Unionistas comenzaba con ganas de ganar (por fin) y ello pasaba por generar peligro y se eficaces adelante, manteniendo la seguridad atrás.  Serna, Mandi Sosa, Ramiro, Mario Gómez, Nespral, De la Nava, Cris Montes, Jon Rojo, Manu Viana, Acosta y Marín; un once muy habitual para sumar tres puntos, totalmente vitales si los blanquinegros querían seguir vivos en el objetivo fijado por Hernán Pérez al comienzo de la segunda fase; conseguir por lo menos nueve puntos para tener posibilidades en la última jornada de clasificarse para los play off de ascenso. 

Movidos y con ritmo estaban los unionistas dentro y fuera del césped. La grada volvía a estar de fiesta, pues cada partido es un pequeño 'regalo' y los jugadores hacía mucho que no marcaban. Era el minuto dos cuando en el borde del área Carlos de la Nava forzó una peligrosa falta. La presión adelantada de Unionistas dio sus frutos, forzando la primera ocasión de peligro para los locales. Mandi Sosa fue el encargado de lanzar la falta, tirando directactamente fuera el balón. Cinco minutos después respondió el Valladolid Promesas, quedándose el balón muerto en el área pequeña y despejando finalmente la defensa blanquinegra. 

Dedicatoria de De la Nava (Foto: Arai Santana)

Al contrario que en el resto de partidos, el gol acabó por llegar y más pronto que tarde. Todo comenzó desde un córner en el lateral derecho, que acabó justo en la banda contraria. La puso Manu Viana para la llegada de De la Nava, que de bolea definió a la perfección con su pierna mala para subir el primero al marcador. De hecho, esta fue la segunda jugada generada por los de Hernán Pérez desde la banda izquierda con peligro. En la primera, el capitán remató directamente fuera de cabeza y en la segunda...el resultado ya está contado. 

Buscaba la respuesta el Valladolid Promesas con un disparo peligroso de Álvarez, se marchó directamente por encima. Y en ese momento llegó el segundo. Cuando parecía que el gol había adormecido el partido y en propia puerta llegó un nuevo gol para los locales. La puso Cris Montes desde la banda derecha y en el despeje Lucas manda el balón al fondo de la red. Un cero a dos que daba alas a los salmantinos si se mantenían en la misma postura atrás, pero...no fue así. 

Los goles, alegría en un bando y decepción en el otro (Foto: Arai Santana)

El primer aviso llegó cuando todavía no se había cumplido la primera hora de partido, Oriol sorprendió  todo el Reina Sofía, con un disparo que se marchó rozando el larguero superior de la portería defendida por Miguel Serna. Comenzaba a tocar más el Valladolid Promesas y quien la busca la consigue. Tras un córner peligrosísimo a favor de Unionistas, puesto al segundo palo y al que no llegó por los pelos Héctor Nespral, el Real Valladolid organizó en segundos una perfecta contra que dejó solo a Benito frente a Serna, colándole el pucelano el balón entre las piernas. El gol daba así, la esperanza perdida a los de morado antes de llegar al descanso. 

Sin embargo, todavía la tuvieron ambos conjuntos antes de cumplirse los primeros 45 minutos de partido. Primero el Valladolid con un remate de cabeza de Benito, que acabó en saque de puerta y después para los de Salamanca, una perfecta combinación de la delantera blanquinegra, dejó solo a Carlos de la Nava, que no acertó en la finalización, desaprovechando una ocasión clara para su equipo. 

Control junto a la banda (Foto: Arai Santana)

Segunda mitad y cambio en la banda derecha, un Manu Viana un tanto desaparecido en el plano defensivo dejaba su lugar a Íñigo Muñoz, de cuyas botas se generó el único disparo de Unionistas entre los tres palos en prácticamente media hora. Y fue cuando empezaba a temblar la defensa blanquinegra y parecía que daba un paso hacia atrás el equipo, cuando llegaron las dos ocasiones más polémicas del partido. La primera no pitada, la segunda sí. 

En el minuto 70, pedrían mano dentro del área los jugadores de Unionistas de Salamanca al disparo de Íñigo Muñoz. El colegiado no pita nada ya que el balón viene de rechace y la considera involuntaria. La segunda, pensalti sobre Acosta derribado sin necesidad por la defensa pucelana. El encargado de resolver fue Mandi Sosa, que ajustando al palo izquierdo, la puso imposible para el guardameta del Valladolid Promesas. 

En ese momento, el partido se transformó en un encuentro de tenis, con ocasiones para ambos conjuntos, desarrollándose la myor parte del juego en sendas áreas. A destacar el disparo de Jon Rojo que se marchó construyendo una perfecta parábola a saque de puerta. Minutos más tarde, Zalazar probó los reflejos de Serna con un espectacular zapatazo desde fuera del área (desde su cas aprácticamente), enviando el guardameta blanquinegro el balón a córner. 

Se vio a Unionistas que no solo sabe defender, que también puede crear peligro arriba, más valiente y resolutivo. No ganaban los de Hernán Pérez en el Reina Sofía desde el 24 de enero frente al Pontevedra (1-0).