La lógica apuntaba que Valencia Basket era el equipo con más argumentos para poder conquistar la Supercopa de la Liga Femenina Endesa y lo hizo además porque lo mereció con claridad. Mäs allá de sus posibles ventajas en esta cita mostró más ganas de ir a por la victoria que un Perfumerías Avenida que más allá de que esté corto de efectivos careció de fuerza real para exprimir sus posibilidades. Físicamente ya tocado tras el esfuerzo ante Girona, mentalmente le pesaron los reveses en forma de faltas, pérdidas o de fallos que cometió y eso, a la vez que hacia crecerse a su rival minimizó sus posibilidades que desaparecieron al poco de empezar el tercer cuarto ya con Valencia manejando una renta alrededor de la veintena de puntos. 

Los dos equipos se conocen a la perfección y a estas alturas, sin apenas cambios en el roster casi completo de Valencia y el ahora mismo más corto de Avenida, no eran previsibles sorpresas en el planteamiento táctico aunque sí se podía esperar a un equipo taronja que intentara poner un ritmo de juego muy alto para tratar de exprimir a su rival e intentar después sacar rédito de su mayor rotación y del cansancio que podía soportar un Avenida que tuvo una semifinal muchísimo más exigente. 

Y  así fue, y como seguro que no le pilló por sorpresa, aceptó el equipo salmantino el reto de aguantar esa intensidad inicial. Tuvo que ajustar la defensa de su rebote después de una primera acción en la que conceció hasta cuatro opciones a Valencia y también debió que afrontar la segunda falta temprana de Cazorla pero una vez asentado respondía muy bien Perfumerías Avenida donde Emese Hof volvía a imponer su figura dentro de la zona con ocho puntos en el primer cuarto.

Enfrente Gulich la atacaba desde fuera pero eso le daba espacio a Avenida para rebotear y sacar algunas transiciones rápidas que le servían para, con rentas muy cortas, manejar por delante buena parte del parcial en cuyos últimos instantes llegaban los primeros puntos desde jugadoras de banquillo, con una canasta de Fassoula y el triple de Masic. 

Se escuchaba a Burgos insistir en el parón que apretaran más en la defensa, aun a riesgos de faltas que en realidad no se pitaban, y también lanzar desde fuera algo que resolvían con acierto Traham-Davis y Casas que situaba la mayor ventaja de Valencia en un 32-26 que obligaba a Íñiguez a pedir tiempo muerto para pedir a las suyas más viveza en las acciones defensivas de su rival, sobre todo en transición. El parcial de 7-0 lo rompía desde el tiro libre Silvia Domínguez que le echaba carácter ante la presión y las dobles ayudas que recibía.

Entraba el partido en una sucesión de faltas que, en principio, perjudicaban más a Avenida que entró mucho antes en bonus aunque el porcentaje de Valencia desde el libre no eran bueno y eso le impedía romper el partido porque al equipo salmantino le costaba mucho encontrar vías de anotación y buscaba soluciones demasiado rápido y eso le llevaba a elevar su número de pérdidas. 

Avenida, que había lucido un más que aceptable porcentaje de acierto en los primeros doce minutos de partido, se perdió ante las ayudas defensivas de su rival y el reflejo eran los nueve puntos anotados en el cuarto que le llevaban a irse al descanso once abajo (44-33). 

El acierto que encontraba Queralt Casas desde 6,75 en la reanudación del juego lo buscaba Evans pero con peor fortuna. La escolta del equipo valenciano ya había liderado el despegue de su equipo y Avenida se veía desarbolado ante el acierto de su rival, que además tenía segundas opciones para sumar y aumentar una brecha que iba a más con un 10-0 de parcial. No encontraba referencias Avenida e Íñiguez lo intentaba con un tiempo muerto en el que pedía intensidad y no paraba de señalar cosas a mejorar desde la intención ofensiva hasta la intensidad al rebote, aunque el partido se mostraba definitivamente roto.

Lo estaba aunque quedaban muchos minutos por delante que más allá de ofrecer una posibilidad para la remontada tocaba afrontar como la oportunidad de frenar la sangría, mejorar sensaciones y aprovechar para trabajar diferentes. El parcial acabó 21-15 a favor de Valencia (65-48). 

Por momentos anotaba Avenida en un par de acciones seguidas pero le era imposible tener más continuidad porque o fallaba o Valencia, con un peso en el rebote ofensivo tremendo, seguía atacando muy cómodo y anotando para no dejar que el marcador bajara de los veinte puntos de renta. Fassoula era la que mantenía el caudal anotador en ese tramo final en el que debutaba la cadete Vera García.