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24h

El proyecto minero de cuarzo del nordeste de Segovia ha reducido a un tercio su extensión inicial

La nueva propuesta ha pasado la fase de recepción de informes técnicos y alegaciones

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El proyecto minero de cuarzo del nordeste de Segovia ha reducido a un tercio su extensión inicial
El grupo de represerntantes de Erimsa durante su comparecencia en Segovia (JA Quirce)
José Antonio Quirce
José Antonio Quirce
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El proyecto de minería de transición de cuarzo que la empresa Erimsa desea iniciar en la zona nordeste de Segovia ha reducido su tamaño original a un tercio de la superficie sobre la que laborar para extraer el cuarzo del subsuelo.

"De las 97 cuadrículas iniciales, hemos reducido el proyecto a 28 cuadrículas", ha informado el director general de Erimsa, José Antonio Valencia, en la visita que ha realizado a Segovia, junto a técnicos y especialistas en este tipo de minería de bajo impacto, para comentar el estado de la propuesta para intervenir en parcelas de 3 municipios del nordeste segoviano: Castillejo de Mesleón, Barbolla y Sotillo.

Valencia ha vuelto a explicar a la opinión pública segoviana en qué consiste su actividad minera y por qué se denomina 'de transición', en tanto en cuanto se aparta una capa superficial de suelo y se extrae la siguiente, que es la que en una profundidad entre uno y dos metros contiene el cuarzo, que se recoge tamizando la tierra. Tras ello, sin más intervención, se cubre la capa extraída con tierra vegetal y se repone sobre ella la primera capa de suelo, la inicial.

"El aspecto de la parcela, un mes después de haber comenzado a explotarla, es idéntico al que tenía en origen", ha añadido Valencia, que ha insistido en hablar de parcela por la forma en la que se trabaja sobre el terreno.

"Se extrae material en una extensión de alrededor de una hectárea y media al mes, por lo que nunca hay más de dos hectáreas al mes en las que se esté trabajando y, siempre, mientras en la zona anterior se está recogiendo material, en la parte de atrás se va rellenando y recuperando el aspecto inicial de la parcela", ha explicado el director general de la empresa extractiva.

"Buscamos cuarzo, del que se obtiene silicio, una materia prima que la Unión Europea considera estratégica, y que tiene uso en células fotovoltaicas, microchips y otras aplicaciones electrónicas", ha ampliado Valencia.

También ha comentado que hay distintas calidades de cuarzo y que puede derivarse como metalúrgico o, el menos valioso, como cuarzo para áridos y arenas especiales, destinado a construcción o como aditivo en pinturas, resinas o lechos para ganado, por ejemplo.

Junto a José Antonio Valencia han comparecido el catedrático emérito de Edafología de la Universidad de Santiago de Compostela, Juan Carlos Álvarez, el ingeniero técnico de minas Eduardo de la Orden y el jefe de investigación de Erimsa y geólogo, Isidro Ibáñez.

La empresa ha insistido en la exposición de su metodología para ofrecer información clara frente a la oposición al proyecto que en su momento expusieron varios colectivos de vecinos, grupos ecologistas y ayuntamientos de la comarca, cuando en un primer momento se planteó el proyecto para 1.692 hectáreas, que ahora se ha quedado en 434 hectáreas.

Según ha explicado Valencia, Erimsa siempre trabaja con contratos de alquiler a los propietarios de las parcelas, a los que devuelve éstas en condiciones en las que pueden volver a sembrar cereal o pasto, según se estuviera haciendo previamente a la explotación minera.

"En la explotación de Salamanca hay casos en los que terrenos que eran eriales, sin cultivo, tras nuestra actividad se han vuelto más fértiles y su propietario, ahora, los cultiva", ha detallado, en referencia a una de las cuatro zonas mineras que Erimsa desarrolla en España, con 3 comarcas en Galicia y otra más en Salamanca, en Bóveda del Río Almar.

Por el momento, como ha completado el asesor minero Eduardo de la Orden, el proyecto se encuentra ya en fase de estudio de los informes que han aportado los organismo sectoriales pertinentes, y de todas las alegaciones presentadas por ciudadanos o colectivos.

"Hay unas 1450 alegaciones presentadas, pero muchas de ellas son copias, con los mismos contenidos, pero presentadas por distintas personas o entidades, por lo que creemos que finalmente podrán ser unos 8 ó 10 argumentos diferentes los que se alegan, a los que daremos respuesta y creemos, por toda la experiencia de cuarenta años de actividad, que quizá tengamos respuesta de la Sección de Minas del Servicio Territorial de Industria en algo más de un año", ha comentado José Antonio Valencia.

Tras el plazo finalizado y razonadas las alegaciones, se solicita a la administración de Minas la Evaluación de Impacto Ambiental y, si el veredicto es favorable y se da una Declaración de Impacto Ambiental positiva, el siguiente paso es solicitar los permisos legales oportunos a los ayuntamientos afectados, para negociar posteriormente con cada uno de los propietarios de las parcelas, en las que se trabajaría en régimen de alquiler.

"Hablar de minería, hoy, es conflictivo, y para este proyecto hemos encontrado más trabas que para la explotación de Salamanca, pero creemos que la oposición se debe al desconocimiento de cómo trabaja la empresa, con un sistema sostenible, que hace compatible la extracción con las demás actividades de esos terrenos", ha finalizado el director general de Erimsa.

Queda ahora por conocer la opinión de la plataforma vecinal creada contra el proyecto y escuchar si las nuevas condiciones que presenta la empresa extractiva son mejor aceptadas por los vecinos de las tres poblaciones implicadas.