El salmantino Mario García Romo se ha convertido en el nuevo rey de la prueba reina del atletismo, el 1.500, y lo ha hecho de forma imperial, derrotando a los mejores de Europa y con la mínima para el Europeo. Tras su eclosión en EEUU su progresión no tiene límite y apunta a figura del mediofondo español, nada menos.

Originario de Villar de Gallimazo, comarca fecunda de atletas, García Romo no parece tener los menos de 23 años que tiene. Emigró a Estados Unidos para estudiar y competir sin olvidarse de su entrenador de siempre, Lucio Rodríguez, y allí ha explotado hasta convertirse en una estrella del competido panorama universitario de atletismo. El verano pasado ya logró un bronce en su primera incursión con los 'grandes' y este 2022 ha vuelto a por más. Tanto, que ahora es el campeón y la federación tiene la 'papeleta' de llevarle al Mundial.

El sábado ya dejó su sello y en su serie le 'negó' a Mechaal la victoria y este domingo ha protagonizado una final propia de un veterano... o de joven sobrado de talento. Bien colocado en todo momento, tomó siempre las decisiones correctas. Durante buena parte de la prueba protegió la cuerda sin perder su lugar en los puestos delanteros y, con gran inteligencia, se abrió cuando podía haber quedado encerrado, como si hubiera adivinado lo que iba a ocurrir.

El final ha sido apoteósico. Tras superar a Mechaal, que enterró su carrera en la lucha en la curva, entró en la última recta con Katir y Fontes, les aguantó el pulso y acabó doblegando la resistencia de atletas que son referencia europea, la generación más brillante del mediofondo español. Su nuevo rey es salmantino.

"He estado soñando las últimas semanas con esta carrera", ha confesado el atleta, "no me lo esperaba, soñaba con ello, pero no me lo esperaba. Es el resultado de mucho trabajo con Lucio Rodríguez y luego en EEUU". "He estado esperando pacientemente y sabía que si me colocaba bien, en el último 100 tenía opciones, lo he visto y he dicho 'esto es mío'", ha comentado sobre la carrera.