Una urna encastrada en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento aloja algunos de los bienes históricamente más valiosos de la ciudad: es 'el arca de los fueros'
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Cuando alguien entra en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento normalmente se fija en los ventanales que dan acceso al balcón de la Plaza Mayor. Después suele admirar las dos figuras de San Juan de Sahagún y la Virgen de la Vega, el cuadro oficial de Felipe VI o las inmensas lámparas.
No muchos reparan en una discreta urna encastrada en la pared Este de la estancia. Tiene el escudo de la ciudad tallado en una portezuela de madera y está protegida tras una reja de siete barrotes sellada con dos candados.
Arca de los fueros.
Llegados a este punto las preguntas están claras: ¿Qué pinta esa caja ahí? ¿Y qué hay dentro?
En el Ayuntamiento la llaman 'el arca de los fueros', un nombre perfecto para echar a volar la imaginación. Explican que data de la época en que se construyó el edificio (mediados del siglo XVIII) y que seguramente se concibió como un sagrario. No en vano, la verja está coronada con una cruz y sobre ella, explican, hubo una peana con una talla de la Virgen de la Vega. La imagen se retiró, se restauró y se colocó en su actual emplazamiento en ese mismo salón.
Detalle de uno de los candados.
La urna "no se abre prácticamente nunca", comentan en el Ayuntamiento. Para hacerlo se necesitan tres llaves que tradicionalmente llevaban el alcalde, el tesorero y el archivero, aunque hoy en día las claves están custodiadas a buen recaudo en la tesorería municipal. Dos sirven para retirar los candados y la tercera encaja en la cerradura de la portezuela que protege algunos de los objetos más llamativos y valiosos de Salamanca, históricamente hablando.
Al abrir el arcón destaca sobre todo el intenso color granate de su interior. Tiene una explicacion: era la tonalidad original de la tapicería del Salón de Recepciones, antes de que la cambiasen al blanco actual.
El arca custodia dos copias del fuero de Salamanca, otorgado por Alfonso IX en el siglo XII. Una está editada en formato facsímil y la otra en rústico. Los fueros eran las 'ordenanzas' de la época, por las que se regían las ciudades: qué se podía y no se podía hacer, qué sanciones se imponían para cada delito, qué impuestos se cobraban, cómo debía administrarse la justicia, etc.
Además, también alberga una carpeta con documentos del siglo XIX tan relevantes como el acta de la instalación del Ayuntamiento en la Casa Consistorial (año 1849) o el acta de elevación de las aguas del Tormes a la ciudad y su llegada a una fuente de la Plaza (1878).
Uno de los documentos custodiados en el arca.
El tercer y último objeto es una cajita donde se guarda una de las tres llaves (otra vez tres llaves) que abren la urna con los restos de San Juan de Sahagún. Las otras dos están en manos del obispo de Salamanca y del prior de los Agustinos, en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Las llaves se repartían entre varias autoridades para que ninguna pudiera por sí sola acceder a según qué reliquias o bienes. La urna con los huesos del santo, a todo esto, está en la Catedral.
Estas piezas históricas reposan en el arca del Ayuntamiento 'desde siempre' y casi nunca ven la luz, más que en ocasiones puntuales como recepciones oficiales de alto rango.
Desde el Consistorio añaden que el actual Salón de Recepciones se empezó usando como estancia para los plenos y que la parte inferior del edificio estaba ocupada por tiendas, como sucede actualmente en el resto de la Plaza. Con el paso del tiempo el Ayuntamiento fue ocupándolas y los plenos se trasladaron a un nuevo emplazamiento en la planta baja. El 'arca de los fueros' sigue sin embargo en su sitio.
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