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El embalse de Almendra, la presa más alta de España, cerrada al turismo 55 años después de su construcción

La prohibición de estacionar en la zona y el vallado de los miradores ha provocado malestar en la frontera hispano-lusa, ya que era un punto de atracción turística

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El embalse de Almendra, la presa más alta de España, cerrada al turismo 55 años después de su construcción
Presa de Almendra (Foto: EFE)
Isabel Andrés Rodríguez
Isabel Andrés Rodríguez
Lectura estimada: 4 min.

El embalse de Almendra sobre el río Tormes, ubicado entre las provincias de Zamora y Salamanca, en la raya con Portugal, se ha cerrado al turismo 55 años después de su construcción y eso ha generado el malestar de los vecinos del entorno de la que es la presa más alta de España, con sus 202 metros de desnivel, según informa EFE.

Las vistas desde la carretera de coronación de la presa, en el límite entre ambas provincias, han constituido un punto de atracción turística y un lugar de visita obligada para quienes se acercaban al parque natural Arribes del Duero hasta que hace tres meses todo cambió. El presidente de la agrupación europea de cooperación transfronteriza Duero-Douro, que agrupa a municipios de la zona de ambos lados de la frontera, José Luis Pascual, ha explicado a EFE que prácticamente de la noche a la mañana, "sin previo aviso y con nocturnidad y alevosía", se vallaron los miradores de la presa y se instalaron unos bolardos en los aparcamientos para contemplar las vistas.

La medida se ha argumentado por parte de la empresa Iberdrola y por la Subdelegación del Gobierno en Zamora por la necesidad de adaptar la presa a la normativa europea de seguridad en ese tipo de infraestructuras, que impide estacionar en ellas. Pero ese argumento no convence a los vecinos de la zona, que han lamentado la incidencia negativa que tendrá en el turismo y plantean como próxima medida de presión una cadena humana.

En un popular restaurante de la zona próximo a la presa por la parte zamorana, 'Las tres chimeneas', uno de los propietarios, Luis Sánchez Carrasco, ha admitido a EFE que la decisión no tiene ningún sentido y va a afectar al turismo.

No solo a los visitantes, los propios habitantes de la comarca zamorana del Sayago a un lado de la presa, y los de Ledesma al otro, han lamentado la situación y han mostrado su disposición a programar un calendario de movilizaciones que concretarán en una asamblea que han convocado a principios de marzo en Fermoselle (Zamora).

La presa tiene tres kilómetros de largo en su coronación y aparcar fuera de ella implica hacer el trayecto a pie hasta la parte central para apreciar las vistas. El problema no es ya el aparcamiento, sino que la valla instalada reduce la acera de la presa a medio metro de ancho, por lo que transitar por ella para apreciar la panorámica del pantano supone un peligro para los peatones, además de que apenas caben sillas de ruedas o carritos de bebé.

Por ello, la agrupación Duero-Douro ha iniciado una campaña de recogida de firmas que en una semana ha llegado al millar de rúbricas para pedir la reapertura de los miradores de la presa y la retirada de los bolardos de aparcamiento. Cuando doblen el número de firmas han prometido poner fecha a esa cadena humana que convocarán para que la gente rodee la presa en su coronación entre ambas orillas, según informa EFE.

Ya el pasado mes de enero los subdelegados del Gobierno en ambas provincias, Ángel Blanco y Rosa López, mantuvieron un encuentro con el alcalde de Fermoselle para tratar encontrar una solución a la supresión de aparcamientos en la presa. Sin embargo, el encuentro se saldó sin acuerdo.

Por su parte, a principios de este mes de febrero la Comisión de Movilidad y Transformación Digital de las Cortes autonómicas aprobó por unanimidad una resolución en la que instaban a la Junta a "estudiar posibles emplazamientos y medidas necesarias, y en su caso acometer a la mayor brevedad las obras necesarias para garantizar la existencia de un aparcamiento en el entorno de la presa de Almendra, que permita que esta infraestructura pueda ser un atractivo turístico para la zona, con seguridad para quienes deseen visitarla y garantizando la accesibilidad a la misma de personas con movilidad reducida".

EL DE MAYOR CAÍDA

Desde que en 1970 se inauguró este pantano, el de mayor caída de España y el tercero con mayor capacidad con cerca de 2.650 hectómetros cúbicos, la admiración del embalse era todo un símbolo de la magnitud del proyecto hidráulico, pero ahora esas vistas están vetadas si no se recorre "un trayecto largo y con peligro", ha advertido José Luis Pascual.

Las vistas que ofrece la carretera de coronación si se mira hacia el embalse han llevado a apodar popularmente el pantano como "el mar de Castilla y León", al dibujarse una extensa masa de agua de la que apenas se atisba el fin.

Los vecinos más mayores de la zona aún tiene clavada la espina de los trastornos que supuso la construcción del embalse hace 55 años, con todo un pueblo, Argusino, anegado y desaparecido bajo las aguas, y una gran extensión del terreno de unas 8.650 hectáreas inundadas. Ahora ven en la limitación del tránsito por la presa un nuevo agravio para esa zona de la reserva de la biosfera transfronteriza Meseta Ibérica.

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