Un partido de los que gusta jugar, a unas y otras. Sin duda el Valencia Basket-Perfumerías Avenida es uno de esos encuentros que ninguno de sus protagonistas, técnicos y jugadoras, se querría perder a principio de temporada. En el caso del equipo valenciano porque verse disputando la semifinal a ser o no ser ante el campeón de los últimos años y en su primera temporada en la Liga DIA es un gran éxito que podía engordar y para Avenida porque es aquí donde quería estar desde el mes de agosto y eso es demasiado tiempo como para que el deseo hubiera engordado.

Todos los alicientes con una presentación digna de una 'Final Four' aprovechando toda la parafernalia, incluídos fuegos artificiales, que el club tiene para su sección masculina y es que una de las grandes virtudes de este Valencia Basket es que no distingue entre sexo. Por eso también llamó a convertir su grada en el sexto jugador y ante ello debía reaccionar Avenida desde el segundo uno para intentar que la caldera cogiera la temperatura justa. 

No es fácil que jugadoras como Silvia Domínguez, Erika de Souza o Jewell Loyd se impresionen ante un ambiente así y de hecho las tres asumieron responsabilidades ofensivas mientras que atrás el equipo se aplicaba en el defensa cinco para cinco, buscando ataques largos de su rival. Loyd sumaba triple en sus dos primeros lanzamientos y el equipo mantenía el control del rebote lo que le permitía verse con una primera ventaja que llegaba al +10, 5-15.

Burgos paraba el partido para buscar algún cambio de ritmo y, sobre todo, para insistir a las suyas que buscaran el rebote ofensivo porque dar a Avenida la facilidad de salir en transición era ponerse la soga al cuello. Perfecto el equipo en la rotación -enorme Laura Gil-, mantenía su renta mientra se agotaba el primer cuarto haciendo que Valencia tuviera que multiplicar esfuerzos que podían pesar a la larga, 14-24. 

Con un equipo más pequeño que en el inicio del partido inició Avenida el segundo cuarto lo que le permitía subir sus líneas defensivas a la vez que en ataque insistía en la idea de buscar balones dentro donde se estaba consiguiendo hacer daño. Aun así la distancia no era suficiente ante cualquier arreón de Valencia que apretaba atrás y se mostraba más agresivo ante el aro para sumar un parcial de 5-0 a favor tras el que Ortega paró el partido y devolvió a pista a Domínguez y Loyd. 

Y la norteamericana, secundada por una Gil a un nivel altísimo, tiró de repertorio y Avenida de estar con seis de ventaja se metió catorce arriba, 20-34. El equipo salmantino tenía dominados todos los aspectos del juego y cada rincón de la pista y alcanzaba el descanso rozando la veintena de ventaja, 22-40.

Juego entre pívots y balones dentro para reanudar el duelo por parte del equipo de Ortega que había visto claro que el partido se le había ido facilitando por dentro mientras Loyd seguía en plan exhibición sumando cuatro puntos consecutivos, 24-48. Imposible de parar ella e imposible de encontrar un resquicio en un Avenida que jugaba fluído, al que pese a la ventaja Ortega reclamaba cualquier despiste, y que caminaba ya firme hacia la final, 38-62, a diez del final. 

Restaba cerrar el partido diseñado de la mejor forma posible, sin caer en una excesiva relajación, aunque eso no se permita demasiado en las filas azulonas donde Ortega a la primera que vio al equipo por debajo del +20 pedía tiempo muerto porque el parcial a favor de las locales era ya peligroso. Se permitieron cuatro minutos de relajación las de azul y hasta ahí el margen que le dio a su rival aunque en esos tramo final llegó la lesión de Robinson, que se dobló el tobillo al pisar a una rival, como peor noticia. 

Se cerró el partido, se cerró la clasificación para una nueva final, la posibilidad de luchar por un nuevo 'triplete'. Una barbaridad que por muy acostumbrados lo sigue siendo. Queda lo más difícil pero es imposible no pensar que es posible.