretas, en el mejor de los casos, con un inodoro químico". 

 

EL PAPEL DE LA JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN 

¿Os habéis sentido desprotegidos? "Desprotegidos en cuanto a seguridad en el trabajo, pues prácticamente es inexistante. Nos hemos sentido olvidados, que no se nos tiene en cuenta. El personal está indignado. Después ves al consejero o al presidente de la Junta en el Puesto de mando Avanzado... con sus botellas de agua y su aire acondicionado... ¡Qué vayan a pie de llama a ver a los combatientes!", reclama. 

¿Y qué es lo que se siente allí, en primera línea de batalla? "Sientes impotencia, contra los elementos y contra la organización. Lo que pasa es que a los miembros del operativo nos puede la responsabilidad. Que pueda haber dejación por parte de ciertos responsables no significa que nosotros vayamos a tener dejación hacia nuestras funciones. Cada miembro va a actuar de manera profesional, con una implicación enorme, sabiendo que no se le va a reconocer esa labor por parte de los responsables. La gente de los pueblos sabe quién les protege y quién se olvida de ellos, igual que se han olvidado de las condiciones y la dignidad del operativo". 

La Junta de Castilla y León anunciaba tras la celebración del Consejo de Gobierno la puesta en marcha de un plan de análisis de las necesidades a cubrir, tanto en la provincia de Salamanca como en la de Ávila. Bajo tu experiencia, ¿qué es lo que se debe hacer a partir de ahora para paliar tanto daño? "Esto me suena. El año pasado, tras el incendio de Navalacruz, el presidente de la Junta de Castilla y León dijo que había que hacer una reflexión. No sé si después de un año reflexionando y visto que no ha cambiado nada del operativo, es conveniente que hablen de análisis. Dejémonos de análisis y vayamos a los hechos, a la acción. Lo principal es ver cómo se puede solventar las carencias de los vecinos de los pueblos desolados. Hay que cambiar la política forestal, incidiendo en la prevención. Para esto no hace falta ser técnico, cualquier vecino sabe lo que hay que hacer". 

¿Cómo valoras la actuación de la Junta? "El lenguaje político no nos sirve de nada. Los trabajadores estamos al margen de las decisiones políticas. Si tenemos que esperar que las declaraciones de los responsables apaguen incendios... Con el gasto de un solo incendio como el de Monsagro, se supera con creces lo que se gastaría en la mejora del operativo preventivoLa última ampliación de tiempo de trabajo del operativo (dos o tres meses), suponía un presupuesto de 1,2 millones de euros anuales. Veremos si los costes de este incendio no superan diez veces esa cifra", explica. 

¿Y la implicación de la población? " El personal que mejor atendido ha estado ha sido aquel que ha recibido comida y agua de los vecinos de los pueblos Creo que la sociedad se está dando cuenta de la importancia del operativo, de lo que se sufre y del peligro que supone. Un fallecido del operativo ya son demasiados fallecidos y las imágenes no son nada comparado con vivirlo desde dentro", sostiene. 

¿Crees que debería haber dimisiones? "Considero que el mayor responsable político es el Consejero, pero debajo de él, existe una parte técnica que es la que se encarga de la planificación, y debería asumir sus responsabilidades. Me refiero al Director General de Patrimonio Natural y al Jefe de Servicio Central de Extinción de Incendios. Internamente, se ha de hacer una reflexión. Lo que se le ha contado al consejero desde dentro hasta ahora, ¿se ajustaba a la realidad o no?". 

Román García volvió de vacaciones para luchar contra las llamas. El pasado 20 de julio se le retiró del incendio, junto a su compañera de patrullado diciéndoles que no eran necesarios. Mientras tanto, se dice que faltan medios.