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El salmantino que vendió Florida a los EEUU

En plena ola 'trumpiana' sobre si comprar Groenlandia, cabe citar a Luis de Onís, el diplomático salmantino que en 1821 trazó la frontera de EEUU y la Nueva España

El salmantino que vendió Florida a los EEUU
Mapa de EEUU y el Virreinato de Nueva España tras el acuerdo entre Adams y Onís. (Foto: The Hispanic Council)
Daniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
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Donald Trump ya es presidente de EEUU y quizá salga de compras para celebrarlo.

El mandamás lleva semanas avisando de que querría adquirir la isla de Groenlandia y convertirla en parte de EEUU. También gestionar el Canal de Panamá y anexionar Canadá. 

Diplomáticamente hablando es una vuelta al siglo XIX, cuando los países compraban, vendían e inercambiaban territorios como si fueran cromos. 

De hecho, EEUU tiene una enorme experiencia en ese campo: entre 1803 y 1867 arrebató a México la mitad de su suelo y adquirió Luisiana a los franceses, Alaska a los rusos y Florida a los españoles. Y en este caso, un salmantino estuvo metido de por medio.

 

De Cantalapiedra al mundo

 

Se llamaba Luis José de Onís y González Bara, había nacido en Cantalapiedra en 1762 y era Oficial de la Secretaría del Despacho de Estado y diplomático, según recoge su biografía recopilada por la Real Academia de Historia. Onís, por acortar, estudió Letras y Derecho en la USAL y era sobrino de embajadores. Años después, algunos de sus descendientes también se dedicarían a la representación internacional.

Luis de Onís.

 

¿Y qué papel desempeñó en la venta de Florida? A principios del siglo XIX, EEUU era un país recién nacido y tenía ganas de expandirse, pero compartía confines con los virreinatos de España y los límites entre ambos no estaban bien definidos. Para arreglar esas cuestiones, dos representantes de ambos países (John Adams y Luis de Onís) se pusieron manos a al obra y gestaron el tratado Adams-Onís.

El acuerdo se redactó en 1819 y se ratificó dos años más tarde. El pacto delimitaba las fronteras entre Estados Unidos y el Virreinato de Nueva España. Nuestro país vendía Florida por 5 millones de dólares (EEUU la miraba con ojos golosos y España necesitaba dinero) y renunciaba a sus derechos sobre Oregón, en el lejano Pacífico Norte. A cambio, nos asegurábamos la soberanía sobre Texas, que estaba en tierra de nadie y fijábamos unos límites terrestres claros para intentar contener a unos 'gringos' deseosos de anexionarse territorios.

 

El regreso a casa

 

Luis de Onís fue muy criticado por aquel acuerdo y, como castigo, pasó una temporada recluido en su vivienda de Cantalapiedra. Escribió un tratado explicando su postura y, con los años, recuperó su carrera diplomática. Representó a España en Nápoles, Londres y París, antes de regresar a Madrid, donde murió en 1827.

La Nueva España se independizó en septiembre de 1821, siete meses después de que el tratado entrara en vigor. El acuerdo aún delimitó las fronteras entre México y EEUU durante 27 años más, hasta que una guerra entre ambos lo hizo saltar por los aires.