Su ternura va en equilibrio con el amor y la pasión que desprende a partes iguales por su familia y por el CD Guijuelo. De la mano de uno de sus nietos, portero en categoría cadete en el club del municipio; de su nuera, que no quiere robarle ni un segundo de protagonismo; y su mujer, esa que hace "todo por él", llegaba Bartolo Romero Valiente a El Municipal para entrevistarse con Tribuna de Salamanca. También portaba una mochila, de donde fueron saliendo gorras, camisetas y bufandas relativas a las diferentes temporadas del club que año tras año le ha dado "la vida". Bartolo lleva desde 1985 junto a su mujer en Guijuelo y ha conseguido formar, no solo una familia, sino una devoción y total admiración por la primera plantilla del club chacinero. 

Comenzó advirtiéndonos, más que comentándonos, que no tenía "el don de la palabra", sin embargo, las palabras se fueron quedando cortas y sus gestos y miradas hablaban por sí solas. Contó que su camiseta preferida es la primera, la del momento en el que se formó el equipo, que colecciona todos los carnet de socio y también que se desvive de los grande por el Real Madrid, pero que si tiene que elegir...no tiene dudas, siempre irá con su pequeño gran club: el CD Guijuelo. "Moriré viniendo aquí". Y siguiendo con el lema de este año, 'Siempre hay tiempo para volver'..."yo volveré siempre y si estoy arriba también volveré". 

Atrás deja esos años en los que el campo "estaba lleno de tierra" y "había hoyos" en los que echaban hasta cuatro o cinco carretillas llenas, porque "esto era un prado, tal cual y lo íbamos rellenando", cuenta. Los vestuarios estaban detrás de las porterías de ahora y ahí jugaba junto a otros tantos. Además, formó parte de una de las primeras peñas del Guijuelo, junto a Luis Ramos, el "mejor que ha habido", según Bartolo, aunque también tiene buenas palabras para Jorge. 

Después de años y años de ocupar los asientos 13 y 14 del estadio (con una pegatina pegada en cada uno de los dos del escudo), tiene claro que el mejor partido que ha visto ha sido el de hace unas semanas frente al Rayo Vallecano, relativo a la primera eliminatoria de la Copa del Rey 2021-2022. "Tenemos chavales que valen una mina", asegura, "y que no se vayan, quiero que toda esta gente de un equipo pequeño suba para arriba. Mario es muy buen entrenador, todos son buenos". En ese encuentro, estuvo junto a su mujer, a quien poco a poco va introduciendo y cada días más en el mundillo, pese a que ella solo lo haga "por él". 

También se muestra críticos en algunos aspectos y es que quiere ver a más gente disfrutado de su equipo: "Esto ha cambiado mucho, pero tendría que cambiar más. Que entre más gente y si por ejemplo la entrada vale diez, que las pongan a cinco para que venga todavía más gente. Agrandar y bajas las cuotas. Eso sí, lo que me pidan yo lo pago, porque me lo paso muy bien y si no me lo paso mejor es porque la edad ya no me lo permite". 

Una edad (87 años) que, por cierto, sí le permite seguir viajando con el equipo, el último: frente al Córdoba en la final de la Copa RFEF: "He ido a Madrid, a Salamanca, a Córdoba...voy siempre que pongan el autocar. No tengo coche, así que siempre que puedan poner autocar voy a ir". Además, también cada fin de semana cuenta con una cita más, la de los partidos de su nieto, quien es portero del  equipo de primer año de cadete: "estoy muy entretenido y si no me voy a mi huertecito". 

Nos despedimos y no nos intercambiamos el teléfono móvil ni mucho menos una red social, nos da su tarjeta, con su nombre, apellidos y el teléfono fijo, "por si pasa algo y quereis llamar". Eso sí, me recuerda que no me olvide de poner que tiene que ver más gradas en el estadio, y dicho y hecho.

"El Guijuelo me da vida", Bartolo.