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La ciencia, camino de ganar la partida al negacionismo médico y las teorías conspiranoicas

El catedrático de la USAL Raúl Rivas analiza el reciente informe de la Fundación BBVA que desvela la inmensa confianza de los españoles en la ciencia

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La ciencia, camino de ganar la partida al negacionismo médico y las teorías conspiranoicas
Daniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
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La ciencia creó el móvil para leer esta noticia. Muchos antes calculó la relación entre una circunferencia y su diámetro, descubrió por qué los objetos son atraídos hacia la tierra y alumbró la ecuación E=Mc2.

El reciente 'Estudio Fundación BBVA sobre creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas', desvela que la inmensa mayoría de los españoles abraza los postulados científicos sin contemplaciones. La ciencia es percibida como el conocimiento más objetivo (media de acuerdo de 8,0 en una escala de 0 a 10), fiable (promedio de 7,4) y con capacidad de separar lo verdadero de lo falso (media de 6,9), indica el estudio.

¿Y qué opina la ciencia de esta ola de entusiasmo? Responde Raúl Rivas, el director del Servicio de Innovación y Producción Digital y el responsable de la Unidad de Cultura Científica y de Innovación de la Universidad de Salamanca, que se felicita por "ver que la percepción de la ciencia y de los científicos es generalmente positiva".  

Los resultados del informe de la Fundación BBVA están "dentro de lo esperable", enmarcados en una tendencia generalizada, quizá más europea que global, de renovado aprecio por las fórmulas matemáticas, los tubos de ensayo y los aceleradores de partículas. "Estamos en una mejor posición respecto a la apreciación y racionalidad de la población", señala, pero pide no desdeñar a "un sector o grupo de personas, que en algún caso es relevante, que cree en ciertas prácticas o teorías conspiranoicas que ponen en duda la veracidad del conocimiento científico". ¿Ejemplos? Según el estudio de la Fundación BBVA, un 19% de los encuestados confía poco o nada en las vacunas.

 

Las vacunas "son una bendición"

 

El negacionismo contra las vacunas "ha existido siempre", explica Rivas. "Desde que se desarrolló la vacuna de la viruela en 1796 hubo negacionistas" que negaron la validez de la inmunización o la tildaron erroneamente de amenaza para la salud.

El mensaje antivacunas mutó a través de los años. En 1998 surgió una campaña que vinculaba la triple vírica con el trastorno del espectro autista, una relación "falsa", zanja Rivas, y desmentida desde hace años. "Se sabe la intención que había detrás y se sigue ondeando y trabajando con el miedo de las personas", lamenta el experto. Incluso las vacunas contra el covid pasaron ese calvario: "decían que era la vacuna que nos iba a matar a todos. Han pasado varios años y ha tenido el efecto contrario", ironiza. "Por desgracia, no llegó lo bastante pronto" para muchas personas, "pero fue un hito extraordinario".

La no inmunización de la población, advierte, "puede generar problemas de salud pública. En el área de la salud pública es donde se pueden percibir de forma más directa" los peligros de los anticientíficos.

Después de todo, si alguien cree que la tierra es plana, es sólo problema suyo, pero si no vacuna a sus hijos, puede causárselos a muchas otras personas: "hay movimientos antivacunas, como contra la del sarampión, y están apareciendo brotes a veces numerosos y que ponen en riesgo la salud de los niños, sobre todo de menos de 5 años. El sarampión mata a 150.000 personas al año en todo el mundo y puede dejar secuelas. Su vacuna es eficaz, barata y segura. Es una bendición".

 

Hay gente que hace negocio con tratamientos aberrantes para enfermedades en vez de vacunas, de quimioterapia... con productos que son un veneno. Juegan con la desesperación de las personas"

 

La pregunta de fondo es por qué alguien defiende públicamente posturas anticientíficas en un campo tan sensible como la salud. Para Rivas "hay gente que hace negocio con esto, con tratamientos aberrantes para enfermedades en vez de vacunas o de quimioterapia... con productos que están haciendo ganar dinero a personas, que no hacen nada, que son un veneno y ponen en riesgo su salud. Juegan con la desesperación de las personas", lamenta.

 

Divulgación clara, lenguaje sencillo

 

¿Cómo se convence a ese 22% de personas que no creen en la evolución o al 13% que acude a curanderos para tratar enfermedades graves? Con divulgación accesible y mensajes claros.

"Los negacionistas se han modernizado. Una de las herramientas que amplifica el mensaje son las redes sociales. Donde antes un mensaje quedaba encuadrado en la barra del bar, hoy en día tiene una difusión que puede alcanzar a miles de personas y expandir una noticia falsa o un comentario perjudicial en contra de la sociedad", argumenta el experto.

 

Hay que estar en las redes sociales, usar los nuevos canales en los que se difunde el conocimiento, con divulgación acomodada al lenguaje para que sea entendible para la gente que no esté versada" 

 

La solución a este problema "es la divulgación científica de calidad, con criterio y usando las herramientas del discurso antivacunas o anticiencia. Hay que estar en las redes sociales, usar los nuevos canales en los que se difunde el conocimiento, con divulgación acomodada al lenguaje para que sea entendible para la gente que no esté versada" en el tema, para "comprender la información que les aportan y que despierte sensaciones"

"Importa tanto el mensaje como el cómo se traslada", insiste, "y por eso es tan importante la divulgación, la labor de las instituciones académicas", entre las que cita la propia Unidad de Cultura Científica de la Usal "para poner en valor los hallazgos. Todos tenemos que trabajar en conjunto. No sirven de nada las campañas institucionales si no llega el mensaje".

 

Es sencillo mezclar bulos y medias verdades, que adquieren una connotación de realidad que no tienen. Por eso es importante estar ahí, informar y divulgar"

 

El ejemplo de conspiración por antonomasia sirve para cerrar la cuestión de la importancia del mensaje: ¿Llegamos a la Luna? El 14% de los españoles cree que no. "Hay muchas campañas últimamente que aportan supuestas pruebas de por qué no llegamos y no hay ninguna de por qué llegamos no una, sino varias veces. Al final queda el mensaje conspiranoico, que tiene un mayor calado. Cuando se mezclan bulos y medias verdades adquieren una connotación de realidad que no tienen. Por eso es importante estar ahí, informar y divulgar. Desde mi punto de vista, la divulgación permite que la sociedad obtenga la información de manera adecuada y una sociedad bien informada toma mejores decisiones", concluye.